Dirección: Lino Brocka
Duración: 125 minutos
País: Filipinas
Elenco: Hilda Koronel, Bembol Roco, Lou Salvador Jr., Joonee Gamboa, Pio De Castro III, Danilo Posadas, Joe Jardi, Spanky Manikan, Edipolo Erosido, Pancho Pelagio, Purita Yap, Josephine Gutierrez, Gina Zegui, Ronnie Magalong, Anna Marie Nicholas, Victor Diendo, Lily Gamboa Mendoza, Abelardo Reyes, entre otros.
Julio Madiaga, un sencillo pescador de la provincia viaja a Manila para encontrar a Ligaya la mujer que ama, que se marchó con una misteriosa mujer que le prometió un futuro mejor en la ciudad. Cuando llega, se sumerge en el estilo de vida de la ciudad y se relaciona con sus habitantes, experimentando la pobreza extrema, la mala suerte y la necesidad imperiosa de luchar por el sustento diario. Mientras Julio busca sin descanso a Ligaya, la ciudad lo cambia poco a poco y se convierte en un animal condenado a vivir solo para subsistir en una jungla salvaje e ineludible.
Como siempre ocurre con una pelicula como Manila en las garras de las tinieblas, el contexto es lo más importante. Se trata de una historia ambientada en las Filipinas, un país marcado por la pobreza y una aplastante sensación de tener que sobrevivir a duras penas, por no mencionar la constante explotación de sus pobladores (elementos que conocemos bastante bien en esta parte del mundo).
Se trata de una pelicula discreta pero poderosa, que está basada en la novela del mismo nombre de Edgardo M. Reyes, con un guion de Clodualdo del Mundo Jr. Cruda y conmovedora, la historia presenta un retrato tristemente realista de la pobreza extrema que resonará en muchos espectadores. La cinta es una critica mordaz a la corrupción y la insensibilidad del gobierno filipino de los años setenta, asi como una alegoría reflexiva sobre cómo los inocentes pueden corromperse por la inequidad de la vida urbana.
Es una obra implacable, y en ocasiones bastante difícil de ver, aunque siempre imposible de ignorar.
Todos los habitantes del lugar, ya sea a través del trabajo diurno, nocturno, el tráfico de personas y el comercio sexual y un largo etcétera (solo parecen faltar las drogas, pero estoy seguro de que se encuentran al margen del relato, si es que no a simple vista)
En algún sentido, es justo esa sensación de represión en esta sociedad la que deja al cine neorrealista italiano como un asunto pintoresco, y esa es la fuerza de la obra de Brocka, porque esta poniendo una lente a través de cómo él lo ve: la historia es sombría, dolorosa, y lo único que puede ser una luz para la experiencia es que las personas involucradas se preocupen unas por otras.
Escrita de forma esplendida, con una sutileza indiscutible, la cinta también es visualmente atractiva. La fotografía sobria y evocado de Miguel de León es impresionante y captura de forma única la agitada vida callejera de Manila. Incluso, en ocasiones filma la pelicula de manera similar a un documental, lo que aumenta el realismo del tema.
Aunque el argumento central de la historia es si Julio encontrará a su amada Ligaya en Manila, no llegamos a esa resolución hasta que han transcurrido dos tercios de la pelicula. Todo ese tema se trata en términos generales de cómo alguien que es un forastero en la ciudad como el mencionado Julio que proviene de un pueblo costero (aunque sigue estando muy arraigado en la cultura, la época y el lugar), y por lo tanto nosotros también somos esos forasteros.
No se trata de un viaje sutil: para muestra tenemos al horrible jefe de los trabajadores de la construcción (en donde Julio consigue un empleo) a quienes paga 2.50 al día, pero que en el papel cobran 4, a menudo mastica tabaco y tiene la ética de cualquier patrón explotador de la historia, pero eso no es realmente un inconveniente.
De alguna manera, creemos en este inhumano escenario porque creemos en las personas. Supongo que la mayoría de estos actores no eran profesionales, y se ajustan de manera conveniente bajo la dirección de Brocka y con un presupuesto ajustado.
