
Director: John Carpenter
Duración: 91 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Donald Pleasence, Jamie Lee Curtis, Nancy Kyes, P. J. Soles, Charles Cyphers, Kyle Richards, Brian Andrews, John Michael Graham, Nancy Stephens, Arthur Malet, Mickey Yablans, Brent Le Page, Adam Hollander, Nick Castle, Robert Phalen, entre otros.
" Durante la noche de Halloween, Michael, un niño de seis años asesina a su hermana con un cuchillo de cocina. Es internado en un psiquiátrico del que huye quince años más tarde, precisamente en la víspera de Halloween. El psicópata vuelve a su pueblo y comete una serie de asesinatos. Mientras tanto, uno de los médicos del psiquiátrico le sigue la pista."
El mito del asesino implacable Michael Myers se iniciaba en 1978 gracias al ejemplar y rimbombante punto de vista de John Carpenter, quien poco podía imaginar que este modesto proyecto de género terminaría siendo el padre de casi todas las películas de terror adolescente que nos inunda cual plaga desde entonces.
Y es que esta obra ha sido una de las películas de terror más influyente de las últimas tres décadas. Eso ha generado que se desvirtúe en gran parte los méritos propios de una creación cinematográfica que hasta hoy sigue siendo la mejor de ese subgénero que llaman slasher y una de las más solidas de Carpenter.
Dicha solidez se debe principalmente a la magnífica lección de cine que brinda el director desde la ejemplar escena inicial, hasta la no menos magistral e inquietante escena final. Lejos de lo que muchos puedan pensar, es una cinta que elude de forma voluntaria lo explícito (mucha sangre) para centrarse en mostrar lo que es la puesta en escena, la utilización de distintos movimientos de cámara y de lo que es crear tensión con elementos estrictamente cinematográficos, sin valerse de trampas ni recursos fáciles para lograrlo.
La historia, muy sencilla, se vuelve universal al despersonalizar al personaje de Mike Myers ocultándolo tras una máscara todo el tiempo, convirtiendo la persecución en la eterna lucha entre el mal y el bien, que lleva hasta sus últimas consecuencias en la escena final, realmente inquietante y que se presta a múltiples interpretaciones.
Un agran cierto de la dirección es que convierte en un ideal pueblo americano en un lugar amenazante, inclusive en las escenas diurnas, en gran parte por la original y eficaz partitura del propio Carpenter, de escaso interés y conocimiento musical, pero que asimiló perfectamente las enseñanzas de Bernard Herrmann y crea una atmósfera opresiva y enrarecida desde sus primeras imágenes con una extraordinaria eficacia a pesar de su sencillez. Otro acierto del director es la recuperación de ese excelente actor británico llamado Donalde Pleasence, magnífico en un personaje misterioso, el de un psiquiatra que conoció a Myers desde niño y lo observó durante 15 conociendo su verdadera naturaleza de asesino brutal.
Del mismo modo, Carpenter utilizar con imaginación y creatividad los limitados medios de los que dispone, en especial la fotografía y los decorados, a los que les saca un extraordinario provecho.
Halloween es una película ejemplar en conjunto y una demostración clara del talento de Carpenter tras la cámara, que hacen de esta austera producción, un pequeño clásico del género que los amantes del buen cine entenderán mucho mejor que el gran público.
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