Director: Tim Burton
Duración: 92 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Alec Baldwin, Geena Davis, Annie McEnroe, Maurice Page, Hugo Stanger, Michael Keaton, Rachel Mittelman, Catherine O'Hara, J. Jay Saunders, Mark Ettlinger, Jeffrey Jones, Winona Ryder, Glenn Shadix, Patrice Martinez, Cindy Daly, entre otros.
" Una pareja de fantasmas que recientemente fallecieron, deciden contratar los servicios de un bio-exorcista con el fin de eliminar a los nuevos y desagradables propietarios de su casa."
Tim Burton suele contar que tras dirigir Pee-wee's Big Adventure (1985) estaba deseoso de involucrarse en algún proyecto interesante, y con el que pudiera sentirse a gusto consigo mismo. Sin embargo, a sus manos solo llegaban una y otra vez lo que él denominaba comedias tontas y decidió seguir esperando, hasta el punto de llegar a pensar que tal vez nunca más lograría volver a dirigir. Todo cambió cuando recibió el guión de esta película, la cual le gustó no solo por la historia en si, sino también por lo moldeable que resultaba en su conjunto, ya que todo el asunto en un principio como el mismo reconocería no tenia demasiado sentido.
Quizás los primeros cortos de Burton eran demasiado oscuros para Disney (y por qué no decirlo, también demasiado ocurrentes), por lo que no fueron ellos sino Warner Brothers, quienes permitieron al originario de California dar el salto al largometraje.
Un joven y experimental Tim Burton exprimiría las ideas del guión inicial hasta lo inimaginable, dando lugar a una cinta totalmente única para la época, una especie de comedia de ultratumba repleta de creatividad e imaginería Burtoniana, que fue en aquel entonces totalmente única y novedosa. Es importante señalar que si se esta iniciando en la obra de Burton, deben verse sus películas en orden cronológico, pasando en ese sentido desde su primer corto Vincent a Frankenweenie, y posteriormente a Pee Wee, para desembocar en Beetlejuice como el punto máximo de una primera etapa donde Burton sentaría casi todas las bases de su estilo en el cine.
Hay diversas maneras de ver esta creación suya. Por ejemplo, puedes acercarte a ella desde un punto de vista lineal y disfrutar con la divertida y al mismo tiempo original aventura del matrimonio protagonista. Alec Baldwin y Geena Davis resultan encantadores en su papel de recién fallecidos, intentando poner un poco de orden desde la muerte, todo un cosmos que por supuesto desconocen. Entonces apoyados por los organismos burocráticos del mas allá (escenas impagables todas aquellas que se desarrollan en esa administración post mortem) y por el propio Beetlejuice, irrepetible Michael Keaton, que se toma toda la libertad para ir sembrando el caos y la confusión, mientras exhibe su irónica actitud canalla y libertaria.
En el caso de todos los personajes que están vivos, la gran mayoría de ellos cumple en sus papeles, aunque obviamente habría que destacar el vinculo que une a ambos mundos: Lydia que es la adolescente oscura que se siente fuera de sitio, hasta que entra en conexión con la muerte, su sensibilidad se contrapone al caprichoso, banal y mezquino mundo adulto que la rodea reproduciendo Winona Ryder uno de los mejores personajes de su carrera.
Una vez asimilada la trama se requiere otro visionado de esta obra, básicamente para deslumbrarse ante el desfile de ideas visuales que la inundan. Desde el plano secuencia inicial que nos brinda una sorpresa arácnida, hasta la escena final con la propia Lydia elevándose hacia el cielo, lo cual resulta ser de una creatividad indiscutible.
De hecho, se puede asegurar que esta creación de Burton es una de las películas más imaginativas de su director y muchas de las cosas que se ven aquí se repiten en mayor o menor medida en su trabajo posterior. Por eso en ocasiones, los fervientes seguidores de Burton regresan a este filme por el mero hecho de constatar que la urbanización de Edward Scissorhands ya estaba ahí, que entre Jack Skellington y el personaje de Beetlejuice existe algo más que un simple parecido y que la fusión entre la vida y la muerte no es algo exclusivo de Corpse Bride, por citar solo tres de los ejemplos más evidentes.
Si hay algo que describe fácilmente su filmografía, una sola característica que haya marcado toda su obra hasta el momento, es la convivencia (algunas veces pacifica, otras no tanto) entre vivos y muertos, o en su defecto una reflexión acerca de la muerte por si sola. Aunque claro, hay toda clase de excepciones a la regla como Big Fish o Ed Wood. Pero hay que fijarse en el resto de la filmografía y se apreciara esa interrelación entre muerte y vida que siempre esta presente en ella. Y el comienzo de esa tendencia, fue sin duda esta película.
La película es ante todo una gran comedia; repleta de ese humor negro tan característico del cine del director californiano, que además en esta oportunidad facilita una diversidad de situaciones que en ese proceso se van presentando cada cual más surrealista y disparatada. Es probablemente la película más abiertamente cómica y divertida que ha filmado Burton jamas, pero aun así no deja de ser una reflexión (jocosa, si, pero reflexión) de lo que se comentaba al principio acerca del trascendente asunto de la mezcla entre el mundo de los vivos y los muertos, y a dónde van las almas cuando desaparecen del mundo. Como sea, ante todo, esta cinta es una broma consciente y alocada, cuya única pretensión es entretener. Y vaya si lo consigue.
Y qué decir de otros apartados más técnicos de la misma como el vestuario, los efectos visuales (para la época, están muy bien hechos) y la música, donde ya estaba haciendo de las suyas Danny Elfman, el mejor socio de Burton. Además, como yo la mencioné la película cuenta con un elenco fantástico. Geena Davis y Alec Baldwin nunca habían estado tan divertidos, Catherine O'Hara por su parte demostró una maravillosa capacidad cómica (ojo a la divertida escena de la cena intervenida por los fantasmas), y Winona Ryder emerge como la gran actriz que llegaría a ser años después. Y Michael Keaton, crea un personaje absolutamente icónico con el sinvergüenza y verborreico que le da nombre a la cinta. Un personaje que es todo exageración, pero sin caer en el insufrible histrionismo en el que suele caer en esta clase de papeles el que ahora el colega con quien trabaja constantemente de nombre Johnny Depp, que sin duda habría interpretado al personaje de haber conocido en ese entonces a Burton.
En definitiva, una película imprescindible, para fanáticos del director y para los que no lo son, por lo divertida e ingeniosa que es.
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