Director: Paul Morrissey
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Joe Dallesandro, Geraldine Smith, Patti D'Arbanville, Candy Darling, Jackie Curtis, John Christian, Maurice Braddell, Geri Miller, Louis Waldon, entre otros.
" Joe es un joven adicto a la heroína. Consciente de su belleza, vende su cuerpo para ganar el suficiente dinero que permita pagar el aborto de la amiga de su mujer. Desnudos frontales, sexo, drogas y mucha libertad de expresión a finales de los sesenta se dan cita en esta famosa cinta apadrinada y producida por el rey de la cultura pop de Nueva York Andy Warhol."
La primera cinta de la trilogía de Paul Morrisey, nos relata la historia de un hombre que se prostituye llamado Joe, el cual vive con su esposa (que además es lesbiana o bisexual) de nombre Geri. Asimismo Joe, tiene un pequeño hijo, al que vemos alimentar con panecillo al inicio de la película. La esposa, en la secuencia inicial, presiona a Joe para que se levante de la cama, salga a las calles y obtenga un poco de dinero, el cual requiere para el aborto de su amiga (que en realidad es su amante).
Todos estos detalles tan espeluznantes de la arriesgada obra de Morrissey, nos intentan demostrar las cosas tan repulsivas que algunos adictos deben llevar a cabo para conseguir su dosis de todos los dias.
Al final de cuentas, Joe está vulnerable en todo momento ante cualquier perversión que se le ocurra a alguno de sus clientes, por otro lado el espectador está forzado a confrontar sus propios fantasmas de acuerdo a lo que observa en pantalla; ya que la naturaleza provocadora del filme lo enfrenta a su propia carne como es el atinado título del proyecto y se debe estar realmente seguro si se siente cómodo y feliz con ello o simplemente aburrido y aturdido con lo que se ve.
Porque estoy seguro que enfrentarse a este ejercicio cinematográfico puede suponer todo un reto para un espectador no muy acostumbrado a un cine tan experimental, transgresor y en algun momento hasta perturbador.
De hecho, considero que definitivamente este filme no es apto para todo el público. Es probable que para muchas personas sea casi imposible de aceptar la calidad tan pobre del mismo, así como lo mal realizado que está. De igual manera sería imposible para mucha gente poder apreciar el hecho de que un actor, un icono para la cultura gay como Joe Dallesandro, se muestre en cada escena tan valiente, pero sobre todo dispuesto a exhibirse a sí mismo en posiciones muy delicadas y no únicamente en el aspecto físico, sino emocional.
Aunque ahora mismo este cine no sorprenda ni escandalice, salvo a algún santurrón por el hecho de mostrar el trasero y pene del protagonista, prefiero esta clase de propuesta a otras que se autonombran innovadoras en el campo del séptimo arte y que muchos califican como evolución natural del mismo. Por eso esta obra es para personas que tengan ganas de ser involucradas en los puntos emocional y visual a través de una historia cruda, un proyecto que muestra la fachada tan repulsiva de las calles de Nueva York en aquella época y que se niega a tomar una posición de juez ante todo ello.
Así que, olvídense de que el filme cuenta las andanzas de un hombre miserable que prefiere usar su cuerpo hasta acabar con él y concéntrense en las imágenes llenas de poesía, sensibilidad y al mismo tiempo humorísticas, incitadoras y muy desobedientes.
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