Director: Ron Howard
Duración: 123 minutos
País: Estados Unidos/Alemania/Reino Unido
Elenco: Chris Hemsworth, Daniel Brühl, Olivia Wilde, Alexandra Maria Lara, Pierfrancesco Favino, David Calder, Natalie Dormer, Stephen Mangan,Christian McKay, Alistair Petrie, Julian Rhind-Tutt, Colin Stinton, Jamie de Courcey, Augusto Dallara, Ilario Calvo, entre otros.
" Película que narra la rivalidad que en su época mantuvieron dos grandes pilotos de la Fórmula 1, el británico James Hunt y el austriaco Niki Lauda, sobre todo en la temporada automovilística de 1976, en la que este último sufrió un gravísimo accidente que casi le costó la vida."
Alguna vez te has preguntado ¿qué es la amistad? ¿qué diferencia al amigo del enemigo? Si lo piensas bien, no parece que existan tantas diferencias, de hecho los peores enemigos suelen nacer de una relación de amistad anterior. ¿Tiene esta afirmación un sentido contrario?, es decir, ¿puede convertirse, con el tiempo, una enemistad en una relación amistosa?
En el mundo del deporte hay muchas historias realmente increíbles. Y la Fórmula Uno no es diferente en este aspecto. Una competición con grandes pilotos, coches míticos e inolvidables rivalidades. Ya habíamos visto en Senna el histórico enfrentamiento entre Senna y Prost, en aquel documental muy emotivo y casí espiritual. Ahora era el turno de Niki Lauda y James Hunt. Un duelo y una historia especial que por fin tiene la película que se merecía.
Que alguien no aficionado a la Fórmula 1 observe esta película y al terminar la misma empiece a sentir especial interés por este deporte, e incluso comprendiendo no sólo la dureza, complicación y peligrosidad del mismo, sino también admirando los pequeños detalles que lo hacen único (como un mísero centímetro puede cambiar el resultado de un campeonato mundial, o unas aparentemente insignificantes modificaciones en el auto pueden conseguir que este corra dos segundos más rápido) dice mucho de lo que esta cinta puede conseguir. Porque se mete en un terreno pocas veces explorado en el cine y lo hace con un producto arriesgado pero muy bien armado, ya que aunque el deporte es el absoluto protagonista y pilar fundamental de la película, son las moralejas vitales que va dejando por el camino, las que al menos han captado gran atención por parte del que junta estas letras.
El casting no sólo es acertado en cuanto al parecido físico de los actores con los ex-pilotos, especialmente Hemsworth, también lo es en cuanto al plano de las actuaciones. El rubio de Thor nos hace olvidar durante casi 2 horas su personaje de Marvel y realiza su mejor papel dramático hasta el momento, mostrando que esta calificado para interpretaciones que van más allá del físico y del músculo, tal vez no sea la actuación del año, pero cumple con creces su encomienda.
En cuanto a su oponente, Daniel Brühl, nada se le puede reprochar. El actor hispano-alemán no sólo aprovecha la gran ocasión que le brinda el director en el papel de protagonista, sino que además con su representación de Niki Lauda demuestra que está preparado para papeles importantes en el futuro de Hollywood. Si no le faltaba trabajo en Alemania y España, ahora se asegura un mercado mayor y más potente en cuanto al aspecto comercial se refiere.
Ambos representan los polos opuestos del deporte. Por un lado el apuesto, mujeriego y temerario Hunt, un soñado y competitivo piloto con un don especial para las relaciones personales y por lo cual todo el mundo lo quiere. Por el otro lado Lauda, un austriaco introvertido, metódico y calculador, un formidable conductor y técnico que siempre mira dos veces antes de pisar el acelerador, tratando a cada instante de minimizar al extremo el error humano y el riesgo de cada trayecto. A pesar de sus diferentes personalidades los dos pilotos compartían una característica, la competitividad, ambos contaban con una enorme pasión por lo que hacían y todo ello con el campeonato del mundo como telón de fondo.
Uno de los aciertos del director ha sido el no demonizar a ninguno de los pilotos, generando que la carga dramática no ciegue al espectador y pueda disfrutar con imparcialidad de la historia.
Ron Howard representa mejor que nadie al Hollywood moderno, el adulador de la clase que siempre deja la manzana en el escritorio de la maestra, un director capaz de realizar cualquier película con el fin de agradar a todo mundo. Esa actitud sumiso-ambiciosa lo ha llevado a la exclusión de la crítica y también a firmar grandes éxitos de taquilla.
Da gusto ver una obra de estas características, porque se sabe que cuenta con una historia de principio a fin, sin segundas partes o precuelas que puedan afectar el conjunto, y así lograr trasladarnos a una historia real que resulta apasionante. En definitiva, nos encontramos con una cinta muy bien ejecutada, con una banda sonora muy bien elegida, y donde las interpretaciones de sus protagonistas demuestran que, hacer un personaje de Marvel no tiene por qué ser el fin de tu carrera, y que aún queda espacio para actores que saben amar a su personaje y trabajarlo.
Aquí da igual quien gane, es el espectador el que se lleva el premio.
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