Dirección: Francesco Rosi
Duración: 113 minutos
País: Italia / Francia
Elenco: Philippe Noiret, Michele Placido, Vittorio Mezzogiorno, Andréa Ferréol, Maddalena Crippa, Rosaria Tafuri, Marta Zoffoli, Tino Schirinzi, Simonetta Stefanelli, Pietro Biondi, Charles Vanel, Accursio Di Leo, Luigi Infantino, Girolamo Marzano, Gina Pontrelli, Ferdinando Greco, Cosimo Milone, Ferdinando Murolo, entre otros.
En una granja del sur de Italia muere una anciana. Su marido convoca a sus hijos: desde Roma llega Raffaele un juez que se enfrenta a un caso político por el que se arriesga a ser asesinado; desde Nápoles el religioso y teórico Rocco, consejero en un instituto correccional para jóvenes; y desde Turín Nicola un obrero de fabrica implicado en conflictos laborales. Una vez en casa, cada uno se reencuentra con el pasado y sueña con el futuro: Raffaele imagina su propia muerte, Rocco sueña con sacar a los jóvenes de Nápoles de la violencia, las drogas y la corrupción, mientras que Nicola se imagina abrazando a su esposa de la que se ha separado. Mientras tanto, el anciano y su joven nieta exploran los ritmo de la granja y lloran juntos.
Tres hermanos es una película de lo más evocadora que plantea al espectador cuestiones fundamentales sobre la vida, las relaciones y cómo ambas pueden perderse sin apenas darse cuenta.
Raffaele, Nicola y Rocco los tres hermanos que le dan el título a la cinta, han emigrado de su pueblo natal un lugar llamado Apulia en el sur de Italia. El primero de ellos Raffaele de profesión juez aunque en apariencia un hombre tranquilo, teme de forma cercana a la paranoia por su propia vida. Para su desgracia ese intenso miedo pone en tensión su vida conyugal.
Mientras Raffaele vive con miedo, Nicola se obsesiona con el matrimonio destructivo y violento en el que se encuentra. Su dolor ante ello es tan terrible no solo porque aun siente algo por su mujer, sino también por Marta, su pequeña hija. No obstante la inocente Marta y su padre realizan un viaje en auto de vuelta a Apulia, generando con ello una intensa química entre los dos. Y queda más que claro, el amor que siente por su hija es genuino y pronunciado.
Por otro lado, Rocco el tercer hermano es un sujeto un poco radical en sus creencias. Lo cual es casi digno de esperar; el hombre dirige un reformatorio, que es sin duda un trabajo muy agotador. De forma constante choca con su hermano Raffaele, que teme que sea uno los terroristas que podría ser capaz de matarle.
Por ese y otros motivos, en algún sentido ese titulo de Los tres hermanos resulta ser bastante irónico. Y es que los hermanos no se parecen en nada. Sin embargo, tienen una cosa en común: todos son personas infelices.
En contraste tenemos a Donato el padre, que vive en un mundo completamente distinto al de sus hijos. Y como sello distintivo de su personalidad podría decirse que no es la persona más locuaz. Sin embargo, es un hombre de una fe tremenda. Y es curioso que no participe en los conflictos de clase entre el norte y el sur de Italia. Al quedarse en casa, ha conservado sus valores, lo cual no quiere decir que cualquiera que se haya mudado los pierda, pero en en el caso de los hermanos han olvidado de modo profundo el pueblo que dejaron en el pasado.
Según veo en la pelicula subyace el tema del cambio cultural. Es decir, a medida que las fronteras entre el Norte y el Sur se hacían menos definidas en aquellos años, también ocurría lo mismo con la vida tan propia del Sur que de forma tan sencilla podía propiciar determinados valores en su población.
De cierta forma la relación entre Marta y Donato surge de esa reflexión nostálgicas sobre días pasados. En todo ese tema la presencia de la pequeña Marta se vuelve crucial. La chiquilla resalta el carácter de su abuelo tan representativo de los valores familiares tradicionales del lugar, que de otro modo habría quedado ahogado por las agrias disputas ocurridas entre los hermanos.
Es por esto que con los flashbacks donde conocemos la historia de Donato, se vuelve evidente que Marta su nieta le recuerda mucho a su difunta esposa, ya que ambos podían vivir su vida de una manera sencilla, pero alegre.
Para mi, la técnica del flashback mencionado enriquece de modo claro el mensaje del director Rosi. Aunque, tal vez puede suceder (como en mi caso) que el espectador se predisponga a la sensación pesimista de que esos valores tradicionales morirán con el tiempo.
En una de las escenas más importantes a la que nos lleva el recurso de volver en el tiempo, Donato recuerda el momento en que estaba en la playa con su mujer y encuentran de manera casi inverosímil el anillo que ella instantes antes había perdido de manera muy torpe. En su forma más pura, dicha escena transmite pura alegría.
Incluso, el momento final en el que Donato sostiene el anillo en sus manos es muy potente en un sentido simbólico: al sostenerlo, llega a la agridulce conclusión de que ha vivido su vida en busca de la felicidad y la ha encontrado. No importa cuánto le quede de vida, sabrá que ha vivido una buena vida.
Por añadidura los conflictos regionales y de clase antes aludidos se manifiestan obviamente en las relaciones de los tres hermanos. Antes de que dieran cuenta, se vieron privados de los valores y las experiencias de maduración que su padre ha atesorado con tanto cariño. Y por eso, cuando deciden volver a casa, a Apulia, realmente no volvieron a un hogar. Aquel pequeño poblado ha dejado de ser su hogar hace mucho tiempo. Pero Roma, Turín y Nápoles tampoco son ya verdaderos hogares para los hermanos. Para estar de forma auténtica en casa, uno debe saber primero lo que desea de verdad.
Al final del funeral de su madre, mientras lloran su partida, pareciera como si los hermanos comprendieran en ese oscuro momento la esencia de la familia, tal y como la concibieron su madre y su padre. De manera paradójica, es necesaria la muerte de la madre para que sirva como un catalizador, un renacimiento en la vida de los desgraciados hermanos.
Es más que evidente que Tres hermanos no es una obra aclamada por desarrollar una trama descollante. Más bien es el magistral retrato que realiza Francesco Rosi de dos percepciones contrapuestas de la vida, lo que resulta tan claro para el espectador. Al alinear las relaciones entre los tres hermanos, junto con la Donato y Marta, el tema que presenta Rosi se magnifica, recordando al espectador que todos deberíamos tener por lo menos una idea de la vida que desearíamos vivir.
Sin embargo, notemos que Donato no vive en un mundo de dicha ignorante, no es un ingenuo. Simplemente posee una percepción clara de sus verdaderos deseos humanos.
El final de la historia resulta bastante esperanzador. Muestra al espectador que, por mucho que alguien se aísle, siempre puede ser capaz de volver. Con esto quiero decir que los hermanos regresan a casa siendo unos extraños, pero es obvio que en Apulia reaparecen sus recuerdos del pasado, suplicándoles que vuelvan al camino que beatifica la alegría fundamental de la existencia, una alegría que no exclusiva del sur de Italia. Podemos vivir felices en cualquier parte.
Como Tres hermanos nos recuerda de forma tan desgarradora, nuestras vida pueden pasar de una manera vertiginosa, pero sin sentido. Sin embargo, si miramos en nuestro interior, siempre podemos recuperar lo que hemos perdido.
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