Director: Gus Van Sant
Duración: 104 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: River Phoenix, Keanu Reeves, James Russo, William Richert, Rodney Harvey, Chiara Caselli, Michael Parker, Jessica Makinson, Flea, Grace Zabriskie, Tom Troupe, Udo Kier, Sally Curtice, Robert Lee Pitchlynn, Mickey Cottrell, entre otros.
" Dos mejores amigos que viven en las calles de Portland en las que se dedican a prostituirse y a veces a robar, se embarcan en un viaje de autodescubrimiento y encuentra que su relación se tambalea en el camino."
Habiéndome gustado y algunas veces deleitado algunas del resto de trabajos realizados por Gus Van Sant (es decir, por ejemplo Good Will Hunting), y como alguien que piensa que Keanu Reeves ha dado algunas buenas actuaciones a lo largo de su carrera y que de manera incuestionable aplaude lo hecho por River Phoenix en Stand By Me (para mi, una de las mejores actuaciones infantiles de la historia), además por el hecho de estar intrigado por algunos de los temas que toca la trama, esta cinta pasó de forma veloz a mi creciente lista de obras dignas de verse. Finalmente, la espera valió la pena y las imágenes empezaron a correr sobre la pantalla.
A pesar de ser tan solo la tercera película del guionista y director tras la elogiada Drugstore Cowboy de 1989, Mi Idaho Privado, sigue siendo para algunos su obra mas profunda, conmovedora y completa. El crítico Desson Howe la definió como un exquisito poema cinematográfico sobre la búsqueda eterna que supone el pertenecer a algún lugar y el solitario paisaje del alma. Sin dejar atrás sus impulsos artísticos y de vanguardia en busca del éxito entre el gran publico, Van Sant consiguió contar una historia con estilo, que logró cautivar a una buena parte de la audiencia haciendo uso de las imágenes y las palabras.
A decir verdad, el elenco para adolescentes con Keanu Reeves (cuya participación ha sido muy discutida) y River Phoenix como actores principales, no resulto contraproducente para los intereses comerciales del proyecto. Pero dado que habla de forma explicita de la indigencia, la homosexualidad y la prostitución juvenil; que presenta a un protagonista que sufre de narcolepsia y que guarda tiernos recuerdos de una madre que lo abandonó siendo niño, que homenajea la adaptación de Enrique V de Shakespeare, mediante un consciente uso anacrónico de los modos de hablar del bardo en algunas escenas clave, no puede decirse que el director intentara no importunar (e incluso causar la ira) al espectador promedio.
Esta obra, cuyo título proviene de una canción del grupo B-52, se centra en la relación entre Mike y Scott, dos prostitutos que viven en las calles de Portland. Ambos forman parte de una estridente y libidinosa familia de marginados sociales que se reúnen en un edificio derrumbado, la pareja vende sus cuerpos a quien quiera adquirirlos con el fin de sobrevivir; aunque después sabemos que Scott es el hijo rebelde una adinerada familia, que ha escogido ese modo de vivir como medio para humillar a su padre. En lo que respecta a Mike, como suele decirse lo que se ve es lo que hay. Es un joven tranquilo, soñador y amable que esta enamorado de su mejor amigo, que se queda dormido en cualquier lugar y en los momentos mas inoportunos y esta obsesionado con hallar a su madre.
En definitiva es comprensible el por qué en algunos casos de los que la han mirado no llegan a hacer clic con el filme, y como sucederá me temo, con muchos otros que la verán en el futuro, ya que es esa clase de obra que divide al público y que por lo tanto le amas o le odias, y que como argumento en su contra goza de diversos momentos desiguales a lo largo de su metraje. Sin embargo, es aun más fácil reconocer por que la gente la encuentra tan atractiva: a saber el nivel de actuaciones, así como la estética del filme y cómo se tratan los temas que forman parte vital del argumento.
Podría decirse que, si se examinaran cada una de las fallas que posee la cinta, la más relevante de ellas es aquella que involucra todo el acto intermedio de la trama. Llegados a ese punto la película serpentea, empieza a caer en un tono desigual, con altibajos muy marcados, con algunas secuencias casi interminables, y por ende en términos narrativos se vuelve en un relato menos cohesionado. Y en lo que respecta al diálogo extraído del mismísimo Shakespeare, a veces resulta ingenioso y divertido, pero con demasiada frecuencia su potencia se agrieta y aparece con torpeza.
Como sea, el filme está repleto de imágenes exquisitas, la cinematografía es a la vez de ensueño y arenosa y el paisaje es simplemente un asunto que corta la respiración. La propia dirección de Van Sant también genera este efecto hipnotizador como si fuese una ilusión en las imágenes y en cómo se cuenta la historia. Además, la música empleada es deprimente en un nivel inquietante y llena de tragedia.
Desde luego el guion del filme no es perfecto, pero gran parte de el es conmovedor e invita a la reflexión. A pesar de aquel acto intermedio desigual, gran parte de la historia aprovecha al máximo sus temas atrevidos y la forma en que se abordan consolida el hecho de que la cinta sea tan relevante y resonante hoy como lo fue hace 30 años. Esta narrada con delicadeza, pero también con un aire de melancolía que provocan que la experiencia sea al mismo tiempo desconcertante y conmovedora.
Como aludía a ello, la actuación de Keanu Reeves ha sido criticada hasta el cansancio, personalmente me uno al bando que piensa que brinda una interpretación que si no es una de las mejores, si es una de las más naturales que haya dado y que con ella rompió el molde de todo lo que había realizado hasta ese momento. No obstante, no hay duda de que River Phoenix es quien se roba la pantalla, un paso adelante que lo llevó a dejar atrás todo lo hecho en Stand By Me, demostrando el potencial que tal vez lo pudo haber convertido en uno de los mejores actores de su generación si no hubiera muerto tan joven y de forma tan trágica.
En general, no es una obra para todos los gustos. A mi parecer, más allá de todas sus imperfecciones, hay mucho que es digno de admirar en ella.
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