Director: Todd Haynes
Duración: 119 minutos
País: Reino Unido/Estados Unidos
Reparto: Julianne Moore, Xander Berkeley, Dean Norris, Julie Burgess, Ronnie Farer, Jodie Markell, Susan Norman, Martha Velez, Chauncey Leopardi, Saachiko, Tim Gardner, Wendy Haynes , Allan Wasserman, Jean St. James, Steve Gilborn, entre otros.
" Carol es un ama de casa que a pesar de llevar una vida placentera e ideal, empieza a tener los mismos síntomas de alguien conocido que tuvo una misteriosa enfermedad y que murió a causa de ella."
Esta segunda película de Todd Haynes es un complejo y difícil análisis de los miedos que azotan a las nuevas sociedades desde algo interno de cada individuo.
Partiendo de la angustia vital de una mujer de clase acomodada y estable situación social, Haynes va analizando parte por parte los pasos de autodestrucción psíquica de un ser humano tomando como base una extraña enfermedad que provoca reacciones psicosomáticas ante la contaminación y los productos químicos tan propios de nuestra era.
La señora White está felizmente casada con un hombre llamado Greg, de posición desahogada, tiene todo lo que puede desear (por lo menos en términos materiales): una casa nueva, bonita, amplia y confortable, rodeada de un hermoso jardin, en una linda zona residencial, y un puñado de amistades de lealtad a prueba de todo. Su retraimiento innato y su peculiar timidez no impiden que sus relaciones sean fluidas y gratificantes.
Algunos pequeños incidentes que le ocurren en el día a día como un chiste desafortunado, el humo excesivo que emiten un par de camiones de carga o la compra de un par de sofás que no salen según lo deseado, despiertan en ella una extraña enfermedad que la lleva al médico de cabecera, a un especialista en alergias y finalmente a un psiquiatra, todo ellos sin resultados positivos.
La película se convierte gradualmente en un drama psicológico alrededor de una enfermedad relacionada con la falta de defensas de algunas personas frente a la contaminación del medio natural. La enfermedad de Carol White se manifiesta en falta de apetito sexual, ataques de tos, migrañas y sensación de fatiga.
El fracaso de la medicina convencional, la impulsa a ponerse en contacto con un extraño personaje, Peter Dunning, supuesto portador del virus del VIH, demagogo y charlatán, que practica la medicina alternativa y administra, para tal fin, un poblado de casas de campo en un sitio llamado Wrenwood, donde admite a los enfermos afectados por el trastorno generado por el medio ambiente, el mismo que padece Carol. Les transmite confianza, serenidad y esperanzas, pero los enfermos no mejoran.
Alejada de su marido, que la visita con cierta regularidad, Carol se va deteriorando física y mentalmente.
Sin embargo, lo que empieza pareciendo ser una tesis sobre las enfermedades del nuevo milenio (probablemente la ansiedad, la depresión o incluso el SIDA), el director lo convierte en una especie de mensaje implícito en la temática que el había elegido, y lo hace de una manera errónea, ya que si bien puede haber justificación para la frialdad y limpieza del conjunto, resulta complicado descifrar porque el talentoso y arriesgado cineasta no va directamente al grano y se dedica a hablar sobre lo que realmente quiere hablar. Por otra parte la tensión que funciona a la perfección durante la primera hora de metraje, pierde efectividad durante la segunda hora con la incursión de esa extraña comunidad sectaria que poco añade al mensaje de la cinta.
A pesar de sus carencias, la obra constituye una alegoría sobre los riesgos y las afecciones irreversibles que la progresiva contaminación del planeta puede provocar en la salud humana. Y, es en ese sentido que muchos críticos han querido ver en la obra una evocación disimulada del SIDA (una de las grandes preocupaciones de Haynes quien es abiertamente homosexual) y la idea por supuesto que no parece, ni suena descabellada.
De igual manera sería un error no reconocer el ambiente claustrofóbico e inexpresivo (casi religioso) con el que Haynes dota a la historia de esta mujer, portadora de esos males tan presentes hoy en día, poseedora de un trastorno obsesivo que la lleva a un sufrimiento sostenido representado de manera magistral por esa magnifica actriz que es Julianne Moore, que demostraba su infinito talento, poco antes de darse a conocer con personajes insulsos a los que dio vida cuando ingresó totalmente a Hollywood. Su labor le brinda toda la magnitud a esta cinta cuyas metas están mas logradas que los caminos para llegar a ellas, sin embargo perdura por los escabrosos temas que trata (cuyo dolor traspasa la pantalla por la interpretación de Moore, cuyo plano final merece ponerse de pie por esa ambigüedad tan inquietante como incomoda) y por una gran banda sonora que toma como referente a Badalamenti (compositor habitual de David Lynch, experto en temas dañinos).
En resumen, un viaje a la gran enfermedad del alma que si bien no es tan certero como podría serlo, al menos es respetuoso.
Comentarios