Un adolescente chaqueto y que se la pasa gastando el tiempo aplastando esos músculos llamados nalgas viendo televisión, fumando mota y escuchando a Joy Division, expresó alguna vez esto:
" Es completamente contradictorio que estando en una de las mejores etapas de lo que llevo de mi fuckin vida, de repente me he sumergido en un período de introspección y oscuridad. Así en mi ipod y en mi cabeza sólo suenan: Joy Division, The Cure, Interpol, The Smashing Pumpkins y Radiohead. Así en ese orden: oscuridad, depresión, tristeza y locura. No lo sé, me gusta la mala vida. Últimamente parece que todo está tan lindo y hermoso que hay que romper con ello, a como de lugar; desperdiciar las cosas lindas, las que se hicieron para que fueran admiradas por los imbéciles. A veces yo también caigo en ello, así como llego a niveles de inmundicia cursi y sensiblera, me levanto, ya pasará algo que haga que todo se desmorone. Estoy acostumbrado a eso, no creo que todo vaya bien. Simplemente nunca fui educado así. "
Entre él y yo existen muchas similitudes e igual número de diferencias. Primero, en mi cabeza no suenan todos esos grupos, porque precisamente ya pasé por esa etapa y si alguno de ellos tuviera que acompañarme en una tarde depresiva sería justamente el grupo de Yorke.
Ahora bien, no creo que esas canciones, ni esos grupos pudieran proporcionarme la oscuridad, ni la tristeza, ni mucho menos la locura. Esa ya la adquirí desde el nacimiento.
Además, yo no fumo. Ni uso un ipod para escuchar la música. Esas son mamadas. Como sea lo restante es exactamente como me siento, a pesar de usar tantos clichés, en ese tipo debe quedar algo genuino de una tristeza que no se compra con nada. Mucho menos vistiéndose de negro.
La intención de esto, era realizar un balance de lo que dejaron estos días de descanso. Fueron muchísimos y los disfruté. Hice lo que se me pegó la gana. Tanto que podía salir varios días a recorrer las calles sin rumbo fijo, cansarme hasta la cercanía del desmayo; como pude quedarme en casa sin ninguna opción más que estar frente a una pantalla conversando con gente que jamás conoceré y que mataron en esos precisos instANTES EL TEDIO EXISTENTE.
Lo trascendental es que existe la posibilidad de volver a comenzar. De retomar las energías extraviadas para volver a usarlas en un semestre que promete ser más cargado en el aspecto trabajo que el anterior. No me importa. Muy en el fondo, es lo que deseo. Muy en el fondo, les digo.
¿Me merezco todo lo que me ha pasado? Esa interrogante queda en el aire, y si me precipitara ahora mismo a querer responderla diría que no; ya veremos al paso del tiempo porque suceden estas cosas en vidas de personas que se suponen no están tan vacías. ¿Será cierto que la riqueza debe buscarse en el interior?
Yo me siento millonario si es que realmente se encuentra ahi mi valor. Aunque eso no dejan de ser pendejaditas de reflexiones.
Sigo creyendo que el OK Computer no es tan genial como el DARK Side of The MOON. Cuestión de enfoques.
La cuestión es disfrutar de la libertad de la vida, eso si que es trascendental, no dejemos que nos detengan para intentar elevarnos. Elevarse es lo fundamental, desplegar las alas, alejarnos del suelo y tocar las nubes sin nada más sentir. Sólo sentir el viento en el rostro, esa careta que refleja todo y a veces nada, representa la edad, las noches sin dormir, la contaminación que domina la ciudad, la resequedad del cuero cabelludo que se cae a pedazos, los ojos rojos después de tanta hierba, la barba y el bigote de varias semanas sin rasurarse. ¿Me reconocerá ahora? me cuestiono.
¿y qué importa? si es una fiesta y la mujer está ebria...
Y el bastardo que está a su lado soy yo.
Bienvenido septiembre.
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