Director: Sidney Lumet
Duración: 121 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Faye Dunaway, William Holden, Peter Finch, Robert Duvall, Wesley Addy, Ned Beatty, Arthur Burghardt, Bill Burrows, John Carpenter, Jordan Charney, Kathy Cronkite, Ed Crowley, Jerome Dempsey, Conchata Ferrell, Gene Gross, entre otros.
" Un análisis sobre el poder de la televisión, que retrata un mundo competitivo donde el éxito y los indices de audiencia imponen su dictadura. Howard Beale, veterano presentador de un noticiero, es despedido cuando baja el nivel de audiencia de su anteriormente exitoso programa. En dos semanas tienen que abandonar la cadena pero, en una reacción inesperada y ante el asombro de todos, anunca que antes de que llegue ese momento, se suicidará ante las cámaras pegándose un tiro."
Lumet ha sido un director muy dotado, con gran capacidad para adaptarse a cualquier género y con el talento suficiente para filmar obras muy notables.
En 1976 el guionista Paddy Chayefsky supo ver treinta años antes en lo que se iba a convertir ese invento que podría ser de gran valía y que sin embargo actualmente es la fuente de tanta imbecilidad y porquería de la gran mayoría de cuantos aparecen en ella. Sí, me estoy refiriendo a la caja idiota, a la televisión.
Esta historia inicia cuando el conductor Howard Beale va a ser despedido debido a los bajos niveles bajos de audiencia de su programa y se lo avisan con dos semanas de anticipación, así que en plena transmisión del noticiero anuncia que se quitará la vida, en vivo, delante de las cámaras.
A partir de ahí, los diferentes jefes de las áreas de la cadena adquieren distintas posturas. Estan por una parte los que se aprovechan de ese fenómeno que se crea a su alrededor y por otro lado los que se oponen a ese nuevo concepto de televisión.
Aunque pueda parecer que es una historia llevada al extremo, no puede resultar extraño que se hable de cómo un hombre se puede llegar a matar en un programa de televisión, cuando vivimos en días en los que todo se lleva al límite con tal de ganar audiencia. Cada palabra de los diversos discursos que expresa en televisión Howard Beale se adaptan fielmente a la situación actual de crisis, manipulación y humillaciones de las televisoras y los medios masivos en general, pero sobre todo la falta de escrúpulos en ejecutivos despiadados. Porque como se lo explica el dueño de la compañía: el mundo es un negocio.
Es ciertamente valorable como se desglosa la pérdida de valores humanos tanto de la cadena como de su audiencia. Asi podemos apreciar un mundo grotesco donde todo se vale, incluso contratar a supuestos luchadores sociales que en realidad son delincuentes, todo para que la audiencia asista al espectáculo que les ponga frente al televisor día a día, para combatir su eterno aburrimiento.
Además esta película trata de reflejar cómo el uso de la información, en este caso de los medios de comunicación pueden servir tanto para informar como desinformar, manipular y en definitiva, controlar. Y esa es la clave, el control. La humanidad se ha multiplicado y avanzado, pero a su vez se ha vuelto totalmente dependiente de los sistemas de comunicación, la llamada era de la información. Esto lo podemos comprobar cuando diariamente nos hallamos con gente que le cree absolutamente todo lo que dice al conductor de cabello cano y lentes que aparece por las noches en el noticiero con el horario estelar. Aunque no sepa ni utilizar lo fundamental de una lengua extranjera.
No cabe duda que los medios de comunicacion, son concebidos por los hombres detrás de la cortina como meros instrumentos para distraer a la sociedad y continuar manteniendo la propia estructura económica intacta.
Es una película brillante, profunda y clara en su mensaje, que puede aplicarse perfectamente al momento actual de cualquier país del mundo.
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