Director: Matthew Vaughn
Duración: 105 minutos
País: Reino Unido
Elenco: Daniel Craig, Tom Hardy, Jamie Foreman, Sally Hawkins, Burn Gorman, Brinley Green, George Harris, Tamer Hassan, Colm Meaney, Marcel Iures, Francis Magee, Dimitri Andreas, Kenneth Cranham, Garry Tubbs, Nathalie Lunghi, entre otros.
" Después de haber acumulado una considerable cantidad de dinero, un vendedor de cocaína londinense se dispone a abandonar Inglaterra y comenzar una nueva vida. Sin embargo, sus planes no coinciden con los de su jefe Jimmy Price, quien quiere encargarle un último trabajo."
El productor de las formidables cintas de Guy Ritchie, Lock, Stock and Two Smoking Barrels y Snatch (ambas películas de culto) se convertía en director para dar vida a su primer largometraje, y su ópera prima, está cinta que me ocupa.
La historia está situada en el mundo contemporáneo, en la que un vendedor de cocaína sin nombre, trabaja en este gran mundo oscuro que es el negocio de la droga y los millones que mueve. Pero él lo quiere abandonar, y parece que no le va a resultar tan fácil, ¿cómo demonios iba a ser fácil salirse de un ambiente como ese?
El protagonista es un miembro del hampa, educado, elegante, de gustos refinados y buen nivel cultural. Trabaja por encargo y con independencia ejecutiva. Cuenta con colaboradores de confianza y no forma parte de una familia u organización. Se considera un hombre de negocios común y corriente, que mueve una mercancía ilegal, que se legalizará en un futuro no muy lejano. Su figura se ajusta a los modos y formas de las mafias de principios del siglo XXI, de estructura muy ligera, unidades de acción dispersas y ausencia de red. Las organizaciones criminales contemporáneas no son compactas y rígidas como las que analizó el cine negro americano de los años 30 o 40 o como las que nos enseñó con maestría el nuevo cine negro de los años 70. Las que explora la película están descompuestas en estratos, capas u hojas separadas, a la manera de un hojaldre. Así como el pastel, de ahí el nombre de la cinta. Dicho en el idioma de Cervantes: Las capas del pastel.
La cuestión es: ¿en qué capa del pastel estás tú y en que capa quieres estar? Y lo que es más importante ¿qué estás dispuesto a hacer para subir de capa?
Todo inicia con un Daniel Craig (de quién jamás sabemos su nombre) caminando, quien con el recurso de la voz en off, nos comienza a narrar quién es, qué hace, dónde está, y hasta se da el lujo de presentarnos a algunos personajes. Un tipo de prólogo que nunca es mal recibido, poco a poco mientras la historia avanza, las cosas se van complicando debido en gran medida a un guión bien estructurado y desarrollado de forma amena, aunque en muchos sentidos no deja de ser crudo. Es una cinta ligeramente alejada del toque cómico que suele imprimirle Ritchie a sus obras, Layer Cake es más seria, pero sin ser un drama.
Se nota indudablemente que este hombre había trabajado junto a Ritchie, el humor negro presente de manera muy ligera a lo largo de toda la película es prueba de ello. La forma de narrar y de acercarnos a la historia es adecuada, aunque en mi opinión, el relato peca de abundantes giros de guión innecesarios y algunas cosas terminan dejándose en el aire, lo que me provocó muchas interrogantes y una sensación de incertidumbre.
Lo complicado viene con las subtramas, las cuales algunas aparecen de manera irregular y no terminan de estar del todo bien realizadas como podría haber sido, luego se van acumulando y complicando, hasta que la tensión empieza a hacer presencia en el relato. Obviamente a nuestro protagonista comienzan a ponérsele las cosas más feas, y todo esto termina teniendo justificadas consecuencias.
Esta película plantea (al igual que aquella de Carlito) el momento aquel en el cual hay que dejar el mundo del crimen, si es posible, o hay que salir con los pies por delante. Buscar el momento de dejarlo todo nunca es fácil, en muchos negocios, no siempre es posible hacer borrón y cuenta nueva, los negocios se traspasan o se heredan, casi nunca se liquidan. Y este negocio de la droga es mucho más complejo, aquí los intereses creados te exigen siempre más y no están preparados para perder un negocio si eso implica una pérdida económica, a no ser que termine en la cárcel, o con un tiro en el cuerpo, o dos si el primero no mata.
La película muestra que las drogas están en todas partes; independientemente de quién seas o dónde estés, sólo eres una persona que bien vive lejos de las drogas, bien compra drogas, o bien te relacionas con delincuentes.
En fin, para resumir y abrochar adecuadamente, como si se tratara de un artículo y necesitaramos palabras clave, yo diría: crimen desorganizado, hojaldre, hubo vida después de Lock and Stock y Argumentos enrevesados a la una de la mañana o ¿ya eran las dos?
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