Director: M. Night Shyamalan
Duración: 106 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Robin Wright, Spencer Treat Clark, Charlayne Woodard, Eamonn Walker, Leslie Stefanson, Johnny Hiram Jamison, Michaelia Carroll, Bostin Christopher, Elizabeth Lawrence, Davis Duffield, Laura Regan, Chance Kelly, Michael Kelly, entre otros.
" Ha ocurrido un accidente, un tren se descarrila. El primer vagón quedó partido en dos y los restos salieron volando en direcciones opuestas. Solo se ha encontrado un superviviente: David Dunn. Elijah Price, un misterioso desconocido, propone una extraña explicación que justificaría por qué David ha salido indemne del accidente, una explicación que podría cambiar para siempre la vida de David y de su familia."
Si de algo adolecen las múltiples adaptaciones de cómic a la gran pantalla es de ausencia de veracidad. No es que los cómics planteen situaciones realistas, lo que pasa es que dentro del contexto de la viñeta no sorprende ver a un tipo vestido con mallas lanzando rayos por los ojos, es lo que el público demanda y además resulta creible. La dificultad aparece en su traslado a la gran pantalla, ya que al intentar adecuarse al formato sucede que por un lado, el fanático habitual se siente traicionado al no ver reflejado el concepto original y por otro el inexperto puede alterarse ante argumentos y situaciones tan pobres.
Asi pues Shyamalan se embarcó en un proyecto de doble dificultad: tener que conseguir articular una historia realista sobre el nacimiento y toma de conciencia de un superhéroe y por otro superar el síndrome de su anterior proyecto, que consistía en no defraudar a un público ansioso de emociones al límite y de giros finales sorpresa.
Sin embargo, debe ser una de las mejores películas que se hayan hecho basadas en el mundo del cómic. Un filme incomprendido, que con el paso del tiempo pareciera ir ganando adeptos, hasta el punto de llegar al reconocimiento de clásico.
Con un ritmo lento, el argumento es muy diferente a lo que hoy en día se aprecia sobre las películas de superhéroes. Shyamalan, muy al contrario de los esquemas mostrados por Marvel o DC, trata de acerca este mundo a la realidad, alejándose por completo de proyectos similares absolutamente contaminados por la cultura creada por MTV. Para ello utiliza un lenguaje muy próximo a la vida cotidiana, como los conflictos familiares o los problemas de identidad del protagonista, un destacado Bruce Willis que vuelve a dejar atónitos a todos aquellos que no creen en su capacidad interpretativa.
En cuanto al resto del reparto, la calidez y humanidad de los personajes interpretados por la estupenda Robin Wright Penn y Spencer Treat Clark contrastan con la oscura y fría personalidad de Samuel L. Jackson, que encarna a la perfección a un solitario y enfermizo coleccionista de comics que encierra un terrible secreto.
Con un estilo muy particular, Shyamalan dosifica la información para que, poco a poco, vaya calando en el espectador. Derramando talento en cada toma, el director intercala precisos planos secuenciales con ángulos muy difíciles de conseguir, demostrando un dominio de la puesta en escena maravilloso. Perfectamente ambientada y plagada de simbología en continuo homenaje a los comics, la trama va en aumento, creando un inquietante clima que aumenta paulatinamente el interés por saber cómo terminara todo, culminado por una espectacular última media hora en la que todas las piezas encajan a la perfección.
Si por algo destaca esta producción es por su elegancia y sobriedad: un impecable despliegue visual y sonoro con cierto aire de melancolía y aterradora atmósfera, que mantiene sabiamente el suspenso hasta llegar al clímax, con una de esas revelaciones que deja al espectador clavado en el asiento.
Película muy recomendable, y si se puede, ¡repite!
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