Director: Bernard Rose
Duración: 99 minutos
País: Estados Unidos / Reino Unido
Elenco: Virginia Madsen, Tony Todd, Xander Berkeley, Kasi Lemmons, Vanessa Williams, Dejuan Guy, Marianna Elliott, Ted Raimi, Ria Pavia, Mark Daniels, Lisa Ann Poggi, Adam Philipson, Eric Edwards, Carolyn Lowery, Barbara Alston, entre otros.
"Candyman, un alma asesina con un gancho por mano, es convocado a la realidad de manera accidental por una estudiante escéptica de posgrado que investiga el mito del monstruo."
Helen Lyle, estudiante de doctorado y esposa de un profesor universitario, está investigando todo lo referente a leyendas urbanas y al folclore mitológico para su tesis escolar. Sin embargo, hay una de esas leyendas que llama en particular su atención, y la termina por llevar a un conjunto de viviendas en ruinas donde los residentes creen que algunos asesinatos que tuvieron lugar allí, fueron cometidos por el asesino en serie de mano de gancho al que suelen denominar como The Candyman.
El tal Candyman es una especie de figura misteriosa que puede ser invocada repitiendo su nombre cinco veces mientras una persona se mira en el espejo. Luego de que Helen realiza justamente el peculiar ritual, su vida se convierte en una horrible pesadilla, que se tambalea entre la realidad y el mito, a medida que se va acercando a la verdad sobre el enigmático asesino.
Este visionado fue el segundo que realizaba de esta película y esta memorable pieza no ha perdido nada de su poderoso efecto. A mi parecer no solo es una cinta de terror inquietante de una forma muy eficaz lo que resulta casi increíble, ya que logra crear una trama al mismo nivel tan trepidante como ingeniosa con un tono fisiológico tan escalofriante, sino que además también proporciona algunas conmociones generalmente perturbadoras que se apoderan del espectador y no están hechas particularmente para los del tipo aprensivo. Por lo tanto, es un filme que está lejos de todo el slasher acostumbrado, y por ende simplemente para variar no se concentra en la violencia como eje de los sobresaltos que están por emergen en pantalla.
Por otra parte, la trama no solo se basa en aquella leyenda mística de manera estructural, sino que también hay algunos comentarios sociales firmes sobre la concepción muy particular que se puede tener hacia la raza y el sexo, lo que agregó un ingrediente más a esta trama construida de forma inteligente y dispuesta a forma de capas (o más bien debería llamarla una trágica historia de amor).
Una de las grandes cualidades del guion es que el propio espectador se llega a sentir preocupado de manera genuina por lo que le está sucediendo a la protagonista, y hacia dónde se dirige esta historia al jugar con lo que la gente cree y cómo estas creencias pueden llegar a superar a sus portadores e incluso a destruirlos. Además, la cinta hace un gran uso de los sombríos alrededores de Chicago. Es decir que la película no solo tiene sustancia, sino también estilo.
Así mismo la dirección de Bernard Rose es bastante destacada, dado que determinó mezclar de forma magnifica imágenes que terminan por revolver y agitar tanto el mito como la realidad de un modo asombroso. En particular se destacan los encuentros bien elaborados entre Helen y Candyman, puesto que cada una de esas secuencias se vuelve terriblemente espeluznante. Para ello se crea una atmósfera tan sombría y oscura dentro de aquellos edificios en ruinas repletos de vibrantes obras de arte, entonces el aura de variadas capas va de la mano con la leyenda de mal talante. A su vez, el ritmo lento de la película es adecuado, no hay tediosos baches porque se está totalmente envuelto en la historia y en las deliciosas interpretaciones.
Teniendo en cuenta que el número de muertos dentro de la historia no es grande, si cabe señalar que hay algunas muertes realmente espantosas, con mucha sangre. En ese sentido, el maquillaje y los efectos especiales son en extremo meticulosos e ingeniosos. Y por supuesto, la música tan efectiva creada por Phillip Glass, merece un gran elogio. Por momentos es como un bálsamo, como un calmante, por otros se vuelve alarmante y hasta amenazadora, y por ello la califico de efectiva dada su enorme capacidad para generar un impacto tan poderoso.
Otra de sus grandes fortalezas es el trabajo de cámara que posee que es tan suave como la seda; ya que se capturó el diseño equilibrado de Chicago con muchas tomas impresionantes de Ariel (si, me refiero a la gran secuencia de créditos iniciales). En general, debo admitir que me sorprendió esta producción tan bellamente planificada.
En cuanto al villano de la historia, debo señalar que es todo un icono del terror. Y en este caso Tony Todd consiguió una actuación tan aterradora y profunda personificando al mítico Candyman. Creo que de alguna manera este personaje de terror barre con todo el resto de íconos de su género y ¿Quién lo creó? Es un personaje que surgió nada menos que de la mente oscura de Clive Barker (creador también de Hellraiser) quien da vida a este aterrador thriller, que se basa fundamentalmente en el cuento de Barker de título The Forbidden. Al escritor inglés se le ocurrió un personaje de terror único que es francamente desconcertante, completamente auténtico y que goza de una enorme profundidad. Pero como ya lo mencioné, la imponente figura y la inquietante voz de Tony Todd tienen mucho que ver en el asunto y por ese motivo genera que cualquiera tiemble en su presencia. Hay que mencionar, además a Virgina Madsen quien ofrece una actuación estelar como Helen Lyle, una protagonista a la nos sentimos muy cercanos, por eso realmente nos importa y sentimos lo que está sintiendo. Se debe agregar que también hay buenos papeles secundarios con Xander Berkeley como el esposo de Helen, o Kasi Lemmons como la amiga/estudiante que está trabajando en la tesis con la protagonista y Vanessa Williams que es la mujer que vive en la ruinosa propiedad. Y una breve acotación al dialogo presente en el filme que suele estar lleno de reflexión, así como de algunos temas sugerentes y las líneas de Todd eran bastante poéticas y suaves.
Sin embargo, la única objeción que le pondría seria el final. Me decepciona una parte de el y sigo pensando que hubieran podido deshacerse de ese cierre. Simplemente se siente una delicadeza que no va acorde con el resto. De todos modos, esto no impide que sea terrorífica y espeluznante y que gran parte de su metraje se presente como un asunto que provoque conmoción.
Para entrar de lleno en la convención, diría que en definitiva es una película para ver ya entrada la noche y solo.
Una de las películas de terror más lúcidas (si no es que una de las mejores) de aquella década decepcionante como suele ser etiquetada los noventa para las cintas de dicho género. Si estás buscando un terror serio (antes de que los imitadores de Scream se burlaran del subgénero slasher) yo te recomiendo este provocativo slasher que no se burla de la audiencia.
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