Director: George Lucas
Duración: 136 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Liam Neeson, Ewan McGregor, Natalie Portman, Jake Lloyd, Ian McDiarmid, Pernilla August, Oliver Ford Davies, Hugh Quarshie, Ahmed Best, Anthony Daniels, Kenny Baker, Frank Oz, Terence Stamp, Brian Blessed, Andrew Secombe, entre otros.
" Situada en el tiempo treinta años antes que la primera entrega de la saga, desvela la infancia de Darth Vader, el pasado de Obi-Wan Kenobi y el resurgimiento de los Sith, los caballeros dominados por el lado oscuro. La Federación de comercio ha bloqueado el pequeño planeta de Naboo, gobernado por la joven Reina Amidala, como parte de un plan ideado por Darth Sidious, que manteniéndose en el anonimato dirige a los neimoidianos, que están al mando de la Federación."
Esta cinta constituye el primero de los tres capítulos que conforman lo que se llegó a nombrar como la nueva trilogía de Star Wars. Una trilogía de precuelas largamente esperada y que cuando llegó el momento se anunció con bombo y platillo, allá por el ya lejano 1999.
Recuerdo que el trailer de esta película conmocionó al mundo entero, al volver a oir esas míticas notas, apreciar esas galaxias lejanas, caballeros Jedi, además de volver a contar con los personajes conocidos y con otros nuevos. Solamente el trailer se convirtió en un fenómeno mediático, pues a los fans de la saga, los que vivieron en el momento el furor de la misma les brindaba la oportunidad de volver a ser jóvenes por un rato y a algunos otros como yo la opción de ver en pantalla grande lo que tantas veces habíamos observado en la televisión, en las extintas cintas de VHS.
Lucas tenía muchas preguntas que responder, muchas situaciones que explicar y un origen que revelar. De tal manera que sentado en la silla de director decidió hacerlo de una manera que no fue la mejor, mostrando a Anakin Skywalker cuando niño. Jake Lloyd fue encargado de personificar al que se convertiría en uno de los mejores villanos de todos los tiempos, y quizás el hecho de mostrarlo en esa etapa de su vida dio a la cinta un carácter poco profundo que los fans no aceptaron nada bien, ya que carecía de una historia con la fuerza y la mitología que envolvía a las cintas originales.
El gran error cometido por Lucas ha sido el de crear una cinta orientada casi en exclusiva para el público infantil. Si hubo algo por lo que valía la pena Star Wars era porque la historia se basaba en que el bien luchaba para imponerse al mal, con traiciones y asesinatos en masa como característica principal del Imperio, con personajes enfrentados a valores como la lealtad, amistad y coraje, propios de la Alianza Rebelde.
Probablemente todas esas cuestiones sean difíciles de comprender para un niño, por lo cual Lucas decidió traicionar por completo el espíritu de su propia creación. Por ejemplo está el asunto vinculado con la Fuerza que siempre había sido algo relacionado con la energía, con la magia, y que aquí desaparece cuando se convierte en un argumento químico o biológico, ya que la Fuerza resulta estar determinada ahora por una serie de células, lo cual es simplemente lamentable.
Sin lugar a dudas que es una película efectiva desde el punto de vista estético y visual, porque cuenta con innumerables atractivos para los fanáticos de este género, que van desde ciertos personajes bien logrados hasta el diseño de ambientes atrapantes llenos de magia y encanto. De tal manera que hay que aceptar que lo mejor de la película son los magníficos efectos especiales que destacan sobre todo en las batallas y escenas de acción, que son lo más relevante y más entretenido de la obra.
En cuanto a las actuaciones, si bien Liam Neeson encarna a un verdadero Jedi, siendo por mucho lo mejor del filme en ese aspecto, Ewan McGregor nunca consigue desprender ese carisma que poseía Alec Guinness, echando a perder a uno de los personajes más trascendentales de toda la trama. Y desde luego Natalie Portman nunca llega a desarrollar un papel a la altura de lo hecho por Carrie Fisher.
En fin, tal vez para muchos el problema de esta película fueron las altas expectativas con las que contaban los que vieron la saga anterior, sin dejar de analizar que cuando apareció la primera fue algo totalmente novedoso, puesto que no existía ningun producto similar. Mientras que con esta nueva entrega, el espectador ya estaba bastante acostumbrado a estas producciones y no sorprendió para nada. De alguna manera el nivel de exigencia era mayor. Suerte que a partir de esta película la historia de la precuela fue a más. Es puro entretenimiento al fin y al cabo.
Nota: Antes de irme debo aclarar que yo no soy fan de Star Wars, pero debo reconocer su importancia en la historia del séptimo arte. Ah, y yo no odio a Jar Jar Binks.
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