Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de febrero, 2007

Afrenta

Eres la amiga más fiel que he tenido. Has estado en los mejores momentos de mi vida, acompañandome ahi en esas grandes conversaciones, no importando si fuera de día o de noche, al romper el día o al nacer el crespúsculo. Te conocí profundamente una madrugada, hace ya tantos años que he olvido como ocurrió exactamente ese mágico momento, ya borracho de tu aroma que se confunde con el aire me enamoré de ti hasta saciarme. Desde aquella aurora, has sido siempre leal, no me dejaste solo aunque en mi cuarto no hubiera nada, ni nadie mas que tu y yo. Jamás contaste los secretos que te confié. No tramaste alguna confabulación en mi contra, a pesar de que sabes cuales son mis puntos débiles, porque tú bien conoces que son muchos. En el transcurso de todos estos años juntos, me he dado cuenta que no unicamente tengo cosas que agradecerte, sino que de igual manera tengo muchas que reprocharte, y es que al parecer te has adueñado de mi vida, de mis energías, de mi vitalidad, del dinamismo que me

Euritmia (cuenta siempre con mi apoyo)

E n el silencio eterno de la profunda y oscura noche, sólo escucho los latidos raquíticos de mi exhausto corazón y te pregunto a ti, ¿cómo es que sigo vivo? pero tú no me respondes nada, no escuchas ni una fracción de lo que digo, no tienes la decencia de responder a mi dañina pregunta. Con esta fatiga que siento carcomer mi alma, mi ser, aún vuelvo a construir el último respiro de tu legado en mi. Es una herencia muy pobre y enternecedora en contenido, y a la vez tan rica en experiencias. Ya nada queda, únicamente las ganas enfermizas de emitir un sonido que se convierta en voz, que se transforme en aullido, en una simple alteración de una queja; eso representaría el retorno a lo vulgar, a lo ordinario, a lo ramplón y prosaico de la existencia, al lugar al que yo pertenecía, pero al que al volverme tu siervo, fui despojado de mi delicado terreno. Pido perdón por la grandiosa profanación que cometí, ahora todavía me queda ofrendar mi tormento que consiste en corroer tu cuerpo y nada m

Café y Televisión Primera Parte

Eran alrededor de las 8 de la mañana, cuando Luis despertó. Había sido una larga noche y conciliar el sueño no había sido una tarea nada sencilla. Faltaba media hora exactamente para que su mejor amigo Alejandro pasara por él. Hace tanto que no le veo- reflexionó. Se preocupo porque que debía darse prisa, ya que su compañero era una persona demasiado inquieta, de ese tipo de sujetos espontáneos que viven todo con ansias y nerviosismo. A Luis ya se le había olvidado el motivo de este encuentro al que también los acompañaría Mario, un conocido de Alejandro. La sola presencia de este camarada, hacia sentir a Luis un gran enfado hacia su amigo, se preguntaba para que lo había invitado - Es un maldito adicto- pensaba y al mismo tiempo recordaba todas las historias que se relataban alrededor de él , cuando iban juntos en el colegio, lo que a su vez le generaba una extraña sensación en el vientre, muy parecida a la ira. Entre otras cosas evocó algunas leyendas sobre él, en las que se contaba