Ir al contenido principal

The Cook, the Thief, His Wife & Her Lover (1989)

 


Dirección: Peter Greenaway

Duración: 124 minutos

País: Reino Unido / Francia

Elenco: Richard Bohringer, Michael Gambon, Helen Mirren, Alan Howard, Tim Roth, Ciarán Hinds, Gary Olsen, Ewan Stewart, Roger Ashton-Griffiths, Ron Cook, Liz Smith, Emer Gillespie, Janet Henfrey, Arnie Breeveld, Tony Alleff, Paul Russell, Alex Kingston, Ian Sears, entre otros.

Albert es el sádico dueño de un restaurante. Su violento carácter y las tiránicas formas que aplica en el trabajo provocan que todos los empleados estén sometidos a un continuo régimen de esclavitud, incluida su esposa Georgina, a quien ridiculiza.

Hay mucho que admirar en esta creación de Peter Greenaway (el llamado niño terrible del cine británico) aparecida en 1989 y de titulo tan extenso como acertado que es: El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante. Y es que tanto a nivel estético como emocional (o debería decir visceral) hay aspectos que destacan; tanto que el contenido realmente desagradable, repelente, de mal gusto y todo el paquete completo se presenta como bastante bello en su sórdida inclusión en la pantalla, mientras que los elegantes decorados y la impresionante cinematografía se sitúan de manera deliberada con tono incomodo y en dura yuxtaposición con la mayor parte de lo que ocurre y quién lo instiga. Se mantienen las relaciones y las infidelidades; hombres adultos son humillados y maltratados, pero vuelven tambaleándose por más, ciertos individuos son interrogados y torturados, el comportamiento obsesivo sobre un ser humano se desarrolla mientras se desenvuelven un montón de comidas, insultos y conversaciones grotescas sobre todas las cuestiones de la existencia que podrían calificarse de sórdidas. 

Con este filme Greenaway creó un mundo autocontenido que es a la vez una fabricación y una abstracción de la realidad, pero también un reflejo extremista (en estos tiempos se les dice microcosmos) de la sociedad británica de los años ochenta. Los personajes que elige para presentar al público como protagonistas son arquetipos de caricaturas sociales y políticas que encontraríamos en esa década en particular, pero aumentados para ajustarse a la opulencia/pestilencia exagerada que se encuentra en el centro de la trama. Su capacidad para crear personajes y situaciones que resuenan más allá del contexto de un escenario concreto, junto con su amargura y falta de voluntad para conformarse, es lo que le convierte en un satírico de gran importancia. Además, eleva la película más allá de la mera experimentación artística al elaborar un guión muy divertido, que ofrece amplias oportunidades para que el personaje central, Albert Spica, se convierta en el bravucón más carismático (en parte, un hombre duro de barrio; en parte, un villano de pantomima) que nunca deja de ser aterrador de manera compulsiva.

El lugar central donde se desarrolla la película es Les Hollondais, un restaurante de la más impecable calidad en todos los aspectos. Noche tras noche, el restaurante es frecuentado no solo por un surtido de ricos y decadentes nuevos millonarios, sino también por el gánster de dudosa calaña Albert Spica acompañado por su atormentada esposa Georgina y un consorcio de rufianes, sicarios y psicópatas. Todas las noches, Albert trata el comedor como si fuera su tribunal, escupiendo viles discursos de ignorancia y fanatismo, haciendo criticas descalificadoras de la cocina y agrediendo a cualquiera de los otros comensales si se oponen a su comportamiento propio de un cerdo. 

El chef desprecia a Albert, pero presenta una fachada de obediencia y servidumbre para evitar cualquier maltrato por parte del granuja y sus compinches (al igual que el resto de comensales, que muestran una notable paciencia con el perdonavidas en turno). Georgina parece resignada al martirio conyugal, pero también nota lo ridículo de la arrogancia y la pomposidad de Albert (aunque rara vez le contradice, el la golpea con el menú caligrafiado de modo exquisito cuando lo hace). 

