Duración: 114 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: JoBeth Williams, Heather O'Rourke, Craig T. Nelson, Beatrice Straight, Dominique Dunne, Oliver Robins, Michael McManus, Virginia Kiser, Martin Casella, Richard Lawson, Zelda Rubinstein, James Karen, Lou Perryman, Clair E. Leucart, Dirk Blocker, Allan Graf, Joseph Walsh, Helen Baron, entre otros.
Los Freeling son la típica familia que habita en los suburbios. Su marido Steve, se dedica a la venta de inmuebles en una urbanización en constante expansión y Diane es una ama de casa que cuida de sus tres hijos: Dana, Robbie y la pequeña Carol Anne. Sin embargo, en la casa empiezan a ocurrir cosas extrañas: las puertas de los armarios se abren solas, los muebles se reorganizan y las sillas se deslizan por el suelo de la cocina. Al principio de forma injustificada, pero pronto se convierte en un asunto muy serio cuando Carol Anne desaparece en un mundo subterráneo en el que, de manera extraña solo se pueden comunicar con ella a través del ruido blanco del televisor. Un equipo de investigadores paranormales se traslada a la casa, pero las fuerzas que la secuestraron son malignas y poderosas, por lo que requieren los servicios de una tal Tangina Barrons, una peculiar mujer que ya se ha enfrentado antes a esta situación tan especial.
En aquel lejano 1982 (justo el año en el que nací), Steven Spielberg logró algo que solo se puede calificar como una hazaña. En junio de ese año, Spielberg estrenó dos películas con sólo unas semanas de diferencia que tuvieron un gran éxito pero que eran muy diferentes tanto en su temática como en el público al que iban dirigidas.
Una de ellas se convirtió (en aquel momento) en la pelicula más taquillera de todos los tiempos y es conocida por estos rumbos como E.T. el extraterrestre y la otra dio lugar a una franquicia que es la obra de la que hoy me toca realizar una breve reseña y que por acá se le conoce con el brillante título de Juegos diabólicos (aunque su titulo original sea más adecuado a lo que ocurre en la trama, pero así ha sido el nivel de creatividad existente en este país desde aquellos ayeres).
Poltergeist contaba con el crédito de haber sido dirigida por Tobe Hooper (conocido por haber dirigido otro clásico del terror como es La masacre de Texas), pero la historia ha ido revelando que en realidad se trató de la visión, el montaje y el dominio en términos generales del rodaje de Spielberg lo que realmente estuvo detrás de la concepción de esta interesante película.
En cuestiones temáticas este filme recuperó el género tradicional de las casas encantadas que ahora está más que sobado, pero que en aquel instante permanecía latente e inquieto a partes iguales desde aquella El horror de Amityville aparecida en 1979.
La historia gira en torno a la casa de una familia que ha sido invadida por el mundo de los espíritus, que parecen interesarse por la hija menor del clan de nombre Carol Anne Freeling, interpretada por la principiante y joven actriz infantil Heather O'Rourke (cuya imagen frente a la televisión debe ser lo más recordado de la obra).
Como sea, en un comienzo la familia recibe los extraños sucesos que acontecen en la casa con un toque de humor, pero luego de unos días las intenciones de los espectros que ahí habitan se vuelven contra los Freeling, y su pequeña hija rubia es capturada y llevada de vuelta al mundo sobrenatural, donde la comunicación solo es posible a través del televisor de la habitación.
Desde luego los Freeling no pierden el tiempo y pronto contactan con un equipo dedicado al tema de lo paranormal (que cabe decir está muy por encima de sus posibilidades) para que les ayude a rescatar a su hija de las profundidades invisibles. Sin embargo, pronto se vuelve evidente que el grupo está sobrepasado y llaman a una experta en eso de los poltergeist, una tal Tangina Barrons (interpretada con relativo entusiasmo e ingenio por Zelda Rubinstein) para que les ayude con el fenómeno.
