Son las 9 de la mañana, parece que mi compañero esta vez no vendrá y esa no es una noticia muy agradable porque me quedaré solo el resto del día.
Hoy es la última vez que trabajamos con los niños en este año, ya que el próximo sabado habrá una pequeña convivencia ofrecida en su honor. Espero tener ánimos para contarla después, porque me temo que puede dar flojera hacerlo; como sea haré mi mayor esfuerzo.
Regresando al motivo de este post, por ser la última vez, merece una reflexión de mi parte.
Cuando venía hacía la clínica, pensaba en lo que esta nueva experiencia le ha dejado a mi vida. Es la primera vez que dentro de la carrera tengo prácticas "formales" podría llamarles y es que las anteriores dejaron poco que comentar. De hecho, la pasada estancia fue una muy mala experiencia, pero esa es otra historia.
Enfrentarme a pacientes reales, con problemáticas reales, es mucho más gratificante y más complicado de lo que pensé, porque aquí no puedes acudir a los libros para encontrar la solución a determinada situación que se te presente. Ha sido difícil desde el inicio, aquí he narrado algunos de esos sucesos, ha sido cansado, he tenido que soportar un ambiente pesado, superiores prepotentes... es decir, todo un caos.
Ojalá existiera un manual como los de Psicoterapia, para los problemas de la vida, aunque no sé cómo se llamaría.
Hace una semana, cuando mi compañero si vino, me dijo que hay gente a la cual no le simpatizamos; a la cual nuestra presencia no es grata. Solamente afirmó algo que yo ya había percibido desde mucho tiempo atrás.
Lo más estúpido de esa situación, es que, esas malas personas justifican su molestia con nosotros al decir que gozamos de ciertos privilegios con la maestra. Motivo por el cual, yo concluyo que si son sumamente idiotas, dado que comparados con los demás participantes de la estancia nuestra calificación fue la más baja de todo el grupo.
En fin, gente imbécil hay en todos los lugares. Pero esta vez no quiero "lanzarles" malas vibras a ciertas personas, esta reflexión tiene como objetivo principal darle un cierre a este relativamente pequeño ciclo que inició en septiembre, ha sido un camino muy largo el recorrido hasta ahora y ese camino debía de tener un final.
Lo que he aprendido en este sitio, dejando de lado a maestras histéricas, ayudantes con altas pretensiones, compañeros ineptos, es que esto es realmente a lo que me quiero dedicar por el resto de mis días. Diría que: "al César lo que es del César" y a "Dios lo que es de Dios", es decir, si no sirviera para eso ya me habría dado cuenta y siendo muy honesto conmigo me dedicaría a otra cosa. Yo tengo deficiencias y las acepto, lo preocupante son algunos compañeros que a estas alturas ya se muestran como todos unos expertos y siendo honestos y lo más objetivos posibles, sus deficiencias son mayores que las mías. Como sea, yo no voy a ser quién los descarte o no del negocio de la profesión, eso lo hará la gente o el tiempo.
Sé que debo trabajar en ello, mejorarlo y aceptar que aún me falta mucho por aprender. Quisiera irme ya, tengo sueño, no soporto más a algunas personas que laboran aquí.
Sin embargo el día apenas empieza, sólo pienso en cómo me gustaría ver a Lala, en acostarme en mi camita y comer un buen taco de carne.
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