Sin embargo, una noche sus ojos se cruzan con los de un hombre, una especie de intelectual que se sienta tranquilamente en un rincón del restaurante, comiendo con delicadeza mientras está absorto en algún libro, en apariencia ajeno a las ruidosas muestras de grosería de Spica. Un relámpago (proverbial) cae, y sin dudarlo los dos se dirigen al baño de señoras, donde se enzarzan en una apasionada cita en uno de los cubículos. Y así comienza el ciclo que llevará al impactante desenlace de la película; pero esa es otra historia.

La trama es una construcción sencilla centrada en el tema de la venganza y la necesidad de libertad personal. Esto se mezcla con el trasfondo sociopolítico, así como con las numerosas referencias de Greenaway al arte, el teatro, el cine y la literatura. También se ve realzado por la impecable calidad cinematográfica que consideramos sinónimo de la obra del director galés. Todo consiste en llevar las cosas más allá de las limitaciones razonables; así, tenemos una escenografía intrincada de modo asombroso que es a la vez simplista en términos teatrales, pero también tan de otro mundo como cualquier obra de, por ejemplo Gilliam o Jeunet. El vestuario, obra de Jean Paul Gaultier, es un grito de elegancia descomunal, y a menudo refleja el uso del color empleado por los diseñadores de producción. 

Incluso Greenaway rompe la continuidad haciendo que el vestuario de Helen Mirren cambie de color a medida que se desplaza por cada sala del restaurante, de modo que tenemos un vestido verde en la cocina, un vestido rojo en el comedor (inspirado nada menos que en la obra maestra de Hithcock, Vertigo) y un vestido blanco en el tocador. Es un movimiento audaz, pero que da sus frutos en la creación de un mundo por completo autónomo, algo que se ve reforzado por la suntuosa fotografía de Sacha Vierny, y la música maravillosa de talante ampuloso del siempre brillante Michael Nyman.

Algunos en su visionado suelen encontrar claramente problemáticas las diversas abstracciones de la obra (Sí, es teatral. Sí, es impactante en determinados momentos, y sí, evoluciona en un mundo de propia creación ostentosa). Pero también es una película tan artística como ese concepto puede ser posible y esto pueda conseguirse en la pantalla; un hecho que más de uno le ha discutido a lo largo de los años. La razón por la que algunos la definen como artística se refiere al uso del color, la luz y la composición. Es decir, toda la parte formal de la teoría cinematográfica. También la arquitectura de los decorados y la forma en que los diseñadores de producción han decidido vestir a los personajes contribuyen a la estilización artística de la película. 

Todos estos factores citados son relevantes para la narración, ya que simbolizan lo que Greenaway intenta transmitir, así como lo que son los personajes. Por ello, el diseño del filme es tan importante como el marco en que acontece, si no es que mucho más. Sin embargo, esta creación es más que una mera exploración artística; es una obra divertida y perspicaz y cuenta con una serie de grandes interpretaciones de un reparto ecléctico que se vuelve maravilloso. Por una parte, Michael Gambon en el papel del ladrón Spica, realiza una interpretación que rivaliza con la de su propio personaje en The Singing Detective, personificando de forma espectacular a uno de los protagonistas del relato pero conservando ese sentido de la humanidad tan necesario en su elaboración. Y esto mismo puede asegurarse del resto de participantes de esta aventura oscura, violenta y mordaz.

En el caso de Mirren, en el papel de la esposa, desprende una sexualidad reposada y contenida en la que debe ser su mejor interpretación, mientras que Richard Bohringer, en el papel del cocinero, es en cierto modo el eje catalizador de la historia. Por otra parte, todos los actores, desde Tim Roth hasta Ian Dury, aparece para dotar a la narrativa de un mayor carácter, lo que aumenta el atractivo de la cinta, que ya es de culto. 

