Dirección: Yash Chopra
Duración: 176 minutos
País: India
Elenco: Amitabh Bachchan, Shashi Kapoor, Nirupa Roy, Parveen Babi, Neetu Singh, Manmohan Krishna, Madan Puri, Iftekhar, Satyendra Kapoor, Sudhir, Rajpal, Jagdish Raj, Raj Kishore, Yunus Parvez, Sarveshwar, Mohan Sherry, Alankar Joshi, Raju Shrestha, entre otros.
Esta es la historia de dos hermanos, Vijay y Ravi Verma que siguen caminos profesionales diferentes: Vijay es un contrabandista y Ravi el policía al que se le pide que de caza a Vijay. Los hermanos son hijos de un sindicalista, Anand Verma que fue derrotado y deshonrado por la empresa para la que trabajaba, cuando tras el secuestro de su familia, se vio obligado a poner fin a la huelga que había liderado. Incapaz de soportar la deshonra publica, Anand abandona a su familia, los hijos son criados por su madre, que los lleva a la ciudad de Bombay y allí sufre las tribulaciones de una madre soltera que se encuentra en la pobreza. Vijay, el hermano mayor crece con una aguda conciencia de la humillación de su padre, y es victima de la supuesta traición de este a los trabajadores. En la lucha por sus derechos, Vijay que comienza como lustrador y se convierte en trabajador portuario en su juventud, se convierte en contrabandista y en una figura destacada del mundo del hampa.
Cada cierto tiempo aparece una pelicula que rompe con ciertas normas, y a pesar de ello, consigue no solo un éxito arrollador, sino también convertirse en un clásico consolidado. Deewaar (que en castellano es conocida como La Pared) es una de esas películas.
Para este momento ya han transcurrido cincuenta años después de su estreno, y la cinta sigue siendo una de las obras más famosas que ha producido Bollywood. A quienes les encanta el cine hindú por sus extravagantes números musicales, su mezcla de romance, comedia, acción y melodrama, y su emotividad exagerada les sorprenderá saber que este explosivo filme de 1975 carece de forma notable de esos elementos característicos.
Sin embargo, La Pared es sin duda una pelicula de esas que se rotula con el término mainstream (es decir lo popular o la tendencia dominante) del citado Bollywood. Pero en términos simples resulta ser una cinta muy entretenida.
La historia comienza con una terrible decisión: para salvar la vida de su familia, Anand Verma, líder sindical de los mineros locales traiciona a sus seguidores y cede a las exorbitantes demandas de los propietarios de la mina.
A cambio de ello, es humillado y condenado al ostracismo por su propia comunidad. Incapaz de soportar la vergüenza, Anand huye, dejando a su esposa de nombre Sumitra Devi, y a sus dos retoños Vijay y Ravi abandonados a su suerte.
Ravi, el hijo menor se libra en gran medida de las represalias, protegido de la comunidad por su madre y su hermano. Por su parte Vijay, es quien sufre las peores consecuencias del trauma y se convierte en blanco de una brutal humillación publica. Las consecuencias de las experiencias tan diferentes entre Vijay y Ravi no consiguen más que intensificarse a medida que los hermanos crecen.
En un intento desesperado por darle a su madre las comodidades materiales que cree que le corresponden, Vijay resuelve por dedicarse a la delincuencia. Por el contrario Ravi, disgustado por los repetidos rechazos en un mercado laboral impulsado por el nepotismo, decide alistarse en la policía.
De modo inevitable, las diferentes ideologías de los hermanos conducen a un épico choque moral que crea un deewar o pared entre ellos.
Esta pared se vuelve insuperable cuando la madre de Vijay se niega a aceptar sus riquezas mal habidas y lo abandona para irse a vivir con Ravi. Al final, la miseria de Vijay lo obliga a buscar la redención, pero su intento por derribar el que ya es un muro que divide a su familia le costará un precio impensable.
