Dirección: Jim Sheridan
Duración: 103 minutos
País: Irlanda / Reino Unido
Elenco: Daniel Day-Lewis, Brenda Fricker, Alison Whelan, Kirsten Sheridan, Declan Croghan, Eanna MacLiam, Marie Conmee, Cyril Cusack, Phelim Drew, Ruth McCabe, Fiona Shaw, Ray McAnally, Pat Laffan, Derry Power, Hugh O'Conor, Darren McHugh, Owen Sharp, Eileen Colgan, entre otros.
Dublín. Película basada en un relato autobiográfico del pintor y escritor irlandés Christy Brown. Aquejado de parálisis cerebral, gracias a tu tenacidad y al incondicional apoyo de su madre, consiguió derribar todas las barreras que impedían su integración a la sociedad.
Un fenómeno cinematográfico notable de finales de los años ochenta y principios de los noventa fue el numero de Oscars que recayeron en las manos de actores que interpretaban personajes con discapacidades físicas o mentales. El primero de los casos fue el de Marlee Matlin por Children of a Lesser God en 1986, y en los diez años siguientes hubo otro premio a la Mejor Actriz (Holly Hunter por The Piano en 1994) y nada menos que cinco premios al Mejor Actor (Dustin Hoffman en 1988 por Rain Man, Daniel Day-Lewis por la pelicula que hoy me toca reseñar, Al Pacino en 1992 por Scent of a Woman, Tom Hanks en 1994 por Forrest Gump y Geoffrey Rush en 1996 por Shine por retratos de discapacitados. En el caso de Matlin, que interpretó a una mujer sorda, en realidad lo es, mientras que el resto no padecen ninguna discapacidad.
Aquel fenómeno suscitó algunos comentarios adversos en su momento, con sugerencias de que estos premios se concedían más por la corrección política que por la calidad de la actuación. Cuando Jodie Foster no ganó el premio a mejor actriz por Nell en 1994 algunos lo consideraron una prueba de la reacción negativa contra este tipo de representaciones. Sin embargo, mi opinión, es que la mayoría de estos premios fueron bien merecidos, con las excepciones de Al Pacino y Hanks, pero ese es otro tema.
La película se basa en la autobiografía del escritor y pintor irlandés Christy Brown, quien nació en 1932, siendo uno de los trece hijos de una familia de clase trabajadora radicada en Dublín. Nació con parálisis cerebral y al principio se pensó de forma errónea que también era discapacitado mental. Durante mucho tiempo fue incapaz de realizar movimientos deliberados o de hablar, pero finalmente descubrió que podía controlar los movimientos de una parte de su cuerpo, el pie izquierdo (de ahí el titulo). Aprendió a escribir y dibujar sujetando un trozo de tiza entre los dedos del pie, y llegó a ser pintor, novelista y poeta publicado.
La vida en el Dublín obrero de los años treinta y cuarenta del siglo pasado fue bastante dura, y la ciudad que Jim Sheridan (justo un dublinés) nos muestra en su obra es en muchos sentidos un lugar sombrío, gris y sin alegría, muy diferente de nuestra idea más común de la denominada Isla Esmeralda. Como dato para la trivia Sheridan y Day-Lewis colaborarían unos años después en otra película de tema irlandés, conocida por estos lares como En el nombre del padre. Sin embargo, hay que contraponer la alegría y el espíritu de sus habitantes, en especial si se trata de la familia Brown. Según la cinta, gran parte del éxito de Christy se debió al apoyo que recibió de sus padres, que se negaron a permitir que lo ingresaran a alguna institución y siempre creyeron en la inteligencia que se escondía bajo un exterior paralizado, y desde luego de la ayuda de sus múltiples hermanos. Por ello vemos cómo sus hermanos le llevaban en un carro hecho a medida y cómo ayudaron a su padre que la hace de albañil para lograr construir una habitación propia para Christy en el patio trasero.
Debo reconocer que la película no es timorata a la hora de revelar toda la frustración y la ira que motivaba a aquel hombre, y en algunos aspectos, uno se quedará sorprendido por su comportamiento cuando las cosas en la vida no salen como él desea. Su comportamiento en la cena aquella cuando su terapeuta del lenguaje, anuncia su compromiso con otro hombre fue un conveniente ejemplo de ello. Otro fue su rabia absoluta ante un insulto contra la familia que desemboca en un pelea en un bar, por lo que la persona no resultaba del todo simpática y tranquila como muchos se podrían imaginar.