Así que cuando Julio está en la calle, o esperando fuera del edificio donde está casi seguro que Ligaya está escondida, no parece que estemos observando algo tan alejado de la realidad o de algo que por estos lares no hayamos experimentado en carne propia. Al contrario, esto es la pobreza y la destrucción de la clase trabajadoras en todas partes del mundo. Y está retratado en una pelicula lanzada hace cincuenta años.
Sin embargo, las críticas al régimen de Marcos no se expresen de modo explicito, tampoco es necesario hacerlo. Quedan implícitas en el maltrato que sufren muchas de las personas con las que se encuentra Julio (y por supuesto, en algunos policías corruptos que no tienen reparos en robar dinero y abandonar a su suerte a quienes luchan por salir adelante) y, por supuesto, en la explotación de las mujeres en el mundo de la prostitución, que es una explotación laboral (aunque sea de otra índole).
El tal Julio es lo más parecido a una brújula moral que podamos encontrar en la historia: y es que, mientras sus compañeros de trabajo se van uno por uno con un testaferro, el se niega, a pesar de la presión del grupo; y en cambio por ejemplo se aferra a sus visiones del pasado.
Es un desgraciado hombre que no ve ninguna vida para sí mismo sin esa mujer que se fue, lo que constituye un buen propósito para la historia, pero también es su debilidad: ama tanto a esa mujer que nada más puede cambiar para él.
Si tuviese que mencionar algo que no me agradó, diría que algunos de los flashbacks, aunque eficaces cuando se utilizan de forma transitoria, se vuelven tan frecuentes que resultan repetitivos, porque ¿que más se podria incluir en ese breve recuerdo? Solo son aquellos recuerdos que no varían, que se tratan siempre de la misma imagen de Ligaya en la playa.
Como sea, mi única molestia queda resuelta de alguna manera cuando la trama alcanza a esa mujer y los dos se reencuentran.
Ocurren tantas escenas una tras otra de cierto tono, que casi parece un patrón deliberado en el que la idea parece ser: Esto es lo que le está sucediendo a esta persona explotada por las clases dominantes, con exceso de trabajo, mal sueldo y vida trágica, y si bien podría caer con facilidad en la propagada, no lo veo como algo negativo, ya que la pasión y la intensidad empleada por Brocka como cineasta, su compromiso con el realismo, acaba con la sensación de que estaba siguiendo una línea, ya que como mencioné se trata de personas que si existen.
Antes de cerrar me gustaría destacar el trabajo del elenco que ofrece lo mejor de sí mismo. En primer lugar Rafael Roco Jr., también conocido como Bembol Roco que da vida a Julio y ofrece una solida interpretación llena de inteligencia y profundidad emocional. Se ganó mi simpatía desde el principio y no la perdió en ningún momento. Y por su parte Hilda Koronel, aunque poco utilizada en el papel de Ligaya, se lleva todo el protagonismo en las pocas escenas en las que aparece y puede que te rompa el corazón en una de ellas.
En fin, la describiría como una obra inquietante, como una obra destacada en todos los sentidos. Triste, conmovedora y realista, ofrece una visión sin tapujos de la pobreza extrema y el hastío que se vive en la ciudad.
Potente y sutil a la vez, con una historia cercana a la realidad, por lo tanto devastadora y llena de critica social. Realiza una descripción cruel de lo que está mal en la sociedad (que tanto no ha cambiado en cincuenta años), y es capaz de mostrarlo utilizando el lenguaje cinematográfico, y por lo tanto demuestra su triunfo en este bella disciplina artística.
Solo unas cuantas películas, y aun menos en el cine filipino han logrado combinar el estudio social con el arte y producir una experiencia tan satisfactoria como esta cinta. Gracias a una restauración desarrollada hace algunos años, la pelicula puede verse en su máxima expresión, y es de esperar que siga ejerciendo su influencia en los años venideros.

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