La trama avanza a cada minuto con un tono que describiría con una sola palabra: tensión. De principio a fin, la pelicula se vuelve tensa de forma implacable, arriesgada, sombría y solemne, pero la solemnidad de la historia funciona por dos razones fundamentales: la destacada, abrasadora y explosiva actuación de Amitabh Bachchan; y el guion y los diálogos de Salim-Javed.
Decir que la actuación de Amitabh en aquella oportunidad fue destacada es caer en las obviedades, es como decir que las Cataratas del Niágara son un conjunto de cascadas enormes: se sigue quedando corto por algunos litros.
Para los que disfrutamos las interpretaciones en el séptimo arte (y si debe haber algunos fanáticos de ese tipo incluso en Bollywood), en general en Deewar se ofrecen algunas interpretaciones autenticas, sin adulterar y poderosas, sin parangón en el cine hindú. Aunque también hay que decir que no se sienten correspondientes a la década de los setenta, sino más bien a alguna década anterior y en ocasiones muy cercanas a peculiaridades que conocemos bastantes bien por estos lares, y que se denomina la Época de Oro del cine mexicano.
Como sea, el cuantioso elenco que participa en la producción interpreta algunas de las escenas más silenciosas de manera oportuna, y sin embargo más conmovedoras de la narrativa, escenas en las que la angustia silenciosa de Vijay se transforma abruptamente en violentas erupciones, que al pie de la letra van quemando la pantalla con intensidad, ira, brutalidad, vulnerabilidad y determinación.
Supongo que para el pequeño pero leal de manera feroz grupo de admiradores de Amitabh, La Pared es y siempre será su mejor interpretación. Para algunos de nosotros, define el estándar preponderante de la actuación en el cine de aquel lejano país.
Es el protagonista, y solo el protagonista quien transforma esta pelicula de un típico melodrama excesivo, con grandes diálogos pero sin buenas canciones en una experiencia apasionante de casi tres horas que deja al publico hipnotizado. Y sospecho que habrá algunos casos de personas llorando de modo desconsolado cuando aparezcan los créditos finales.
En cuanto al dúo compuesto por Salim y Javed, además de desarrollar el que de manera muy posible sea uno de los guiones mas reconocidos para una cinta de aquella pintoresca nación, la pareja debería haber recibido un premio por la cantidad de frases memorables que aparecen a lo largo del metraje.
El guión de Salim y Javed también se aleja de forma audaz de la corriente dominante en más de un sentido. Pero consideremos algunas curiosidades al respecto: por ejemplo el protagonista no canta ninguna canción en la historia, no hay una gran cantidad de comedia, ni rastro alguno de gente que pretenda hacerla.
Por otro lado, la protagonista femenina (que es la pareja del macho de marras, el tal Vijay) es una prostituta que como insiste de forma explicita la narración, mantiene relaciones sexuales con el héroe.
Es cierto que las profesiones de ambos personajes implicaban una serie de valores morales que distaban mucho de ser perfectos según los estándares de la clase media india, pero los guionistas asumieron un enorme riesgo al representar algunas escenas bastante atrevidas.
No obstante, el poder del guion era tal que al final el publico debe terminar por animar a ambos personajes con gran simpatía y apoyo.
Por ultimo, el protagonista es ateo (aunque supersticioso). Y no solo eso , sino que en una de las ahora famosas escenas del templo, se muestra claramente desafiante y con una actitud despectiva hacia Dios. Un paso bastante audaz, teniendo en cuenta que los héroes modernos siempre se muestran terriblemente piadosos y temerosos de una divinidad.
Por ultimo, la prueba más significativa de su trascendencia es el hecho de que a diferencia de otras películas exitosas, se le ha intentado imitar pero nunca se ha conseguido igualar (por eso en la ignorancia, se suele decir que nadie se ha atrevido nunca a copiarla).
En este caso, lo fundamental es que la confluencia de buenas actuaciones y guiones bien construidos no se puede convertir en una formula para regenerar hasta la saciedad.
Al final, ese puede ser el mayor tributo que el cine indio puede rendir a este clásico de todos los tiempos, que como todos ellos no se puede igualar.
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