Quizá para poder responder habría que dar primero una definición del amor. Y hay que reconocer que bajo esta hermosa palabra se esconden a veces significados muy diversos e incluso contradictorios.
Se puede llamar amor a una sensación placentera y en el fondo egoísta o a la entrega más generosa y desinteresada.
Por eso los griegos, que eran muy listos empleaban tres palabras diferentes para hablar del amor: eros, filos y agape.
En el primer caso con la palabra eros se hace referencia al amor físico, a la atracción corporal. No deja de ser algo imprescindible como motor de arranque.
Pero evidentemente esto no lo es todo e incluso a veces resulta muy engañoso, de tal manera que si sólo existe este tipo de amor, una vez que se acaba esta emoción parece que se acaba todo.
Hay una segunda modalidad, el filos o la filia que añade el componente de la amistad.
La verdadera amistad tiende siempre a ser bastante más duradera que la mera pasión física.. Casi nada, ser buenos amigos.
Pero hay una tercera palabra para hablar del amor que no podemos olvidar de ninguna manera y que en griego se dice ágape y traducido al castellano caridad. Quizá alguien pueda pensar que caridad es solamente algo así como dar una limosna o compadecerse del necesitado y que tiene poco que ver con el amor de pareja.
Por cierto que aquí no puede uno dejarse llevar simplemente por un impulso instintivo, sino por un acto de voluntad, solo posible en la medida en que exista calidad humana y espiritual en la persona.
"El amor es paciente, es afable; el amor no tiene envidia, no se jacta ni se engríe, no es grosero ni busca lo suyo, no se exaspera ni lleva cuentas del mal, no simpatiza con la injusticia, simpatiza con la verdad. Disculpa siempre, se fía siempre, espera siempre, aguanta siempre. "
Ojalá todos se quisieran con este amor y así habría que decir que el amor no se puede acabar nunca.
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