Dirección: Marguerite Duras
Duración: 120 minutos
País: Francia
Elenco: Delphine Seyrig, Michael Lonsdale, Mathieu Carrière, Claude Mann, Vernon Dobtcheff, Didier Flamand, Claude Juan, Satasinh Manila, Nicole Hiss, Monique Simonet, Viviane Forrester, Dionys Mascolo, Marguerite Duras, François Lebrun, Benoît Jacquot, Nicole-Lise Bernheim, Kevork Kutudjan, Daniel Dobbels, entre otros.
Relato poético de Anne-Marie Stretter, esposa de un diplomático francés en la India en los años treinta. A los 18 años se casó con un administrador colonial francés y se fue con él a un lugar ubicado en Laos de nombre Savannakhet. Allí conoció a su segundo marido, que se la llevó y durante 17 años vivieron en diversos lugares de Asia. Ahora en Calcuta, hace uso de amantes para aliviar el aburrimiento de su vida. Narrada con un estilo muy visual, con pocos diálogos y una voz en off constante de los distintos personajes.
Canción India o canción de la India escrita y dirigida justo hace cincuenta años en 1975 por Marguerite Duras, puede ser una experiencia cinematográfica fascinante o dolorosa.
La escritora francesa, cuya obra literaria refleja en gran medida su experiencia vital en Asia y su fascinación por ese continente, tuvo la oportunidad de dirigir varias películas que llevan a la pantalla o se inspiran en sus libros. Es el caso de India Song que es de forma muy probable una de sus películas más extremas a la hora de experimentar.
En este caso es el resultado es una obra que poco se parece al cine de la época en la que fue creada, estando más cerca de lo que hoy llamaríamos videoarte.
A mi parecer, de manera muy probable muchos espectadores no serán capaces de superar las barreras planteadas de forma intencionada por la autora y abandonarán el visionado antes del final o se quejarán de la experiencia como una auténtica pérdida de tiempo, si es que resistieron hasta el final.
Otros pocos se sentirán entusiasmados. Confieso que yo durante su visionado me encontré en algún punto intermedio. Me costó verla. No me gustó la película, pero creo que puedo ser capaz de entender por qué la autora tomó los caminos creativos que eligió y por qué una minoría de espectadores guardan muchas posibilidades de que la encuentren como una cinta de su agrado.
Desde luego la pelicula tiene un argumento, pero lo fundamental no es lo que ocurre, sino la forma en que se cuenta. La protagonista de la historia, la mujer del vestido rojo de nombre Anne-Marie Stretter, nacida en Indochina (igual que la guionista y directora de la película) es la esposa del embajador francés acreditado en Calcuta.
Su vida transcurre en un ambiente de aburrimiento y decadencia, salpicado de aventuras extramatrimoniales con jóvenes amantes, actitud que también se le atribuye a la propia Duras en su vida privada.
En ese sentido, el único acontecimiento disonante serían las insinuaciones desesperadas que realiza el cónsul en Lahora que resulta estar enamorado de la heroína, que al ser rechazadas le llevarán a la desesperación.
Por otro lado, el decorado y la naturaleza circundante sugieren la erosión física y moral del modo de vida colonial en su ocaso histórico. A la par, los ecos de los trágicos acontecimientos que tenían lugar en aquellos años en distintas partes del planeta, apenas llegan a este mundo suspendido entre el sueño y la historia, pero la inminencia de la tragedia es evidente.
Por último, hay que advertir a los espectadores que se atrevan a ver esta pelicula que serán testigos de una experiencia cinematográfica distinta de lo habitual. Hecha esta salvedad, cabe señalar que los largos y lentos encuadres poseen una belleza pictórica, y en ellos los personajes se mueven de forma lenta, como si quisieran congelar el tiempo en el lugar.
De manera paralela los héroes no hablan entre si, mas bien tenemos la sensación de estar visitando una exposición de arte acompañados de un apetitoso texto, leído fuera de pantalla que sustituye a las interacciones entre los personajes pero también a un fragmento de sus emociones. Es decir, los actores son meras siluetas, interpretan sus papeles en una especie de mímica casi congelada.
Mención especial merece la interpretación de Michael Lonsdale, de quien se dice que considera al cónsul en Lahore su papel favorito.
Para terminar, el rodaje no se realizó en la India, sino cerca de Paris, en una de las mansiones abandonadas por la familia Rothschild durante la Segunda Guerra Mundial y desde entonces en ruinas.
Luego entonces el color local no es, pues el autentico, sino el imaginado por la autora. Y en lo que concierne a la música, diría que es muy apropiada por su carácter elegante y obsesiva.
India Song es una película hermosa en términos visuales, se regocija en una atmosfera muy cercana a la ensoñación, pero el exceso en ese método, en la forma antes que el fono la vuelve casi imposible de ver (aunque confieso que he visto cintas más densas que esta y que realmente padecí, este no fue el caso).
La mayor parte de los espectadores, si resisten o si se atreven, tarde o temprano buscarán el botón para adelantar o detener lo que seguramente se ha transformado en un suplicio.
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