Es evidente que existen diferencias entre el hombre y la mujer, y también debería ser evidente que tales diferencias no deberían implicar una relación de superior-inferior, sino de igualdad.
Ahora bien, después de hacer las correspondientes lecturas me aparecen varios conceptos que desconocía, al parecer para algunas feministas la mujer es distina del hombre porque tiene otra forma de ver las cosas, otro enfoque de la vida, otra “relieve de la realidad”. Por otro lado, todos los varones tienen un común denominador (según ellas): ser masculinos.
Para ellas la mujer es femenina, el hombre es masculino y esta diferencia impregna toda su vida y su manera de comportarse de una forma que solo puede darse en cada uno de los sexos.
La mujer debe ser femenina y “mujer” en todo el sentido de la palabra, esto para ellas significa ser alguien de carácter, integra, cuyos principios de vida sean firmes y justos, cuya voluntad no se haga pequeña ante las dificultades.
Al parecer para estas mujeres lo esencial de la mujer es ser femenina y por ello hablan de la mujer como si fuera la naturaleza, en su contraparte el hombre es la cultura.
Ante esto yo me pregunto si realmente ese ser “naturalmente femenina” no es otra de las imposiciones culturales de género que ha provocado esta sociedad fundamentalmente patriarcal, ¿realmente la mujer es femenina en esencia?
Para mí sería un gran error el que la mujer aspire a ser femenina por naturaleza, sería como aspirar a ser algo sin serlo realmente. Lo que quiero decir que es la realidad entre hombres y mujeres es totalmente distinta, en mi punto de vista deberían ser lo que quisieran ser, es decir, iguales y diferentes también.
La cuestión en todo esto es que no estoy de acuerdo con las posturas de las feministas, con las ideas que desarrollan estas “corrientes”, que siguen intentando conseguir una igualdad para ambos sexos a costa de los propios hombres; la raíz del problema es complicada ya que tiene varios orígenes no solo culturales y sociales, sino incluso algunos de índole psicológico. Me parece que no consiguen su objetivo porque al conseguir su igualdad no han sabido qué hacer con ella, como al preso que le dan libertad cuando menos la esperaba y no hace más que quedarse pasmado.
Uno de los puntos en los que no concuerdo con ellas (o ellos, ya que hay hombres envueltos en eso también) es que la igualdad de las mujeres para mi no consiste únicamente en que se libere a la mujer de los roles que tradicionalmente ha desempeñado, mas bien pienso que se debe luchar para que esos roles sean reconocidos y tengan el mismo valor, el mismo peso que tradicionalmente se le ha atribuido al rol del varón.
Ahora bien, después de hacer las correspondientes lecturas me aparecen varios conceptos que desconocía, al parecer para algunas feministas la mujer es distina del hombre porque tiene otra forma de ver las cosas, otro enfoque de la vida, otra “relieve de la realidad”. Por otro lado, todos los varones tienen un común denominador (según ellas): ser masculinos.
Para ellas la mujer es femenina, el hombre es masculino y esta diferencia impregna toda su vida y su manera de comportarse de una forma que solo puede darse en cada uno de los sexos.
La mujer debe ser femenina y “mujer” en todo el sentido de la palabra, esto para ellas significa ser alguien de carácter, integra, cuyos principios de vida sean firmes y justos, cuya voluntad no se haga pequeña ante las dificultades.
Al parecer para estas mujeres lo esencial de la mujer es ser femenina y por ello hablan de la mujer como si fuera la naturaleza, en su contraparte el hombre es la cultura.
Ante esto yo me pregunto si realmente ese ser “naturalmente femenina” no es otra de las imposiciones culturales de género que ha provocado esta sociedad fundamentalmente patriarcal, ¿realmente la mujer es femenina en esencia?
Para mí sería un gran error el que la mujer aspire a ser femenina por naturaleza, sería como aspirar a ser algo sin serlo realmente. Lo que quiero decir que es la realidad entre hombres y mujeres es totalmente distinta, en mi punto de vista deberían ser lo que quisieran ser, es decir, iguales y diferentes también.
La cuestión en todo esto es que no estoy de acuerdo con las posturas de las feministas, con las ideas que desarrollan estas “corrientes”, que siguen intentando conseguir una igualdad para ambos sexos a costa de los propios hombres; la raíz del problema es complicada ya que tiene varios orígenes no solo culturales y sociales, sino incluso algunos de índole psicológico. Me parece que no consiguen su objetivo porque al conseguir su igualdad no han sabido qué hacer con ella, como al preso que le dan libertad cuando menos la esperaba y no hace más que quedarse pasmado.
Uno de los puntos en los que no concuerdo con ellas (o ellos, ya que hay hombres envueltos en eso también) es que la igualdad de las mujeres para mi no consiste únicamente en que se libere a la mujer de los roles que tradicionalmente ha desempeñado, mas bien pienso que se debe luchar para que esos roles sean reconocidos y tengan el mismo valor, el mismo peso que tradicionalmente se le ha atribuido al rol del varón.
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