Director: Vincent Gallo
Duración: 110 minutos
País: Estados Unidos / Canadá
Elenco: Vincent Gallo, Christina Ricci, Ben Gazzara, Mickey Rourke, Rosanna Arquette, Jan-Michael Vincent, Anjelica Huston, Kevin Pollak, Alex Karras, John Sansone, Manny Fried, John Rummer, Bob Wahl, Penny Wolfgang, Anthony Mydcarz, entre otros.
" Después de salir de prisión, Billy decide visitar a sus padres en compañía de su esposa, la cual no tiene. Esto provoca que Billy resuelva de manera impetuosa secuestrar a una jovencita, a la que obliga a actuar como su compañera ante la inminente cita en casa de sus extravagantes progenitores."
El actor Vincent Gallo (quien es más conocido por ser un tipo insufrible, más que por su filmografía o su trayectoria en el cine) escribió, dirigió y protagonizó esta comedia dramática de carácter independiente, que con esa arrogancia que lo caracteriza describió como su obra maestra. Probablemente la afirmación sea poco menos que pretenciosa, aunque a mi parecer no está tan lejos de la realidad. Cierto es que su narcisismo le traiciona en distintos momentos del metraje, por lo cual se reserva para sí mismo determinados privilegios como personaje principal, que se encuentra ubicado a gran distancia del resto de los ejecutantes de este peculiar engranaje.
A mi entender, hay que tomar consciencia de que el cine independiente, asume riesgos que no siempre garantizan los efectos deseados en la evaluación integral de una película. Sin embargo, soy de los que estiman con determinada alevosía y deliberación cualquier propuesta honesta que persiga brindar nuevos caminos, nuevos ángulos, nuevas distribuciones. Y en algún sentido, eso es lo que nos regala con relativo éxito esta creación de Gallo.
En esta obra, Gallo interpreta el papel de Billy Brown, un miserable ex convicto que decide secuestrar a una joven iracunda de motivaciones inconsecuentes con la trama(personificada en esta oportunidad por la hermosa Christina Ricci, que se muestra ataviada con una falta ajustada, escote pronunciado y zapatillas propias de un cuento de hadas) con la que se topa en una academia de baile, luego de que no logra hallar un lugar donde poder vaciar la vejiga.
El inicio es casi tradicional. A la puerta de una desolada cárcel, un funcionario despide de modo frío a un recluso que en ese momento ha dejado de serlo. Cae la nieve y el sujeto solo viste un delgado pantalón y una ligera chamarra. Como nadie ha ido a esperarlo, el tipo se queda pasmado mientras se sienta a esperar quien sabe qué en una banca.
El argumento arranca, después de que el estrafalario protagonista consigue convencerla para que se haga pasar por su amada esposa y le acompañe a visitar a sus excéntricos padres (a quienes dan vida los talentosos y reconocidos actores Anjelica Huston y Ben Gazzara). Desde luego, ellos no saben que su retoño acaba de salir de la cárcel. En cambio, el ingenioso vástago les ha contado que ha estado trabajando como agente secreto para el gobierno.
Aquellas escenas de la absurda visita, están cargadas de una ironía casi delirante, como si se tratara de un ajuste de cuentas entre padres e hijo. Es decir, los seres que le dieron la vida mantienen una comunicación propia de idiotas, en la que solo se comunican entre ellos y haciendo uso de claves personales, como si el desesperado resultado de su unión fuese una estatua o un microbio. Así es, la carencia afectiva trasuda por todos lados. Como resultado, ese otro que está sentado a la mesa no es otra cosa que un niño en el cuerpo de un adulto, atormentado y hambriento de cariño que emplea la violencia verbal y física para interactuar con el resto, porque simplemente es lo único que conoció desde su infancia.
Pero veamos, este excéntrico romance, maravillosamente singular y de muy bajo presupuesto, puede presumir de contar con unas interpretaciones apropiadamente extravagantes y casi maniáticas de los cuatro protagonistas. Sin embargo, mención especial merece Gazzara en el papel del pervertido padre de Gallo quien en la cena por el mero gusto de hacerlo coloca su rostro entre los senos de Layla (la supuesta pareja de su hijo), mientras que Huston nos entrega un ocurrente y divertido papel como la esposa obsesionada por el fútbol americano.
Por supuesto, un aspecto que debe destacarse son los estupendos cameos de los que goza la cinta de Mickey Rourke, Jean-Michael Vincent y Rosanna Arquette.
Entre tanto, Gallo realiza las diferentes tareas de su proyecto de manera soberbia, ya que incluso escribió la música de la película y utilizó la casa de sus padres ubicada en Buffalo (de ahí proviene el misterioso título) como escenario central de la historia.
Por último, me gustaría realzar lo fundamental que suelen ser las obsesiones muy personales en este tipo de proclama artística. En otras palabras, no sé como será en realidad Gallo, pero los seres que decidió retratar son de naturaleza muy persona e intima, y a algunos les parecerá raro, pero esa clase de personas si existimos.
Me parece que todo individuo tiene que buscar sus propias obsesiones, y a partir de ese lugar crear sus propios senderos, construidos y realizados de una manera realmente espontanea, como si de un proceso de aislamiento mental se tratase.
En pocas palabras, una obra que arroja una mirada irónica sobre las relaciones y la desilusión con gran variedad de estilos visuales y de imágenes.
No es indispensable citar nombres, más considero que Gallo como todos los directores, actores, artistas, músicos, pintores, escultores suelen reflejar las manías de sus existencias en sus obras, y a la vez, sus obras son sus existencias.
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