Director: Jon M. Chu
Duración: 120 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Constance Wu, Henry Golding, Michelle Yeoh, Gemma Chan, Lisa Lu, Awkwafina, Harry Shum Jr., Ken Jeong, Sonoya Mizuno, Chris Pang, Jimmy O. Yang, Ronny Chieng, Remy Hii, Nico Santos, Jing Lusi, entre otros.
" Una comedia romántica contemporánea, basada en un libro que se convirtió en un éxito de ventas a nivel mundial, sigue a Rachel Chu, una joven profesora originaria de Nueva York de ascendencia china que viaje a Singapur para conocer a la familia de su novio."
Con tanto interés generado en que esta fuese al mismo tiempo tanto una película conocida entre el gran público, como una cinta poco habitual gracias a que iba a hacer uso de un elenco totalmente asiático aunque la producción haya sido completamente estadounidense, era muy posible perder de vista el hecho de que se trata en algún sentido de una especie de El club de la estrella (un filme de temática muy parecido a este que fue lanzado en 1993), solo que correspondiente a esta generación.
A grandes rasgos el director John M. Chu ha presentado una comedia romántica entretenida (por ratos), aunque muy poco ingeniosa y ciertamente convencional, que pretende complacer al público con el breve toque que posee de algo que suele llamarse como conciencia cultural. De igual forma, brinda algunas actuaciones decentes, incluyendo la participación de Constance Wu quien interpreta a la intachable mujer que protagoniza este relato.
Basada en la novela más vendida de Kevin Kwan, el guión estuvo a cargo de Peter Chiarelli y la escritora para la televisión Adele Lim.
La historia gira alrededor de Rachel Chu, quien es una enérgica profesora de economía de orígenes chinos pero que ha nacido en Estados Unidos, y el sujeto que encarna el papel de su novio: el multimillonario Nick Young quien es interpretado por el recién llegado a la pantalla grande Henry Golding. Así que, Rachel, es una persona exitosa y segura de sí misma, criada por una madre soltera que pertenece a la clase trabajadora (la cual huyó de China durante su embarazo); que asume de modo injustificado que su encantador y guapo novio proviene de las mismas raíces de plebeyo que ella. Por lo que, no es hasta que ella acepta acompañarlo a Singapur donde se llevará a cabo la boda de su mejor amigo, que comienza a zambullirse en la verdad (o la mayor parte de ella) acerca de su reservado prometido.
Entonces, al igual que ella, nos percatamos que tanto Nick como su familia son casi reyes en Singapur; es decir, son una de las familias más acaudaladas de la ciudad, del país y prácticamente del mundo entero.
Por lo tanto, una vez que han arribado al paradisíaco lugar donde se celebrará el matrimonio, el argumento adecuado para una telenovela comienza a desplegarse con todas las fuerzas. Y es que ahí, Rachel se entera de manera pronta que la madre de Nick, ciertamente no está muy abierta a la idea que su hijo, el único aparente heredero de la compañía (y por consiguiente de la mayor parte del patrimonio de la familia), tenga algo que ver con una mujer que carece del pedigrí que se requiere en esos casos; en otras palabras, dinero, un legado chino que sea puro al cien por ciento y nada más.
Michelle Yeoh (a quien recuerdo perfectamente de aquella maravilla llamada El tigre y el dragón) personifica a la fría y calculadora matriarca Eleanor Young, y hay que señalar que es bastante elegante en cada oportunidad que tiene para mostrar su desdén por Rachel, y en lograr capturar esa peculiar relación que existe entre madre e hijo en el caso de los asiáticos.
Por ello, probablemente algunas de las mejores escenas del filme son aquellas interacciones que ocurren entre Rachel y Eleanor, cada una de ellas tan ansiosas por conseguir el triunfo en sus misiones completamente opuestas, lo que las transforma en automático en rivales luchando por conseguir la predilección de un hombre.
Más adelante, luego de hallarse enfrentando una serie de acusaciones generalizadas provenientes de la parentela de su enamorado de ser una mera arribista, Rachel se retira para recibir el consejo, el apoyo y la palabra justa de su vieja amiga de la universidad Goh Peik Lin, interpretada por la pesada Awkwafina, una mujer que habla bastante rápido y es bastante irritante.
En algún sentido, el humor intenta prevalecer en todas partes de la anécdota que cuenta, y algunas ocasiones los chistes que se emplean son de naturaleza desmedida.
