Director: Baz Luhrmann
Duración: 94 minutos
País: Australia / Reino Unido
Elenco: Paul Mercurio, Tara Morice, Bill Hunter, Pat Thomson, Gia Carides, Peter Whitford, Barry Otto, John Hannan, Sonia Kruger, Kris McQuade, Pip Mushin, Leonie Page, Antonio Vargas, Armonia Benedito, Jack Webster, entre otros.
" Una bailarín indomable arriesga su carrera construyendo una inusual rutina y se propone triunfar con una nueva pareja."
Antes de que el guionista y director Baz Luhrmann realizara la frenética Moulin Rouge, supo captar con precisión la magia y el poder de los viejos musicales de Hollywood con este proyecto. Lo consiguió entrelazando dos temas clásicos: el rebelde que finalmente triunfa sobre la adversidad y los que dicen no, y el cuento del patito feo que se convierte en cisne y al final se queda con el príncipe.
Después de haber causado indignación en el concurso de baile de salón local con sus propios pasos, Scott Hastings se ve abandonado por su pareja habitual y se transforma en un paria dentro de la escena local. Incluso su propia madre se desespera por sus extraños movimientos y la vergüenza que le causaron en aquel terrible momento. Decidido a continuar en su propio camino, Scott busca una nueva compañera, pero la única persona que parece entender lo que está tratando de hacer y está feliz de perder la aprobación de los demás como resultado de tan antipática decisión es el patito feo sin pareja, una mujer llamada Fran.
Scott le brinda una oportunidad y poco a poco los dos comienzan a trabajar a la perfección juntos, a pesar de su total falta de confianza en lo que realizan. Mientras se preparan para su primer concurso, ver a Scott y Fran juntos causa una especie de consternación en la escena del baile local. Esto, a grandes rasgos es la trama que posee el filme, que desde luego es un argumento muy elemental y bastante trillado.
Pero veamos, los momentos iniciales resumen la película de forma más que apropiada, ya que Luhrmann toma el poco interesante mundo de los concursos de bailes de salón de una pequeña ciudad y pinta con esos elementos una mezcla entre el drama romántico y la parodia. Es decir, muchos de nosotros tenemos pasiones que pueden nombrarse como locales dado que están circunscritas a cierta región en particular, las cuales nunca superarán el hecho de ser solo mostradas y cubiertas en periódicos del lugar en cuestión, y justamente esta película satiriza de manera sutil este tipo de actividad exagerándola, lo mismo que con sus personajes a la vez que la mantiene atractiva y entretenida para la audiencia.
Conviene subrayar que la trama sigue un arco bastante predecible, pero es la energía y la mera creatividad como mecanismo que atraviesa la cinta, lo que la convierte en una creación mucho mejor de lo que sugiere el resumen de la trama. Así mismo, el colorido y la sensación de emotividad de la película complementan el sentido del humor ligeramente desmesurado y, como muchos han señalado, Luhrmann hace un gran trabajo en su debut, al anunciarse a sí mismo de esta manera presentándose con ello aspirando a llegar a una escala internacional que finalmente conseguiría.
En realidad no es una película que atesore grandes chistes, sino que más bien sus objetivos son otros que se acercan a un diferente tono emocional, por lo que la hipersensibilidad de la entrega la convierte en una experiencia que en un inicio se vuelve atractiva, fresca y ciertamente festiva.
En lo que respecta al elenco, este encaja más o menos en este estilo de filme en lugar de destacarse por derecho propio, pero todos entregan trabajos convenientes a su manera. Por ejemplo, Mercurio no es el más carismático de los protagonistas que haya existido en la historia del cine, es un actor de personalidad anodina, pero elabora más o menos el trabajo interpretativo, ya que su personaje es uno de los más íntegros de la pieza. En cuanto a la señorita Morice se ajusta de modo pertinente junto a él y, aunque ninguno de los dos es brillante, funcionan bien juntos y forman una pareja complaciente. En ese sentido, resulta extraño que los personajes secundarios se vuelvan más importantes que la vida misma, dado que están mejor construidos y proporcionan gran parte de la energía que necesita la singular historia. Como resultado, Hunter, Thomson, Whitford y Otto se encuentran entre los integrantes del elenco que nos regalan personificaciones fiables y dignas de elogio.
A mi parecer, en general este es un aplicado debut de Luhrmann. Se las arregla para burlarse y convencer al mismo tiempo, exagerando para producir todo tipo de energía y humor a dosis iguales, sin dejar que la audiencia pierda contacto con la historia o los personajes. Estoy seguro de que no será del gusto de todos, pero me pareció una película agradable sin grandes pretensiones, que no busca hacer grandes esfuerzos por buscar el reconocimiento unánime, que guarda una emoción y una energía única que llevan a que merezca la pena verla.
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