Por citar un ejemplo de esto que relato, cuando los espíritus fantasmales se apoderan del dormitorio de Carol Anne, deciden cerrar la habitación de la niña y se mantienen alejados del sitio en lugar de intentar llevar a cabo una lucha contra algo que no pueden contener. Y cuando las cosas empiezan a parecer sombrías, piden ayuda y buscan a expertos en la materia. Es decir, se trata de un terror inteligente que no provoca que la gente suba corriendo las escaleras cuando debería salir corriendo por la puerta.
Para destacar el hecho de que con un modesto presupuesto de doce millones de dólares, Poltergeist estiró sus fondos en billetes verdes para ofrecernos una increíble variedad de efectos especiales que aun se mantienen dignos después de más de cuarenta años de su aparición.
Por supuesto, la escena en la que un científico se arranca de manera literal la cara frente a un espejo o cuando se abre la puerta del dormitorio y vemos objetos volando al azar como si se tratara de un tornado fantasmagórico, podrían estar mejor construidos y presentados con el uso del CGI si se hicieran hoy en día, pero todos sabemos que los efectos siguen manteniendo el progreso de la historia con un sentido de credibilidad.
Para mí, probablemente lo que mantiene los eventos tan arraigados en el ámbito de la credulidad (o aquello que se refiere a aquel terminajo conocido como suspensión de la incredulidad) es lo simples que se mantienen algunos de los efectos especiales empleados en las escenas más importantes.
Por ejemplo, un armario lleno de luces estroboscópicas es todo lo que se necesita para convencernos de que se trata de un portal a otro mundo y un ventilador soplando a toda potencia el pelo de la madre Diane es creíble como el hecho de que el espíritu de su hija se encuentre volando junto a ella. En lo personal lo hallo sencillamente verosímil, aunque comprendo a quienes no lo perciban del mismo modo.
Sean cuales sean las razones para ello, la historia funciona. En concreto es uno de los pocos guiones escritos por Spielberg a partir de una de sus propias historias, la cinta tiene todos los elementos que ahora asociamos con el maestro de la dirección.
Digamos que, en la trama hay una fuerte unidad familiar, un niño como personaje central, unos valores de producción por encima de la media, y lo que es más notable es que no hay ni una sola víctima mortal en toda la pelicula a pesar de todas las sacudidas y sobresaltos a lo largo del metraje.
De manera puntual, las escenas finales tan caóticas que incluyen una piscina repleta de esqueletos (que más tarde se reveló que eran auténticos) son pura magia cinematográfica, haciendo uso de un ritmo frenético y un suspenso que te mantiene al borde del asiento.
Además, desde su estreno se ha hablado mucho de las historias de fondo y de la maldición que rodea la producción de la franquicia. Sirva de muestra la actriz infantil Heather O'Rourke quien murió de forma trágica a una edad temprana debido a una enfermedad intestinal y Dominique Dunne (que desempeño un papel menor como su hermana mayor) fue asesinada el mismo año del estreno de la pelicula.
A su vez las secuelas que aparecieron de manera posterior también han incluido personajes que murieron poco después de terminar las producciones. Verdad o ficción, tradición o meras leyendas, estas historias han contribuido a la mística y el misterio que rodean a esta pelicula.
En otras palabras, conocen la maldición la convierte en un filme más aterrador y le confiere una sensación parecida a la que debieron experimentar otros actores con determinados personajes, como si por el mero hecho de ver una cinta, se estuviera contribuyendo a los sucesos de la trama.
Como la mayoría de las películas que tuvieron éxito a finales de los setenta y principios de los ochenta, hubo secuelas que se hicieron con presupuestos más altos de modo considerable pero con resultados menos que estelares (de esto hay múltiples ejemplos).
Ninguna de las secuelas de Poltergeist, ni la programación televisiva posterior pudieron acercarse a la esencia de la original. Además, ¿Cómo se puede superar uno de los eslóganes más famosos de todos los tiempos? (léase: They're here!)
Comentarios