Dirección: Denys Arcand
Duración: 101 minutos
País: Canadá
Elenco: Dominique Michel, Dorothée Berryman, Louise Portal, Pierre Curzi, Rémy Girard, Yves Jacques, Geneviève Rioux, Daniel Brière, Gabriel Arcand, Évelyn Regimbald, Lisette Guertin, Alexandre Remy, Ariane Frédérique, Jean-Paul Bongo, entre otros.
" Radiografía no solo de la diferencia de sexos sino de los sentimientos y las relaciones humanos. El director francófono Denys Arcand se dio a conocer en todo el mundo con su retrato burgués, al tiempo intelectual y primitivo de dos grupos, uno de hombres y otro de mujeres que hablan de sexo, de sus fantasías, sus frustraciones e intimidades. "
Si no le gustan las películas con exceso de diálogos entonces le aseguro que ésta no le gustará, ya que consiste en términos generales en hablar de sexo con un toque de ganas de filosofar a cada momento bien añadido. Con La decadencia del imperio americano no sé si el director Arcand ha servido para el publico un postre dulce con un centro a base de almendras amargas o una de esas bebidas como el amargo de Angostura endulzada con un terrón de azúcar. Me inclino por lo segundo.
De entrada me gustó el ritmo pausado de los títulos de crédito iniciales, que se reproducen en un largo plano de seguimiento que recorre una larga explanada y termina con el encuentro de dos de los personajes principales: Dominique y Diane. La mencionada Diane es una periodista que labora en el Writers Today y que esta entrevistando a Dominique sobre su nuevo libro que lleva el ambicioso y petulante título Changing Concepts of Happiness. La tesis principal de este libro es que una sociedad se halla en declive cuando se preocupa más por la felicidad individual de sus integrantes y por la gratificación instantánea de estos mas que por el bien común. En una sociedad que se comporta de esa manera, la gente se resiste al sacrificio y los matrimonios se rompen porque se persigue como único fin la felicidad personal. De tal manera que lo que ocurre el resto de la pelicula es ilustrar esta peculiar idea.
Poco después nos presentan a otras dos mujeres, unas féminas llamadas Louise y Danielle que se dedican a hacer ejercicio en un gimnasio. Se les unen después las aludidas Diane y Dominique y, durante sus rutinas de entrenamiento las mujeres discuten en detalle intimo algunas de sus hazañas sexuales realizadas en el pasado.
A continuación nos presentan a cuatro hombres que parecen salidos de un catalogo de idiotas cuyos nombres son Remy, Pierre, Alain y Claude que preparan una elegante cena para las cuatro mujeres que ya hemos conocido. Para aclarar debo decir que Remy, Pierre y Claude son profesores del departamento de Historia de una universidad en Quebec y Alain es un mero estudiante; mientras que Dominique es la directora del departamento, Diane es ayudante de cátedra, Louise es la esposa de Remy y Danielle es la compañera de Pierre y estudiante, asi que se trata de un grupo de intelectuales bastante unido. Mientras los hombres preparan la comida, no paran de hablar también de sus aventuras sexuales, pero como es de imaginar, el tono de su conversación es un poco diferente al de las señoras. Estamos claramente en la era posterior a la revolución sexual, ya que se confiesan muchas infidelidades y se revelan fantasías sexuales, y la homosexualidad de Claude está aceptada por completo. Aunque es verdad que resulta irónico que los hombres estén preparando la cena y las mujeres se encuentren en el gimnasio, pero eso si, las hembras están en el gimnasio para volverse más atractivas en el apartado sexual para los hombres.
Ahora bien, en algún momento me pregunté por qué las bromas de los hombres me parecían mas divertidas que las que he oído muchas veces en los grupos masculinos, y la respuesta es que son ingeniosas y elaboradas en lugar de groseras y poco imaginativas. Y lo que es más importante, todos los actores parecen divertirse tanto y recitan sus frases con tanto entusiasmo que es imposible no percibirlo. Además, aunque esta decadencia no es La gran noche (aquella obra que tenia como centro de la historia un gran banquete), los preparativos de la cena y el producto final no carecen de interés. Claro, a menos que seas un cocinero gourmet aprenderás como yo sobre términos como vesiga, velouté, coulibiac y mousseline.
Y hay algunos momentos especiales, como cuando los cuatro hombres representan aquellos momentos de la conquista en el que hay que bailar con mujeres, sobre cómo tienen que dedicarse a esa penosa actividad para complacerlas. Mientras bailan dan voz a temas que fingen interesarles, con el mismo propósito. Su baile es ingenioso, bien coreografiado, pero tan chistoso como ridículo.
Como dato curioso tenemos el hecho de que la banda sonora con un poco de ayuda de Haendel y François Dompierre goza de un resabio de intelectualidad muy apropiado para este sainete.
Entonces, ¿por qué creo que La decadencia del imperio americano es en términos generales una obra deprimente? Porque ilustra demasiado bien los efectos destructivos de la búsqueda egoísta de la felicidad personal, en especial en lo que respecta a la satisfacción sexual. Es decir, ninguna de las relaciones que hay entre los personajes es un vinculo estable. Y el filosofar del final propugna un pesimismo que raya en lo cínico que a los animales de esta especie se les da especialmente bien. Se suele decir que la gente debe hablar de lo que sabe y ya está, pues en esta creación se repite con ahínco.
Por ejemplo, se expresa con cierta sorna que el Papa lo sabe todo sobre la masturbación y las enfermedades de la próstata. Puede hablar de eso y de la CIA. No subestimes al Papa. A continuación el altanero grupo ataca a personajes como Marx, Freud, Jung, los sociólogos, los psicólogos e incluso a si mismos. Incluso citan a Wittgenstein para justificar parte de su comportamiento, dice alguno de ellos Nuestra única certeza es actuar con nuestros cuerpos. Desde luego, después de todo esto hay que adorar a los académicos, a todos y cada uno de ellos.
Sintetizando, si ves la secuela Las invasiones bárbaras (los mismos actores, los mismos personajes, diecisiete años después de esta cinta) te percatara que la vida de Remy es una metáfora de la tesis mas general expuesta en esta creación. Cada pelicula se sostiene por si sola, pero cada una se beneficia de haber visto la otra.
Como lo revela de forma explicita el titulo, todo esto se trata de la decadencia moral de una sociedad, que en este caso concreto se manifiesta a través de la excesiva complacencia de los personajes principales en su vida sexual y en su propia gratificación personal, a expensas de sus familias, amigos y grupo social en general. Para mi los diálogos son brillantes, y quizá sea fácil dejarse absorber y olvidarse del tema mas general, y cuando la pelicula termina es fácil quedarse con una sensación de desamparo, incluso de desesperación, los mismos sentimientos que impregnan la vida de los personajes.
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