Director: Richard Linklater
Duración: 102 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Jason London, Joey Lauren Adams, Milla Jovovich, Shawn Andrews, Rory Cochrane, Adam Goldberg, Anthony Rapp, Sasha Jenson, Marissa Ribisi, Deena Martin, Michelle Burke, Cole Hauser, Christine Harnos, Wiley Wiggins, Mark Vandermeulen, entre otros.
" Al igual que hiciera George Lucas en American Graffiti veinte años atras, Linklater retrata el último día de clases de unos adolescentes de una preparatoria en 1976. Una fiesta de cerveza, marihuana y novatadas para un día único tanto para los jóvenes que se marcharán para siempre como para los novatos que llegan."
No viví la secundaria ni la preparatoria de manera parecida a como las viven los jóvenes de esta película, pero en algún momento sus preocupaciones son tan similares a las que yo tuve por aquel entonces, que la película me ha transmitido un saborcillo a melancolía más que agradable.
Linklater me parece un visionario, lo ha demostrado en diferentes etapas y de muchas formas, para ello véase toda su filmografía y seguro se hallaran más de una joya.
En este caso concibió unos personajes convincentes, con inquietudes y lo más importante, sin retraso mental adolescente hecho en Estados Unidos que es típico en esta clase de obras.
Es algo más que la típica película de adolescentes, mucho más creíble y real que la mayoría, con los personajes menos segregados y estereotipados que de costumbre aunque aparezcan inevitablemente los distintos roles, es decir, los jugadores del equipo de fútbol, los "freaks", el galán de turno, las porristas y demás personalidades.
Sin embargo, a diferencia de otras cintas, aquí todos se mezclan y se comportan de forma mucho más natural, la etiqueta no hace al personaje, sino que simplemente es un trazo más dentro de la personalidad de cada uno de ellos, lo que dota a la película de una frescura y naturalidad francamente inusual.
Otro gran acierto de la película es como consigue que todo el mundo pueda verse reflejado en alguno de los personajes y como muestra, que a pesar de las modas y las tendencias, los roles permanecen con el paso de los años, que nada es tan distinto en el fondo y que sólo cambia la fachada. No deja de ser curioso como mientras te sorprendes de sus prendas y formas de pensar, en el fondo no se puede evitar asociar cada personaje, de una manera bastante cercena, a alguien conocido o incluso a uno mismo.
El director realizó un interesante retrato de una sociedad juvenil que queda aquí representada por gente que podría denominar como despreocupada, sin más futuro que molestar a los nuevos de la escuela, emborracharse, fumar algún porro o ligarse a alguna chica.
Eso sí, es una cinta que recuerda irremediablemente a American Graffiti de George Lucas, aunque en este caso la obra está envuelta en la sórdida atmósfera de lo que les esperaba a estos jóvenes en la Guerra de Vietnam, imprimiendo en ella un cierto aire desesperanzador. En esta obra no hay más que horizonte que el disfrutar de un último día de clases de preparatoria y el retrato que se genera de ello resulta el de una juventud que básicamente solo piensa en pasárselo bien.
La historia tiene un ritmo que prácticamente es musical, sabiendo montar muy bien las diferentes tramas, es todo muy verosímil y nada artificioso, llegando a percibir en ello por ejemplo lo frágil del carácter juvenil que está aún por forjarse, una personalidad todavía por modelarse. Apreciamos sus inseguridades, sus anhelos, acompañado de un ritmo narrativo fluido, que nunca se estanca, respaldado por un guión notable, rebosante de aire fresco propio de un realizador como Linklater, quien es a mi entender un experto en la composición de diálogos ágiles y en la radiografía de personajes que transmiten humanidad, ya lo demostró en dos obras sobresalientes con las que me ganó para su causa: Before Sunrise y Before Sunset.
La banda sonora es otro de los aciertos del filme, colmada de varios temas rockeros de la época en la que se desarrolla la historia y que sirven completamente para sumergirte en ella.
El elenco lleva a cabo unas interpretaciones destacadas, sabiendo dotar a cada rol de los diferentes matices para no caer en el cliché, podría resaltar en ese sentido a Adam Goldberg, un actor habitual en el trabajo del director. Como dato anecdótico puede manifestarse el hecho de que aparezcan en sus primeros papeles actores tan reconocidos ahora en el cine de Hollywood como Matthew McConaughey, Milla Jovovich o el propio Ben Affleck.
La película no es una obra maestra, pero tampoco anhela serlo y por ello se agradece la sensación que te deja como espectador a su termino. En resumen, una película entretenida, sencilla, cercana y muy amena, contada sin grandes pretensiones y que posiblemente consiga más de lo que ambiciona. Una auténtica película de adolescentes.
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