Este fue un punto de inflexión para Greenaway, un cambio hacia el estilo de cine más expresivo, elaborado y autónomo que se encuentra al inicio de su carrera. Es probable que de la película se puede deducir que el director posee una visión bastante retorcida de la humanidad; es nihilista sobre el futuro de la sociedad, aborrece el régimen que gobernaba en aquel momento histórico (léase Thatcher) y es condescendiente en una escala marcada de furia con las clases altas empresariales y su explotación de los trabajadores. 

Sin embargo, no hay que olvidar que la cinta recibió casi de manera unánime criticas de matiz eufórica por parte de los críticos de cine (o al menos de los que no huyeron del cine) y que es, de hecho, a mi parecer una de las piezas más brillantes, viscerales, imaginativas y únicas del cine. No es para todos los gustos, pero los que puedan soportarla serán recompensados con un trozo de deliciosa cocina cinematográfica de primer orden.

Tanto si es cierto como si no, tanto si amas como si detestas esta película, es una experiencia poderosa que te acompañará durante bastante tiempo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Weird Fishes/Arpeggi - Radiohead

Esta vez describiré mi fascinación por una canción que considero maravillosa, simplemente por las imágenes que proyecta sobre el escucha y la calidad de las voces que hay en ella. Enseguida trataré de dar mi opinión más detallada sobre la misma, y lo que para mi significa su letra. Claro, todo ello englobado en una apreciación muy subjetiva. Claro, como suele ser cuando se habla de gustos o ciertas inclinaciones muy personales. Si bien mi interpretación a alguna persona le pudiera parecer inútil y estúpida (aunque ninguna realmente lo sea), sigo creyendo que esta canción tiene un inmenso poder y cierta disposición hacia la muerte que de alguna forma la convierte en una obra profunda y misteriosa. Y sin embargo, tan profundamente humana. He leído algunos puntos de vista sobre la creación de Thom Yorke y compañía  en los cuales se habla de una creación cuya esencia se encuentra dirigida hacia el escape como el tema relevante, el tema en particular que merece la atención más que c

Como en una novela de Kafka: El borracho dobló por el callejón

Y... ¿qué les cuento? creo que hoy tengo algunos 'temillas' que comentar. Primero, pues nada, esto de los blogs(sí, otra vez con lo mismo) se vuelve algo muy complejo de explicar, intentaré hacerme entender y realmente espero lograrlo. Fíjense bien cuantos de los blogs actualizados empiezan o tienen los subtítulos "El Extraño mundo de... ", "El mundo según...", "El país de...", etc. También tiene sus variantes como: "la galaxia" , "el universo", "el rincón" o en su defecto están en inglés. Títulos tan originales como: "my site"(notable, sobresaliente) , "my world", "pendejo's page", etc. Ya ni hablemos de los que empiezan con la palabra punk, punkie o variantes como 'fresa punk'... ¿a quién demonios se le ocurrió eso?. En fin, creo que de eso ya he hablado suficiente. Entonces, si ya he hablado mucho de lo mismo, ¿a qué punto quiero llegar?... Sólo deseo liberar algo de tensión

Safe (1995)

Director: Todd Haynes Duración: 119 minutos País: Reino Unido/Estados Unidos Reparto: Julianne Moore, Xander Berkeley, Dean Norris, Julie Burgess, Ronnie Farer, Jodie Markell, Susan Norman, Martha Velez, Chauncey Leopardi, Saachiko, Tim Gardner, Wendy Haynes , Allan Wasserman, Jean St. James, Steve Gilborn, entre otros. " Carol es un ama de casa que a pesar de llevar una vida placentera e ideal, empieza a tener los mismos síntomas de alguien conocido que tuvo una misteriosa enfermedad y que murió a causa de ella." Esta segunda película de Todd Haynes  es un complejo y difícil análisis de los miedos que azotan a las nuevas sociedades desde algo interno de cada individuo.  Partiendo de la angustia vital de una mujer de clase acomodada y estable situación social, Haynes va analizando parte por parte los pasos de autodestrucción psíquica de un ser humano tomando como base una extraña enfermedad que provoca reacciones psicosomáticas ante la contaminación