Ken Jeong y Koh Chieng dan vida a los padres de Peik Lin, una especie de caricaturas de esos que rotulan como nuevos millonarios. En pocas palabras, gente con dinero pero carente de clase. Además, aparecen Jimmy O. Yang como el espécimen clásico de una fraternidad que nunca ha madurado, ni piensa hacerlo, y que en este caso se vuelve el gran responsable de la extravagante despedida de soltero, Nico Santos es Oliver el autodenominado como la oveja arcoiris de la familia, y Ronnie Chieng es el desagradable miembro que toda familia posee y al que todos evitan.
Ahora bien, la comedia proporcionada por todo este grupo de anormales, evita que los elementos dramáticos de los que se dispone, se vuelvan demasiado pesados para los espectadores. Esto es cierto, incluso con aquella subtrama innecesaria (que más bien parece un cortometraje) que nos entrega a la bella hermana de Nick, Astrid (una Gemma Chan que roba escenas son su presencia) y su matrimonio en pleno proceso de desintegración con otro forastero.
Otro rasgo es que la opulencia y la riqueza a niveles obscenos se exhiben por completo, lo que seguramente dejará a mas de uno un poco inseguro (por puro diseño) exactamente en aquel lugar dónde se debe poner énfasis en el título de esta creación. Aunque cuenta con los elementos requeridos de un adecuado cuento de hadas, ciertamente no cae en todos los lugares comunes de ese tipo de narrativa. Así como en el caso de Cenicienta, cuya parábola permitió que por ejemplo una mujer de buen corazón fuera rescatada de un trabajo propio de un esclavo y de una cama ubicada en el sótano. En esta historia tan semejante a la anteriormente citada, no se rescata exactamente a la protagonista del cuento, ya que en esta ocasión se trata de una mujer fuerte y hecha a sí misma. En cambio, realiza una propuesta arriesgada, al ser un personaje principal juzgado tan duramente en algún punto del relato, mientras que, de hecho debería ser ella quien procediera a realizar sentencias tan severas: primero por relacionarse con un novio que nunca fue honesto, y luego por toparse con una familia que asume sin conocerla que no es lo suficientemente apropiada para formar parte del adinerado clan.
En un dato curioso que se relaciona con la mencionada obra El club de la estrella, Lisa Lu (ahora de 91 años) interpreta a la abuela de Kevin, la genuina matriarca de la familia, y una mujer que ha jugado un papel fundamental en convertir a Eleanor en la protectora de familia y de la tradición de tan distinguido linaje.
Conviene subrayar la filosofía que guía la existencia y el desprecio que Eleanor expresa hacia Rachel y que se resume en una sola línea: Lo único en lo que piensan los estadounidenses es en su propia felicidad. Sin duda debe ser uno de los momentos en los que hubiese querido que la cinta profundizara un poco más en el asunto y explicara a profundidad las tradiciones y las diferencias culturales que causan tal cantidad de ponzoña hacia la apocada profesora.
En lo que respecta al director Chu, posee una larga sucesión de filmes que han sido valorados de manera negativa y que por lo tanto no merece la pena mencionar, aunque al parecer ese ritmo adverso probablemente se modificó con esta cinta. En términos visuales, destacaría una composición ejecutada justo al principio de la película que se vincula con el peculiar universo de las redes sociales y que es una auténtica fiesta visual, y el trabajo de la cámara con tomas aéreas sobre Singapur es francamente impresionante. También la banda sonora ofrece versiones asiáticas de algunas canciones que resultan familiares, incluida una de Cheryl K cantando Money (that's what i want), una melodía de Berry Gordy que estoy acostumbrado a escuchar interpretada por John Lennon.
En cuanto al elenco, merecen su correspondiente elogio, ya que las señoras Yeoh y Lu son parte de la realeza asiática en cuanto a actuación se refiere, mientras que la señorita Wu y el galán de apellido Golding seguramente verán sus carreras dispararse luego de esta cinta.
Finalmente, el director y los productores también deberían ser felicitados por tomar la inusitada decisión de elegir el arte por encima del dinero. Estaban tan comprometidos con la película y con alcanzar una audiencia mayor que se acercara a las salas de cine para observar su creación, que decidieron rechazar enormes cantidades que Netflix les ofreció por los derechos de su cinta. Esto fue sin duda un riesgo que probablemente les trajo grandes satisfacciones, uno que valió la pena.
Como cierre, una interrogante me queda: ¿Es una simple historia de amor complicada por la familia, la economía, la tradición y las diferencias de clase; o es una historia de tradición y riqueza que intenta salvar la pureza de una historia de amor independientemente de la clase social?
De cualquier manera, es una historia muy conocida (si no es que demasiado trillada) y que seguramente entretendrá a la mayoría de aquellos que se acerquen a ella con unas expectativas entre escasas y nulas. Como cortesía adicional, se ganará el conocimiento sobre una broma que tiene que ver con plátanos que será mejor no ser repetida.
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