Director: Lee Daniels
Duración: 110 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Gabourey Sidibe, Mo'Nique, Paula Patton, Mariah Carey, Sherri Shepherd, Lenny Kravitz, Stephanie Andujar, Chyna Layne, Amina Robinson, Xosha Roquemore, Angelic Zambrana, Aunt Dot, Nealla Gordon, Grace Hightower, Barret Helms, entre otros.
" Clareece 'Precious' Jones es una adolescente de color y obesa del Harlem cuya madre la maltrata constantemente. No sabe leer ni escribir y, cuando se descubre que está embarazada, es expulsada de la escuela. A pesar de todo la directora del centro la inscribe en una escuela alternativa para que intente encauzar su vida. Su nueva profesora Ms. Rain es la primera persona que confía en Precious y la trata con respeto."
Esta obra puede entrar en la categoría de la película independiente que cada año consigue un gran reconocimiento gracias a los críticos a los que les ha robado el corazón, en especial a los críticos de Estados Unidos, donde no pocos le colocaron múltiples estrellas y que incluso tuvo ni más ni menos que una nominación al Oscar a Mejor Película. Pero, ahora trataré de analizar si es una película lo suficientemente buena como para tal reconocimiento.
En definitiva, la película es una auténtica obra que apela a la conciencia y que llama la atención sobre aquel dicho que advierte: "Por pobreza y sufrimiento nunca desmayen, que con seguridad a otros más pobres e infelices que ustedes hallarán."
Y efectivamente, esto es lo que puede sacarse claramente de esta creación, que siempre existe alguien más apurado, más desgraciado, con más dolores y pesares que los que uno tiene y por lo que uno se siente el más deprimido y angustiado. La joven Precious es gorda, fea, negra, pobre, analfabeta, fue violada por su propio padre y es despreciada por su madre por haberse acostado con su marido, uno de sus hijos tiene Síndrome de Down y está embarazada de nuevo de su progenitor. Habrá que reflexionar si una muchacha en la flor de su vida con estas condiciones tan deprimentes y tan angustiantes no está peor que cualquiera de nosotros que nos creemos los más hundidos, abatidos, infelices y en crisis del universo.
La cinta se infiltra en la vida de los suburbios de Nueva York, en el Harlem, mostrando la dificultad de vivir en esos barrios decentemente. Los niños no van a la escuela, y muchas son las familias que necesitan acudir a asistencias sociales para mantenerse. Un lugar, en definitiva, no muy adecuado para crecer si tienes unos sueños tan ambiciosos como los de Precious. Sueños con los que todo el tiempo fantasea y en donde se refugia mientras intenta ignorar el infierno que le rodea, que le ha tocado vivir.
Es la actitud de esta chica que nos lleva a descubrir a un ser capaz, que si bien escapaba de los problemas, transfiriendo a su mente los deseos de sentirse aplaudida y reconocida en fantasías musicales o cinematográficas (muchos lo hacemos para creernos lo que quizá nunca seremos); al final el cineasta nos indica que con decisión se puede vencer la incomunicación, la falta de cariño, las crisis personales y la hipocresía.
El principal punto fuerte de la película, y lo más aplaudido en general, reside en sus interpretes: Gabourey Sidibe hace de Precious un personaje muy creíble, como si hubiera vivido su aterradora existencia en sus propias carnes (literalmente hablando), y eso para un debut es un gran trabajo que le otorgó no pocas nominaciones a importantes premios, entre ellos el ansiado premio de la Academia. Sin embargo, la interpretación más lograda de la película no se encuentra en su protagonista, sino en una actriz que realiza un papel secundario, Mo'Nique, que interpreta a una madre horrible, que no solo se limita a maltratar a su hija tanto física como psicológicamente, sino que cuando necesita aprovecharse de ella, lo hace. Todo un ser despreciable e hipócrita. De esta película, esa actuación será una de las razones por las que la obra pasará a la Historia.
Sin embargo, habría que destacar la sensación que genera la obra es de ser una película imperfecta. En el sentido de estar mal filmada, con encuadres mal realizados, movimientos de cámara innecesarios e incluso inoportunos, que, junto con una fotografía que da la apariencia de película independiente, dan la impresión que se trata de una cinta realizada por un director no solo principiante sino también torpe. Aunque es probable que se trate de una elección voluntaria y consciente.
Pese a que el director no tenga una carrera precisamente larga, hay errores que es imposible que pudiera cometer. Además, de esta forma se adecua mucho mejor al mensaje que desea transmitir al espectador. Es decir, se trata de una película imperfecta que trata sobre la vida de una persona que es considerada como "imperfecta".
Valorar una cinta como la descrita, no es tarea sencilla, de ahí la división de opiniones al respecto: algunos la idolatran, a otros les parece abominable. Lo cierto es que se le pueden achacar muchas cosas al mismo tiempo, como su oportunismo al tocar temas de actualidad, cercana al melodrama televisivo. Pero también es cierto que el realizador intenta evitar que caiga totalmente dentro del drama morboso y sabe poner para ello sobre la mesa situaciones tan crudas y realistas que por obvias razones son dolorosas y todo ello sin llegar a ser panfletario.
Que nadie se deje engañar por los galardones cosechados. Basta reseñar que la mediática Oprah Winfrey es la productora ejecutiva de la película para darse cuenta de lo mucho que se ha devaluado en la industria norteamericana el término independiente, reconvertido de un tiempo a esta parte en una etiqueta comercial como cualquier otra.
Esta propuesta encandilará al gran público pero también promete ser blanco de las iras de todos aquellos que no se dejen cautivar por su vibrante historia. El drama de Daniels es ciertamente tramposo y está plagado de lugares comunes, además de la ya mencionada dirección de lo más desaprovechada. Y es que no cabe duda de que esta cinta está sobrevalorada, pero no es menos cierto que también es un trabajo que llega muy profundamente. Puede que haya mejores películas que esta, pero no todas se quedan impresas en la memoria del espectador con la misma fuerza.
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