Lo estaba, realmente estaba contento.
Dentro de mi confusión, me sentía bien porque la suerte parecia sonreirme y aunque dudaba porque no sabía si estaba bien lo que haciamos, pensaba que debía ponerme feliz, que las cosas iban a cambiar.
Tenía frio, estaba muy oscuro, apenas y podía mirar las siluetas de su rostro. Enfrente de nosotros un gran árbol de navidad lleno de luces y adornos, junto a el un nacimiento. Quizás estaba triste y tal vez volví a sentir algo puro, limpio, sencillo y muy natural. Por ello me ilusioné, vaya idiota que he vuelto a ser.
También pensaba que de alguna forma, un día de estos podría llegar a sentir algo intenso, profundo, ya que eso es lo más importante.
Ahora, a 11 días de aquella noche de confusión, de cosas buenas, de nuevas ilusiones; quiero gritar, quiero decir que estoy desesperado, que me duele otra vez y no sé que hacer.
Creo que me he vuelto a equivocar. En estos momentos, lo único que anhelo es que este drama acabe pronto.
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