Director: Guy Maddin
Duración: 83 minutos
País: Canadá
Elenco: Michael Gottli, David Falkenburg, Michael O'Sullivan, Margaret Anne MacLeod, Ari Cohen, Sarah Neville, Kathy Marykuca, Kyle McCulloch, Victor Cowie, Ihor Procak, Robert Lougheed, Stephen Snyder, Michael Powell, Sam Toles, Lloyd Weinberg, Graham Bicq, Brent Neale, Caroline Bonner, entre otros.
" Un soldado amnésico, en busca de su amor perdido, llega a un lugar de nombre Arcángel ubicado en el norte de Rusia para ayudar a la gente del pueblo en su lucha contra los bolcheviques, sin embargo todos los habitantes viven sin saber que la Gran Guerra terminó hace tres meses."
Guy Maddin, el creador de culto underground originario de Winnipeg y responsable de haber concebido Tales from the Gimli Hospital, siguió en su línea con esta creación, una singular película en blanco y negro realizada con un presupuesto considerable. En ella aparecen victimas del gas mostaza de la Primera Guerra Mundial y de la Revolución rusa que sufren amnesia. El héroe, un soldado canadiense, confunde a una enfermera con su amada que está muerta. Ella esta casada con aviador belga que no recuerda que esta casado, y se siente tan confundida que acaba intercambiando al canadiense por el belga. Es más que evidente que todo el asunto puede verse como una broma; gente perdiendo el tiempo, muriendo (quizás) cuando no debería hacerlo.
Empecemos por el principio y menciono por tanto que esta pelicula esta muy influenciada por Eisenstein. En definitiva no es algo negativo, a algunos nos gusta Ivan Grozniy, aunque para algunas personas simplemente no es la taza de te que se beben por las tardes.
En mi caso, solo conozco algunos de los proyectos de Maddin. Este parece, hasta donde tengo entendido, ser el más añejo de todo los que ha realizado que se encuentra disponible. Y puedo afirmar que realmente estoy comenzado a apreciar de manera profunda el alma en el trabajo visual de este peculiar hombre. Si bien este proyecto no cambió mi existencia, demostró la capacidad para poder conseguirlo, como si se tratara de un comisario pavoneándose entre mentes débiles e influenciables.
Lo que me resulta atractivo de su forma de imaginar el cine es cómo emplaza primero la esencia o el alma al tema, luego lo acerca y lo coloca en el vocabulario cinematográfico en lugar de hacerlo por el camino habitual que primero valora la naturaleza, las motivaciones, y la claridad narrativa. Lo que realizó en aquella oportunidad fue volver a visitar a Eisenstein. Supongo que no muchos cinéfilos están familiarizados con un cineasta ruso que hacia películas mudas y que se dedicaba principalmente a la propaganda soviética. Sin embargo, aquel director desarrollo algunas ideas relevantes sobre cómo se puede construir una escena (no una película, solo una escena), a partir de fragmentos visuales, lo que para el significaba Ver.
Sus particulares soluciones al problema no son populares hoy en día, y toda la idea de cortar la mirada fue sobrepasada por una estética dominada por un sentido dedicado únicamente al servicio de los valores ahora convencionales de la narración y el culto a la celebridad. O en algunos casos, una cantidad menor de chistes y aun peor, un escaso numero de rumbos de tono emocional.
La idea de Eisenstein se basa en la noción de células lectoras de comprensión retiniana, las cuales cuando son mas o menos del mismo tamaño al combinarse terminan por una impresión completa. Cuanto más discretos son los componentes en la presentación, más comprensible resulta el ensamblaje, lo que el solía llamar el collage.
Lo que Maddin realiza en esta oportunidad es una creación que va más allá de las propias nociones de Eisenstein. La historia se desarrolla en Rusia y está poblada por guerreros internacionales, todos los cuales solo poseen una idea equivoca de por qué están allí. Nuestro héroe, como Maddin, es canadiense. Y, la película es esencialmente muda. Aunque claro, hay una historia paralela en la que se habla, en la que está incrustada esta pieza principal silenciosa.
Dentro de la cinta muda hay una especie de obra interna, de modo exacto tan abstracta de la parte muda, como lo es la parte muda de la parte sonora y de allí no se parte directo hacia la realidad (como el caso habitual con obras con distintas capas) sino al mundo de lo cinematográfico, la realidad de las películas.
Esa obra interna, esa película intrínseca es la llamada Iluminación, un conjunto de cuadros escénicos que representan batallas famosas. Si en el visionado solo te enfocas en ellos, o más bien si patinas sobre todo el contexto circundante y te concentras solo en ellos, te aseguro que serás recompensado. Hay una enorme cantidad de referencias ahí.
El tema general de la creación de Maddin es el limite firme de la memoria, donde comienza y termina la continuidad del conocimiento. En la historia, esto se ha manifestado como amnesia a la que se le suma una especie de cambios de identidad cuántica en las mujeres, ¿en quiénes más? Desde luego es bueno, es valioso. Pero lo interesante es cómo este asunto se asiente en el propio collage. La citada idea de Eisenstein es que cada celda, cada imagen del collage necesita tener alguna referencia a las demás. El arte en todo ello está en la naturaleza de esa referencia.
Maddin provoca que esa referencia se instale en las celdas. En su caso, no son burbujas de espuma transparente a través de las cuales pueda brillar la luz. En cambio, son rocas, rocas lisas cubiertas con pieles duras e impenetrables que solo se conocen a sí mismas y siguen olvidando a aquellos contra quienes están contraídas. Entonces olvidan quiénes son.
Existen otras complicaciones, algunas de las cuales, como la perdida de la memoria, apuntan hacia un posible remake de Random Harvest (por aquello del soldado amnésico como protagonista de una trama). Pero este filme parece no tener nada que ver con aquella película, con la excepción quizá del obvio amor de Maddin por las ultimas producciones del cine mudo y las primeras cintas sonoras que empleaban absurdos efectos pictóricos, así como por los excéntricos conceptos surrealistas (como aquella granizada de conejos que caen en las trincheras). Los resultados tal vez no sean demasiado divertidos ni conmovedores, pero no da la impresión de que Maddin deseara producir una comedia simple, y mucho menos un drama solemne.
Lo sé, muchos estarán de acuerdo o no conmigo, pero el cine para mí es una forma de arte muy seria. Si bien algunas cosas se están haciendo en la actualidad sin esfuerzo, desperdiciando el dinero y aplastando los sueños de algunos cuantos; son trabajos como este los que realmente pueden lograr que te tomes un segundo y realmente aprecies el amor, la amistad, las posesiones o incluso la audacia y la valentía para ir reclamando tu parte en el mundo.
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