Director: Darren Aronofsky
Duración: 121 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Ed Harris, Michelle Pfeiffer, Brian Gleeson, Domhnall Gleeson, Jovan Adepo, Amanda Chiu, Patricia Summersett, Eric Davis, Raphael Grosz-Harvey, Emily Hampshire, Abraham Aronofsky, Luis Oliva, Stephanie Ng Wan, entre otros.
" La relación de una pareja es puesta a prueba cuando unos inesperados invitados llegan a su casa, interrumpiendo con ello su tranquila existencia."
Al terminar de ver esta cinta sonreía y soltaba alguna leve carcajada en soledad por lo que acababa de apreciar en la pantalla, sorprendido gracias al espectáculo que este, sin duda alguna controvertido director me acababa de regalar. Cabe aclarar que no la considero una obra maestra, ni tampoco un desastre como una gran parte de quien en su momento la observo. En mi caso, diría que la pongo en el lugar que tienen esas películas que de forma persistente quedan en la memoria y hasta en la retina durante mucho tiempo, y ese aspecto es precisamente en estos tiempos que corren, un aspecto positivo más que uno negativo. En otras palabras, como leí en alguna crítica bastante acertada se trata de una obra difícil de digerir y que probablemente requiera de una asimilación posterior que no cualquier tipo de público estará dispuesto a tener en cuenta.
Darren Aronofsky es esa clase de directores que necesitamos ante este panorama de cine grandilocuente (que muchas veces no viene ni al caso) y de aparente gratificación inmediata para poder afirmar que no todo está perdido. Se trata de un eslabón perdido del cine posmoderno, un director que ha querido destacar entre el resto de cine independiente con su formidable uso de recursos meta-narrativos y de dirección, sumados a guiones ambiguos y en otros casos, abstractos. Es uno de esos realizadores que suelen estar centrados en expresar un mensaje, de los que transforman elementos propios como los simbolismos, una apoteósica banda sonora y su dirección formidable, en versos de inconmensurable valor para el séptimo arte.
Sin embargo, hace ya unos años que no logro ver a aquel director ingenioso y creativo que era antes. A esta creación suya se le ven las raíces, sus referencias a otras producciones anteriores, consiguiendo que una obra de autor se vea como un refrito de si mismo. Y al igual que sucedía con otros proyectos, me parece que Aronofsky esta rindiéndose a sus referentes únicamente aportando estilo. Es decir, de alguna manera estaba mejor antes de contar con un nombre dentro de la industria. Por esa y otras razones, calificar este filme de una obra maestra o algo cercano, no solo me parecería exagerado sino temerario. Y se sabe, gracias a múltiples pruebas contundentes que la ignorancia suele estar motivada por esa singular característica.
La película arranca como un genuino thriller debe hacerlo y desde el primer instante consigue intrigar de forma convincente. Si bien la primera escena marca un poco el derrotero de lo que podría esperarse a lo largo de los no pocos minutos que dura esta obra, he de admitir que no ha sido hasta el final de la cinta cuando he comprendido realmente lo que sucedía en la pantalla. Con el transcurrir de los minutos se percibe claramente que la cosa va por otro lado y, aunque se consigue vislumbrar un poco el sentido que el director quiere darle al relato, la vorágine del cierre lo único que provoca es que haya terminado preguntándome que carajos estaba pasando en esa casa.
Ahora bien, hablando en particular del estilo que Aronosfky opta por emplear en su filmografía y su forma de mostrárselo al espectador (que es muy semejante en todo el transcurso de la obra, pero totalmente dispar entre sus creaciones) han sido para cuestionarse en un principio antes de ver la cinta, pero siempre lo acaba resolviendo con un ritmo que ya desearían muchos directores de orquesta. En este caso, los temores acerca de como podría arruinar su propio quehacer se convierten en realidad y el ritmo decae, quedando una labor a la que probablemente le sobre una hora de un ensayo que tendría que ser un viaje vertiginoso al interior de las mentes de los personajes reflejado en un deseo y una incapacidad pretenciosa que vive de una imagen y un carente mensaje, ya que no construye nada hasta haber cruzado la primera hora de metraje. En aquella primeros sesenta minutos tan densos, no hay mas que interpretaciones y escasa modestia.
Más allá de todo esto, sostengo que el guión, premisa y el mensaje ideados para la película son un diamante en bruto que se quedó esperando a ser pulido. En la esencia del filme se encuentran varias lecturas que hablan sobre la vida y la naturaleza, el vinculo que existe entre la creación y el arte, cuenta con lecturas religiosas y lecturas sobre la inspiración. En ese sentido, destacaría el tema que mas me atrajo y recordaré de la cinta: el hecho de que una obra parece estar condenada a perder la pureza y la vida cuanto más se le manipule y se le dé a conocer al público que terminará apropiándose de ella. La obra más pura y perfecta de manera irrebatible no se conoce ni se conocerá, porque al final dando a conocer a tu hijo lo destruirán y perderá su esencia para ganar un significado diferente.
Fue así que Aronofsky, creó una especie de poema a dicho tema, y al darlo a conocer parió un proyecto fallido.
Se trata de una película obviamente no recomendable para el espectador promedio, aunque tampoco para el fanático del director ni para el esnob de turno y eso si es un verdadero traspié para alguien con la reputación de Aronofsky que termina en su propia falta de modestia cuando explica obligado su final debido a su indiscutible fracaso en taquilla. No hay que olvidar que cuando una obra se tiene que explicar por medios externos es igual que si se empezara a dibujar un cuadro, después se expone y la gente lo interpreta de forma errónea significa una de dos cosas: o es un desastre interpretativo o has fallado como artista y al comunicar el supuesto mensaje que querías enviar.
Aun asi posee algunos elementos fuertes que comentar, como la interpretación de Jennifer Lawrence en momentos de tensión o Javier Bardem que aparece durante todo el viaje junto a Ed Harris de modo puntual y conveniente, destacando al español que brinda un papel sutilmente maníaco.
Por otro lado, la adecuada ambientación y efectos de audio (que se pierden por culpa de los fallos narrativos y de ritmo) y aquello que es propio del estilo de Aronofsky, me refiero a esos tramos finales donde se enciende esa chispa narrativa que da significado a la obra, aunque es uno de los apartados que mas se le critiquen por su descontrol total y falta de sutileza, pienso que es la única parte que resulta amena del relato.
En fin, potencial desperdiciado en su mas vivo esplendor; metáforas visuales que no aportan nada en algunos casos y en otros se notan inconexas (nada propio del director). Subrayaría en ese apartado los momentos posteriores a la aparición de un elemento trascendental dentro de la historia como la poesía visual del personaje de Bardem y la resolución aunque evidente, que es visualmente exagerada.
Sí, esta película estaba mucho mejor en la mente de Darren que en la pantalla grande.
Tal vez la película peca de intentar tratar el tema de manera bastante literal y poco sutil, burda e incluso hasta de manera grotesca, cayendo en excesos que muchos le reprocharán (hasta yo). Pero después de todo, ¿no está la humanidad plagada de excesos?
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