Director: Geoffrey Wright
Duración: 94 minutos
País: Australia
Elenco: Russell Crowe, Daniel Pollock, Jacqueline McKenzie, Alex Scott, Leigh Russell, Dan Wyllie, James McKenna, Erick Mueck, Frank Magree, Chris McLean, Josephine Keen, Samantha Bladon, Tony Lee, John Brumpton, Don Bridges, entre otros.
" Un grupo de skinheads se alarma por la forma tan apresurada en que está cambiando su vecindario y deciden hacer algo contundente para remediarlo"
Un filme que provocó un apasionado debate en Australia acerca de si el país era racista o no. El paso del tiempo nos permite ahora juzgar las cualidades de la impresionante primera película de Geoffrey Wright con mayor claridad.
En realidad, podría describirse como una escandalosa y ruda embestida audiovisual, lista para acometer contra tus sentidos, cuya acción presente la mayor parte del metraje se muestra sincronizada a la perfección, con una agudeza indiscutible y que por lo tanto no da lugar al aburrimiento. Dicha violencia ejercida casi de forma azarosa explota cuando los punks de cabezas rapadas post nazis que glorifican las fantasías de superioridad racial de Hitler sacuden los huesos del ombligo apático de la sociedad, pero resuelven hacerlo no haciendo uso de algo denominado como conciencia política o social, sino con una postura tan radical como vana, algo del estilo de Estoy aburrido o soy un inadaptado.
¿Nazismo? No me suena tan apropiado, porque no se acerca a ello, sino a una interesante perogrullada.
Sin embargo, lo que tanto les hace falta en su peculiar visión del mundo a este grupo de extremistas (con la excepción de los personajes de Davey y Hando, que son además los mejores amigos y los líderes principales del grupo) asi como en el razonamiento que brilla por su ausencia, lo compensan desatando toda clase de disturbios frenéticos de manera compulsiva y lo efectúan arremetiendo de modo torpe contra los seres que llaman con tono despectivo Gooks (termino peyorativo para aludir a una persona de origen filipino, coreano, vietnamita o cualquier raíz que sea asiática) es decir el pueblo vietnamita que creen de manera vehemente que están contaminando la pureza de su comunidad de blancos.
Pero veamos, para ser una auténtica bomba de tiempo andante, Russell Crowe que personifica a Hando, el líder de la pandilla, el tipo resulta ser tan encantador como atractivo en la pantalla. Dicho de otra manera el sujeto exuda poder puro y cierto magnetismo; sin importa que se trate exactamente del tipo de hombre que podría despellejar vivo a un gato sin que el minino se llegase a enterar. Dispuesto ya el retrato de esta personalidad indiscutiblemente antisocial, habría que agregarle al coctel toda clase de ideas peligrosas que han pervertido en su núcleo su frágil mente, y tendrá como resultado un espantoso número de fallecidos que no son otra cosa para el que unos mugrosos amarillos.
Desde luego le garantizo que nunca encontrará un momento soporífero en esta cinta. De alguna manera la trama simplemente se comprime y te oprime con ello; y te compadeces de estos pobres diablos, inseguros por donde se les mire, desventurados pero bravucones, que no son otra cosa que un hatajo de niños armados. Por cierto, tenemos a Gabrielle ultimando el triangulo, una chica que es acosada sexualmente por su padre y por otro de los miembros de la pandilla, un personaje completamente desconcertado en la vida a la vez que despliega una enorme ternura, y termina por consolidar la historia, justo cuando ya no queda más simpatía que regalarle a Hando.
Por otro lado, los planos amplios de la frenética lucha capturan la palpitante desesperación del momento y de otras terribles situaciones, y la secuencia que en verdad es un casi video musical con la atinada melodía sonando en el fondo que repite skinheads skinheads es un verdadero clásico, uno que hasta el mismísimo Quentin Tarantino probablemente envidiaría.
Sin duda que el giro de tuerca del cierre de la trama es tan feroz como oportuno. En realidad, este controvertido filme no es más que una historia de amor ambientada en medio de una sociedad alimentada por el odio, el aburrimiento y la angustia; o tal vez es solo una historia sobre tres almas perdidas que navegan en su demacrada comunidad, tan atrapadas en ella, vengativas contra los males sociales (familias rotas, seres sin futuro, vidas desperdiciadas que se avecinan), ansiosas por culpar a algo o alguien, listas para abrazar cualquier hermandad o credo que dará autenticidad a su innegable furia desafiante.
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