Director: Mike Leigh
Duración: 142 minutos
País: Francia/Reino Unido
Elenco: Timothy Spall, Phyllis Logan, Brenda Blethyn, Claire Rushbrook, Marianne Jean-Baptiste, Elizabeth Berrington, Michele Austin, Lee Ross, Lesley Manville, Ron Cook, Emma Amos, Brian Bovell, Trevor Laird, Clare Perkins, Elias Perkins McCook, entre otros.
" Al morir sus padres adoptivos, Hortense Cumberbatch, una joven negra que vive en Londres, siente la necesidad de conocer a su madre biológica, la cual la dio en adopción al momento de nacer. Cuando por fin la encuentra, resulta ser una mujer soltera que trabaja en una fábrica."
La genialidad en el arte es inexplicable. ¿Qué invisibles mecanismos diferencian a una película hecha especialmente para la televisión, de una maravilla? Esta cinta parte de un argumento de lo más simple e incluso hasta podría ser más que eso, quizás hasta podría pecar de soso por ser tan conocido y de igual manera por haber sido abordado infinidad de veces. Como si se tratara de una simple telenovela.
Una mujer ha perdido a su madre adoptiva y se decide por encontrar a su madre biológica, sin saber muy bien por qué lo hace o qué espera encontrar.
Nos encontramos aquí con el retrato completo de una familia. A primera vista, no se trata del modelo prototípico de ella, pues hay mezcla de razas, tenemos a la protagonista que es una madre soltera y finalmente lo que la hace distinta es que está constituida de pocos miembros. Y, sin embargo, se logran apreciar rasgos que aparecerían en cualquier otra familia: vemos en determinadas situaciones algunas sonrisas forzadas, caras de incomodidad generadas por las circunstancias y lo principal es que no existen entre ellos vínculos genuinos o alguna clase de acercamiento. Da la impresión de que la distancia no es sólo física, sino también emocional. No se puede asegurar que no se quieran, sino más bien que sí lo hacen, pero no saben cómo expresarlo, probablemente porque siguen latentes entre ellos las viejas y tradicionales rencillas que no han sido resultas. Quién sabe si en ese contexto no hay en juego diversos traumas que permanecen ocultos.
En ese sentido, el director desarrolla también el tema de la búsqueda de las raíces, del autoconocimiento y con el, alcanzar el entendimiento de los otros. Pareciera que todo gira sobre la capacidad de amar de unos y la necesidad de aliviar la soledad de otros. En pocas palabras: del miedo y de la complejidad del ser humano. El método pareciera ser fue aquel en el cual hay que ir armando las situaciones y los diálogos de la película de la mano de los actores, que se adentran en terreno inseguro (ya que cada uno sólo conoce su parte del guión), lo que brinda a la obra un halo de honestidad incuestionable.
La música de cuerdas y viento, subraya con potentes solos de contrabajo la soledad de los personajes y basándose en composiciones de aire festivo, los momentos de satisfacción. En contraparte, la fotografía usa una gama de colores corrientes, con claro predominio de los blancos. Da igual igual que en todo momento se sepa que la iluminación y el escenario son artificiales, que no es natural, que no es real. No importa que su objetivo sea pretender emocionar al espectador, porque se nota la mano del fotógrafo que consigue el milagro, ya que a pesar de todo, la fotografía tan simplista conmueve.
Reconociendo la destacada aportación en cuanto a interpretaciones se refiere por parte de Brenda Blethyn y en general de todo el elenco, la obra nos obliga a preguntarnos o al menos a conectarnos con la necesidad de entender el dolor e incapacidad de cada ser en particular, al mismo tiempo de contar con la oportunidad de reconocer la belleza, ternura, virtudes y sueños que a veces acarreamos ocultos o apagados.
Es una invitación a realizar un continuo análisis y posterior depuración del ayer y del ahora, en un acto de introspección que nos ayude a sanar o cerrar capítulos abiertos o inconclusos de nuestras vidas, o simplemente en un acto que nos recuerde caminar con cuidado y atención en cada paso que damos todos los días.
Estamos ante una noble exhortación a la tolerancia y a no atreverse a juzgar o poner en práctica esa peligrosa característica humana del encasillamiento irresponsable, reduccionismo descriptivo de los seres humanos y preferencia e inclinación por los estereotipos, dejando fuera precisamente con ello uno de los potenciales de la obra que es el bombardear un tanto a los clichés y sentimientos o el muro contra preguntas incómodas del que algunos suelen rodearse, en esa búsqueda de seguridad y respuestas sencillas, prácticas, bien aceptadas y por supuesto "verdaderas".
Sombría, escandalosa, testimonial, de esas que hurgan en las tripas y el corazón, depende de dónde tenga cada uno la sensibilidad. Puede hacer mucho daño. Porque hay dos opciones después de ver esta película: correr a abrazar a tu familia o mandarles lejos (como de costumbre).
Pero, ¿alguien hará algo por remediar la situación?
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