Director: Wayne Wang
Duración: 112 minutos
País: Alemania / Japón / Estados Unidos
Elenco: Giancarlo Esposito, José Zúñiga, Stephen Gevedon, Harvey Keitel, Jared Harris, William Hurt, Daniel Auster, Harold Perrineau, Deirdre O'Connell, Victor Argo, Michelle Hurst, Forest Whitaker, Stockard Channing, Vincenzo Amelia, Erica Gimpel, entre otros.
" Una tienda de tabaco ubicada en Brooklyn es el centro de la actividad del vecindario y las historias de sus clientes."
¿ Una película contemplativa? ¿Aburrida? Me parece que la clase de persona que realiza juicios de ese tipo sobre esta obra, no se está tomando el tiempo para reflexionar acerca de lo que ha visto en la pantalla por cerca de dos horas. Es decir, algunas cintas son más que acción y efectos especiales de última generación. Y esta creación pertenece a aquel grupo que no emplea esos recursos para contar una historia. Entonces, habría que olvidarse de todas aquellas tomas rápidas, vertiginosas y que pueden producir el vómito. También habría que olvidarse de todos aquellos ángulos de cámara interesantes.
Ahora bien, a pesar de ser un filme que carga con la etiqueta de ser una comedia, y por ello se le ha colocado en el paquete de producciones que pertenecen a ese género; en realidad esta es una película seria o mucho más cercana al drama y por lo tanto, requiere de un análisis ciertamente escrupuloso.
Y el análisis tan serio que requiere la película, lo recompensará de alguna manera alcanzando la comprensión tan anhelada de este proyecto como la obra tan destacada que en realidad es.
En realidad, no es un filme que posea un argumento que esté relacionado con el hábito de fumar, aunque el tabaco y el fumarlo se transforma en alguna especie de conductor que une la narrativa de la película: dicho de otra manera un simple engranaje para la trama.
A mi parecer, lo que manifiesta en algún sentido (que yo he simplificado bastante) es que todo sucede por un propósito, o como suele expresarse popularmente Todo pasa por algo. De eso se trata esta película.
Smoke es una película muy difícil de describir porque no se desarrolla con una narrativa que pudiese denominarse sencillamente como coherente o tal vez convencional, sino más bien lo hace empleando todo tipo de viñetas que tratan sobre la vida, sobre el azar, la comunicación y la interconexión entre los seres humanos. El autor del guión del filme y el director del mismo Wayne Wang (un realizador de orígenes chinos pero radicado en Estados Unidos) colaboraron en la historia durante años antes de que llegara a la pantalla y el trabajo en conjunto produjo un cine altamente literario y por lo tanto novedoso, que se divide en capítulos por separado, cada uno elaborando un personaje diferente de la trama.
Por supuesto, esta pequeña obra maestra merece ser vista muchas veces, y me agradaría seguir haciéndolo en el futuro porque me encanta celebrar los placeres simples de la vida: en otras palabras las amistades, las conversaciones amenas y, por supuesto, fumar un buen cigarro. Por ese motivo, en realidad diría que no se trata de una cinta compleja o experimental, solo es un bosquejo hermoso y simple a la vez de lo que significa el término humanidad.
Harvey Keitel interpreta a Auggie Wren, el dueño de una pequeña tienda de cigarros enclavada en Brooklyn. El peculiar individuo es fotógrafo aficionado, además de narrador de cuentos amateur, Auggie ha tomado una fotografía cada día desde la esquina de la calle ubicada fuera de su tienda durante los últimos catorce años.
La gente dice que tienes que viajar para ver el mundo, muy convencido señala Auggie.
Y concluye: A veces pienso que si te quedas en un lugar y mantienes los ojos abiertos, verás casi todo lo que puedas conocer.
Por eso, cuando decide mostrarle su álbum de fotos a un amigo, y este le comenta que todas las instantáneas se parecen, Auggie enojado señala las diferencias: la luz, la estación del año y la expresión en los rostros de las personas que aparecen en ellas. Todo es cuestión de reducir la velocidad, dice Auggie, estar en el tiempo presente y observar todo lo que está frente a ti.
Uno de los clientes habituales de la tienda es el escritor Paul Benjamin (a quien da vida el infravalorado William Hurt) que no ha publicado una novela desde que su esposa murió hace unos años en un incidente de violencia callejera. Cuando un joven negro que se hace llamar Rashid Cole salva la vida de Paul alejándolo de un automóvil que se aproxima, intentando devolver el favor Paul le ofrece un lugar para dormir en su departamento.
Las existencias de ambos se entrelazan en el encuentro del joven con unos ladrones y en la búsqueda que el confundido muchacho esta realizando de su padre, interpretado por el brillante Forrest Whitaker.
Más adelante cuando aparece la antigua amante de Auggie, Ruby, ella le confiesa al singular dueño de la tienda que tiene una hija embarazada y adicta, que ahora necesita su ayuda.
Todos estos incidentes que les han sucedido a los personajes a largo del metraje, se unen en una poderosa conclusión que es plenamente realizada mientras emergen los créditos finales en la pantalla.
Finalmente, aunque la cinta atesora sus momentos de gran dramatismo, es principalmente un tipo de película más bien discreta, que se ocupa de describir los eventos de la vida que van sucediendo todos ellos con un solo propósito, no como ocurrencias al azar o productos de la casualidad.
En cuanto a los personajes no son individuos propios de películas de tonalidades alegres, sino personas comunes y corrientes con los pies en la tierra, personificados por un elenco impecable.
La historia llega a una conclusión sublime gracias a una tierna historia navideña narrada por Keitel y apoyada por la inquietante canción de Tom Waits, Innocent when you dream.
Al final de cuentas, todos terminan en un lugar mejor que cuando todo comenzó, incluido yo mismo como un simple espectador.
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