Director: Kitty Green
Duración: 87 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Julia Garner, Owen Holland, Jon Orsini, Rory Kulz, Migs Govea, Daoud Heidami, Ben Maters, Noah Robbins, Tony Torn, Dagmara Dominczyk, Alexander Chaplin, Bregje Heinen, Devon Caraway, Genny Lis Padilla, Clara Wong, James C.B. Gray, Sophie Knapp, Hunter Hojnowski, entre otros.
" Jane es una recién graduada universitaria y aspirante a productora de cine que consigue un trabajo en apariencia ideal como asistente de un poderoso ejecutivo de la industria del entretenimiento. Su día es muy similar al de cualquier otra asistente: preparar café, cambiar el papel en la fotocopiadora, ordenar el almuerzo, organizar viajes, recibir mensajes telefónicos, etc. Pero a medida que sigue su rutina diaria, es cada vez mas consciente del abuso que colorea de forma insidiosa cada aspecto de su jornada laboral.
En pocas palabras afirmaría que es una película recomendable, y que bien vale la pena darle una oportunidad de visionado. En breve señalaría que es una obra que versa sobre el acoso sexual en el trabajo, que de forma peculiar prefiere susurrar todas aquellas palabras que usa para protestar contra la injusticia, cuando a mi parecer realmente necesitaba hacerlo gritando.
Pero veamos, el drama dirigido por Kitty Green, no cubre ningún terreno nuevo en el tema central de su historia que es el citado acoso sexual en el lugar de trabajo. No obstante, esto no impide que la obra siga contando con una trama convincente. Por desgracia, el lugar de trabajo (que en estos tiempos donde abunda la corrección política se calificaría como Toxico) que yo llamaría enmarañado por toda la clase de eventos tan peculiares que suceden en un ambiente tan especial como ese, en el que participan cierta clase de individuos de moral muy relajada, ya lleva años entre nosotros y otras cintas, como In Good Company (2004), 9 to 5 (1980) que acá se conoció con el simpático titulo de Cómo eliminar a su jefe o la propia Working Girl (1988) con Melanie Griffith a la cabeza y, en particular la nominada al Oscar de hace algunos años Bombshell (2019), han mostrado de forma más eficaz lo que significa para el trabajador humilde el desempeñar su labor en una difícil situación, en un ambiente lleno de asuntos ocultos, todo ello aderezado de compañeros que se compartan bajo una ética ambigua. Pero, en esta ultima entrega del entorno laboral deshonesto, la directora / guionista ofrece una historia contemporánea de peso, casi arrancada de los titulares, que sigue ocurriendo en esta era posterior a la marca que dejó en la industria el caso de Harvey Weinstein y el recordado movimiento MeToo.
Recién salida de la universidad y asegurando su primer trabajo real como asistente de un ejecutivo de cine, Jane llena cada una de las horas que componen su día realizando justamente esa función al asistir a un productor de cine muy relevante ubicado en Nueva York. Lleva casi dos meses realizando tareas de poca importancia, concertando citas, haciendo recados, limpiando mesas, recogiendo la basura y en esencia observando el desagradable comportamiento de su jefe. Sin embargo, al mentado superior nunca se le ve en pantalla, sólo se le oye, pero queda claro que se trata de un depredador sin rostro al acecho.
Como sea, sus actos abusivos son de dominio publico y los chismes que se van produciendo en la oficina son compartidos por su personal, el cual en su mayoría se halla formado por hombres. Sus bromas e insinuaciones son los temas principales en cada una de las conversaciones que se mantienen en los pasillos del lugar, las cuales parecen confirmar las terribles suposiciones de Jane. Aunque resulta curioso que la propia Jane hasta ahora no se haya convertido en su presa. No es su tipo, o eso le dicen.
Además, sus opiniones sobre el encubrimiento que se mantiene en curso, aunque precisas, son todas de segunda mano y circunstanciales. Sea como fuera, todo este asunto peliagudo sigue planteando la misma cuestión ética en el espectador: ¿ Esta muchacha debe convertirse en cómplice del juego sexual de su jefe con su silencio o debe denunciar este crimen que acontece frente a sus narices?
La directora, que también es la autora del guion, capta el sentido mundano de la vida en la oficina y el ambiente enrarecido que esto conlleva. Sin embargo, a medida que se estable la trama y el dilema que atraviesa el personaje principal, la señora Green determina de forma deliberada marcar el ritmo de su película con lentitud, lo que va en detrimento del impacto visceral propio de una obra como esta y con ello no permite que el asunto se desarrolle de modo adecuado, que en este caso sería con suficiente tensión.
La señora Green ofrece una especie de escaparate interpretativo para Julia Garner (actriz a quien una mayor parte de la audiencia ubica por su quehacer en la serie Ozark) en un papel totalmente intimo y reaccionario. Por ese motivo, las emociones de su personaje están contenidas y reprimidas durante la mayor parte del filme, hasta que a la mitad del metraje, a la mitad del sinuoso camino que hemos recorrido el tema tabú se impone por fin y es colocado sobre la palestra. En ese caso, la interprete tiene una gran escena, el único momento dramático de la cinta, que esta muy bien realizada y actuada con intensidad en la que la joven protagonista se encuentra frente a un tipo de la dirección de recursos humanos, que es interpretado con gran pericia por Mathew Macfadyen (uno de los principales de la celebrada serie Succession), que con habilidad resta importancia a su versión de los hechos mientras le ofrece consejos útiles (que es obvio nadie le ha pedido) y falsos halagos.
A partir de este momento, la cinta empieza a ser un poco más apasionante y en cierta medida brutalmente honesta en su mensaje. Pero hay que decirlo con firmeza: todo llega demasiado tarde. Es decir, uno desearía que más escenas de la obra adoptaran este enfoque de confrontación directa con este tema palpitante y se enfrentaran al conflicto de frente. En este sentido, la cinta subestima su papel con demasiada frecuencia.
Como cierre solo queda manifestar que se trata de una pequeña e interesante película independiente que aborda grandes tema de la forma más sutil. Desde luego que tiene mucho que decir al respecto, pero lo hace hablando en el más silencioso de los susurros cuando debería hacerlo en un tono mas enfurecido y franco en su ejecución. Me parece que las victimas de abusos sexuales merecen una voz más fuerte y merecen ser escuchadas.
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