Director: Adam Elliot
Duración: 80 minutos
País: Australia
Reparto (voces): Toni Collette, Philip Seymour Hoffman, Eric Bana, Barry Humphries, Bethany Whitmore, Renée Geyer, Ian 'Molly' Meldrum, John Flaus, Julie Forsyth, Michael Ienna, Christopher Massey, Shaun Patten, Carolyn Shakespeare-Allen, Leanne Smith, entre otros.
" Narra la larga amistad por correspondencia entre un judío cuarentón, obeso y comedor compulsivo que vive en Nueva York y una niña australiana de 8 años llena de complejos que vive en los suburbios de Melbourne."
Hay películas sobre las que no resulta fácil escribir porque de algún modo han tocado fibras muy íntimas y a estas alturas de la existencia de este cinéfilo empedernido que un filme logre calar tanto, ya da casi vergüenza reconocerlo, pero esta cinta me ha dejado así. Casi sin palabras.
Considero que esta obra cinematográfica es de las que dejan huella en la memoria, no sólo porque es una película repleta de originalidad, sino por la forma tan atinada de expresar el miedo a la soledad y debido a esto la emoción que puede significar cualquier contacto humano por mínimo que sea, cuando se está tan completamente aislado de todo y de todos. Porque hasta cierto punto los dos son seres confinados a una separación del mundo al cual perciben de la misma manera: es un lugar peligroso, cruel e ilógico. En pocas palabras, un sitio caótico.
Porque existen muchos miedos entre nosotros, pero el miedo a estar solos es quizás uno de los más peligrosos. En ese sentido, este ejercicio del séptimo arte es toda una lección de por qué algunas personas están dispuestas a todo por tener y conservar a un amigo.
No puedo describir con suficientes palabras la ternura que transmite este proyecto de Elliot. Personajes tan patéticos, tristes y solos como Mary and Max nunca consiguieron tanta admiración por mi parte. Y supongo que sólo existe una razón muy lógica para ello: son personajes muy humanos. Por ello, incluso podría manifestar abiertamente que podría llegar a admirarlos.
Es una realización en la que todo es emoción gracias a la relación tan preciosa como atípica que se va construyendo entre los protagonistas, contribuye de igual modo lo visual a través del trabajo de animación increíble en plastilina y ultiman el producto de manera impecable los finos toques de humor negro, muy acorde a las tristes vidas de los personajes.
Debo reconocer que haberla visto me afectó demasiado. Cuando por fin concluyó mis emociones estaban muy confundidas. Sin embargo la disfruté como si hubiera vuelto a ser niño, aunque aclaro que no es apta para los nenes. Porque ver esta película no es simplemente ver buen cine, es toda una experiencia. Porque es un ejemplo claro de que en esta vida, todos tenemos un alma gemela en cualquier parte del mundo.
Una de las películas más hermosas de los últimos tiempos.
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