Es más, hubo algunos aspectos del filme que no me terminaron por convencer, y al no haber leído la autobiografía del personaje central del relato, no tenia forma de saber si mis observaciones tenían algún merito. No obstante, en primer lugar el que no haya ni un solo ejemplo de que alguien acosara o se burlara del joven Christy cuando era niño. Esto me pareció bastante increíble ,ya que sabiendo lo crueles que pueden ser los niños, incluso cuando no es su intención, pero no hay ejemplos de ese tipo de comportamiento. Tampoco hubo ninguna referencia a cómo los padres trataban las funciones corporales de su hijo. Esto puede sonar burdo o poco comprensivo, pero alguien de la familia tenia que atender esas necesidades y no se abordó de ninguna manera. El comportamiento y la actitud de los numerosos hermanos de Christy fue también un modelo de decoro en todo momento, y uno se maravilla al pensar que nunca hubo peleas entre ellos mientras crecían. Incluso se sugiere que guardaba una relación bastante peculiar con una de sus hermanas, como si la idealizara de modo acentuado.
Como ocurre con muchos de estos llamados biopics, siempre me genera cierto recelo el tratamiento que suele darle Hollywood a esas historias reales para terminar realizando una película con el mayor atractivo universal, así que fue ese motivo el que me llevó a hacer una rápida búsqueda sobre el autentico Christy Brown. Me sorprendió hallar que su relación con Mary Carr comenzó mientras tenia una aventura con una mujer americana casada con la que pretendía casarse tras su divorcio. Además, el matrimonio con Mary estuvo plagado de problemas, dado que la mujer fue acusada de ser una alcohólica abusiva y habitualmente infiel. Por lo tanto, el final feliz de la cinta no es del todo correcto en la forma en que se presentó.
Como se trata de una película, por necesidad hubo que omitir ciertas cosas y combinar personajes. En realidad, a Brown no se le diagnóstico parálisis cerebral durante algún tiempo, lo que se omitió en la historia. La terapeuta Eileen es en realidad una combinación de tres figuras terapéuticas importantes en la vida de Christy, y aunque sabemos que su madre creía que tenia una mente capaz, en realidad, trabajó mucho con Christy cuando era un niño enseñándole el alfabeto y un largo etcétera. Además, antes de Mary, Christy tuvo una relación de doce años con la mujer a la que le dedicó el libro. Y el mentado final hollywoodense, nueve años antes de su muerte en el que el abandono por parte de su mujer puede haber sido un factor para que sucediera, no termina de cerrar la historia.
A pesar de todo ello, la cinta biográfica de Christy Brown es en muchos sentidos tan increíble como impactante, sobre todo gracias a dos interpretaciones: por un lado la de Hugh O'Conor quien da vida al niño Christy y a Daniel Day-Lewis en su versión adulta. La expresión facial de O'Conor y la forma en que arrastra su cuerpo deformado es desgarradora. En mi caso me sentí agotado por lo que veía, y desconsolado al mismo tiempo.
Y qué decir de Daniel Day Lewis, uno de los mejores actores del mundo: da vida totalmente al protagonista, un ser humano inteligente y de carne y hueso, capaz de insultar, enfadarse, amargarse, emborracharse, ser lascivo, divertido y cariñoso.
Por otro lado Brenda Fricker realiza una labor admirable como la madre de Christy, una mujer que nunca deja de creer en su hijo, y en lo que puede hacer y que mantiene unida a su familia y a su marido en los momentos complicados. Lo estupendo de la actuación de Fricker es que el apoyo, el amor y una cierta ética de trabajo parecen ser naturales para esta madre. El personaje nunca se consideraría una heroína o como una persona que emprende algo fuera de lo común. Fricker nos muestra a una mujer religiosa pero no fanática, que cree que sus deberes en la tierra son ser una buena esposa y madre.
Como sea, la vida de Brown fue más complicada que esta inspiradora película, pero se trata de un logro asombroso por parte de todos los implicados en ella y desde luego, es una visita obligada para cualquier cinéfilo.
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