Dirección: Pier Paolo Pasolini
Duración: 116 minutos
País: Italia / Francia
Elenco: Paolo Bonacelli, Giorgio Cataldi, Uberto Paolo Quintavalle, Aldo Valletti, Caterina Boratto, Elsa De Giorgi, Hélène Surgère, Sonia Saviange, Sergio Fascetti, Bruno Musso, Antonio Orlando, Claudio Cicchetti, Franco Merli, Umberto Chessari, Lamberto Book, Gaspare Di Jenno, Giuliana Melis, Faridah Malik, entre otros.
Nos ubicamos en 1944 en la Italia fascista de Benito Mussolini. En la Republica de Salò en el norte de Italia, un estado títere controlado por los nazis, los cuatro miembros más ricos, poderosos y decadentes de la ciudad (el duque, el obispo, el magistrado y el presidente) reúnen a los mejores ejemplares de hombres y mujeres jóvenes en una villa palaciega. Tras establecer una serie de reglas autoritarias para sus cautivos, los pervertidos dignatarios los sumergen en un horrible abismo de tres partes de degradación y tortura sistemáticas inspiradas en el Infierno de Dante Alighieri, la primera parte de la Divina Comedia. Y mientras los sádicos se entregan a sus vicios más despreciables y a sus depravadas fantasías eróticas, solo la muerte puede salvar a los prisioneros condenados.
Si mencionas su nombre en algunos círculos, es seguro que te recibirán con gritos de burla y condena. En otros, te dirán que es una de las películas más importantes y poderosas que se han hecho jamás.
Quizá no haya ninguna pelicula tan infame y tan controvertida como la ultima obra de Pier Paolo Pasolini: Saló o los 120 días de Sodoma.
Inspirada en Los 120 días de Sodoma, o la escuela del libertinaje del Marqués de Sade, la pelicula está ambientada en Italia durante la Segunda Guerra Mundial, y sigue a cuatro fascistas llamados El Duque, El Magistrado, El Presidente y El Obispo. Junto con su bárbara tropa de acólitos, someten a un grupo de dieciocho niños a un ciclo dantesco de tortura y perversión.
Con una descripción de la depravación totalmente implacable y sin ofrecer al espectador ningún respiro de las escenas de brutalidad en ningún momento de su metraje, la cinta ofrece una experiencia visual tan fascinante como violenta, incómoda e inolvidable.
Tal vez sea más sencillo empezar comentando los elementos positivos e indiscutibles de la pelicula. Por ejemplo, la cinematografía y la composición de las tomas son de forma innegable hermosas y artísticas.
Aunque las imágenes que aparecen en pantalla son peculiares, perversas y desagradables, pero están captadas con estilo y habilidad detrás de la cámara, lo cual es mérito del trabajo de director de fotografía Tonino Delli Colli.
Además, la conmovedora banda sonora hace un uso eficaz de piezas de Chopin, Bach y otros más, mientras que la partitura original de Ennio Morricone es inquietante.
El filme también se beneficia de contar con un elenco lleno de intérpretes dedicados y valientes, cuyo trabajo permanece en la mente mucho después de que la historia haya terminados. Debo reconocer que los actores que interpretan a los cuatro libertinos fascistas son todos tan extravagantes como repugnantes, con Giorgio Cataldi y Aldo Valletti siendo particularmente memorables como el Obispo y el Presidente, respectivamente.
Como una de sus cómplices, Hélène Surgère también realiza un trabajo admirable, pero es difícil apreciar las actuaciones cuando los personajes son tan detestables y despreciables a partes iguales, tanto que cada una de las acciones que van efectuando se vuelve más vil que la anterior.
En realidad, este es el problema de toda la pelicula: es una tarea inaccesible el apreciarla porque Pasolini se empeñó en mostrar al publico nada más que crueldad. Es decir, Saló bien podría considerarse una alegoría sobre el efecto corruptor del poder absoluto, sobre la extrema barbarie de la que es capaz el ser humano cuando no tiene inhibiciones, vergüenza ni empatía.
Sin embargo, al mostrarnos únicamente escenas repetitivas de tortura para ilustrar este tema, la obra parece un poco superficial en su análisis del mismo. Incluso podría afirmar que un critico de tono cercano al cinismo podría expresar que es una pelicula demasiado monótona, en la que predominan el sadismo, el dolor y el asco.
Potro lado, se podría proclamar que es importante que artistas como Pasolini defiendan la verdad frente al poder en sus obras. Y es que, aunque la cinta se basa en los escritos del Marqués de Sade, al actualizarla y situarla en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, el controvertido director pudo hacer una critica de la barbarie de los fascistas durante aquella contienda.
Cuando los aliados liberaron los campos de concentración, se encontraron pantallas de lámparas hechas con piel humana. Aparte los experimentos retorcidos y crueles de manera innecesaria ejecutados por el doctor Mengele que realizó con niños están bien documentados, al igual que otros innumerables actos de sadismo llevados a cabo por los fascistas que disfrutaban de un poder absoluto en aquella época.
Se podría decir que Pasolini nos ofrece un relato de la crueldad que tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial, que no puede ser olvidada ni ocultada por la historia; la pelicula siempre estará ahí para recordarnos dónde se equivocó la humanidad.
Excepto que su creación se limita en gran medida a una mansión aislada, lo que separa los acontecimientos de la guerra o la vida real.
Esto le da a la pelicula una sensación muy particular casi sobrenatural que a su vez, genera que intentar actualizarla o entenderla en un contexto del mundo real sea muy complejo y quizás hasta inútil, incluso si es es lo que el propio Pasolini pretendía.
Se puede manifestar toda clase de opiniones sobre este polémico filme, pero es una obra que te provoca pensar y sin duda te lleva a sentir toda clase de emociones, es una autentica experiencia visceral e intelectual.
También es una experiencia profundamente incomoda, con casi dos horas de tortura y perversión sexual sin ningún respiro para el espectador ante la depravación incesante.
No es una pelicula que alguien pueda decir que le ha gustado (y si alguien lo hace, desconfíe de esa persona) pero puede resultar algo gratificante (en un sentido artístico e intelectual, desde luego).
Sin duda es única y merece su infame reputación como una de las películas más desafiantes que se hayan hecho en toda la historia del cine.
Es una pelicula que probablemente provocará reacciones diferentes en cada espectador: algunos la odiarán, otros como yo nos quedaremos a medio camino y otros la aclamarán como una obra maestra.
Hay quienes tenemos sensaciones cambiantes respecto a la pelicula, quienes creemos poder apreciar lo que Pasolini pretendía expresar, pero pensamos que sus ideas no se expresaron con toda la elocuencia que podrían haber tenido.
Sea cual sea el caso y sean cuales sean tus sensaciones respecto al filme, solo queda por decir que es un viaje sin concesiones a un mundo de depravación que sin duda dejará una huella indeleble en el espectador que se acerque a ella.
Comentarios