- ¿Dónde estás?
- No entiendo la pregunta.
- Es sencilla, pregunté que dónde estás.
Anda, mira a tu alrededor... ¿qué hay? ¿qué ves? mírate a ti, dime que estás haciendo.
- Estoy aqui, en este cuarto.
- ¿Y?
- ¿Y, qué? Nada, no hay nadie aquí. Son las 9 de la noche, estoy leyendo.
- ¿A quién?
- Juan Rulfo, Pedro Páramo...
- Y, ¿te sientes agusto pretendiendo verte intelectual?
Apuesto a que te encanta, eres toda una rareza, rodeado de objetos que te observan
- No me observa ningún objeto. Bueno... no sé
Tal vez si los haya, pero no lo hago por eso, tú lo sabes
Solamente estoy leyendo, pero hay algo que me incomoda.
Mientras te contestaba, tomé el control gris oscuro que se encontraba enfrente de mi; tomarlo fue un gran esfuerzo, también lo fue buscar el botón rojo para presionarlo, ese botón tiene un título: POWER. La televisión se encendió y me disponía a cambiar de canal cuando...
- tú no ves "Historias Engarzadas"
- lo sé, no es algo de que preocuparse, sin embargo pasará... ya le cambiaré de canal.
No sé que hacía ahí, no obstante eso no es lo que me preocupa...
- ¿Qué te preocupa entonces?
- No lo sé, no sé que es lo que estoy haciendo
(tu sabes que no me gusta y que tampoco veo mucha televisión, incluso televisión nacional)
Cuando un enano vistiendo un traje amarillo se paró enfrente de mi y me señaló hacia el mismo botón que hace poco había presionado, el de color rojo
- ¿Un enano? ¿Y ahora que pasa?¿qué está haciendo? dime que está pasando...
- Se ha sentado al lado de mi. Lo volteo a ver, lo observo fijamente, él sabe que lo veo pero no voltea. Sin quitar la vista de la pared que está frente a nosotros me dice:
Siempre nos piden que entendamos
el punto de vista de los otros
sin importar si es anticuado, necio, asqueroso...
- ¿qué mierda es eso?
- Un poema, de Bukowsky... se llama "sé amable".
- No me gusta.
- A mi sí, pero no recuerdo haber leído ese poema.
No sé por qué diablos sé que el poema es suyo, sin embargo me gusta.
- ¿Y el enano de amarillo?
- De azul, ¿te refieres al enano de azul?
- Dijiste que vestía traje amarillo.
- Pues ahora se ve azul el pinche enano. Me inquieta demasiado.
Agarró mi mochila (que estaba a mis pies) y mi libro.
Mientras tanto me levanto, camino, meto el libro a la mochila y voy a mi cuarto
Tomo un poco de café, me sabe a gloria y lo más importante: me tranquiliza.
Pero, como sabes, yo casi no tomo café.
- El enano, el maldito enano que se desnuda enfrente de todos para ponerse un traje de otro color y confundirte, piensa en él.
¿por qué te inquieta?
- Vas a pensar que estoy loco si te digo.
- No te preocupes, eso lo pienso desde hace mucho.
- Bueno... desde que lo vi, me pareció conocido.
Traté de recordar donde lo había visto.
No pude reconocerlo hasta que citó a Bukowsky el muy cabrón.
- ¿Y?
- ¿Cómo que "y"?. No debería de existir.
- ¿Por?
- Recuerdas "Guillermo Guillotina"?
- No ¿quién es?...
- ...
- !No quién es, más bien ¿QUÉ ES?
Es un cuento o un intento de ello que escribí en la secundaria.
- Javier, créeme que cada que leo algo tuyo prefiero olvidarlo pronto.
- Y tú sabes que eso no me deja dormir, pero el caso es si ¿recuerdas la idea central del cuento?
- No recuerdo nada acerca de tu cuento.
- Guillermo Guillotina es un tipo resentido, que no tiene por qué vivir, todos lo tratan mal, Para acabar de joderla, atropella accidentalmente con su bicicleta a una niña, la parte en dos.
Pero nadie, nadie lo ve. Trata de entregarse a la policía, no lo consigue por una simple razón: no le creen; y es que ¿quién creería que con una bicicleta, una niña se parta en dos?
Entonces el se sabe condenado al infierno.
Es tanta su ira hacia Dios por haberle dado una vida vacía y sin sentido, además de condenarlo al infierno que construye un plan para asesinarlo...
- ¿Asesinar a Dios?
¡Jajaja... vaya! Irónicamente ahora recuerdo por qué lo quise olvidar...
- ¡Cállate! era mi prosa de secundaria. El caso es que Dios se apiada de la "locura" de Guillermo provocada por su mala suerte, y manda un "ángel" por el alma del hijo que tanto se queja.
"Angel" con forma de enano vestido de amarillo.
El enano debía citar a Bukowsky.
- ¿Es un ángel lo que acabas de ver?
- Me confunde un poco, ¿sabes?, lo que pasa es que no terminé el cuento.
En la segunda mitad el Diablo se daría cuenta de que Guillermo de alguna forma descubrió la forma de matar a Dios, y manda entonces por su alma a un demonio, con forma de enano.
Vestido de traje azul.
Este enano estaría obsesionado con Comala, y con Pedro Páramo.
- Comienzo a entender tu preocupación.
- ¿Sí?
- Claro, es la idea más estúpida en la que se fundamenta un cuento que jamás haya escuchado.
- Estoy de acuerdo, para mi también lo es, sin embargo... yo sí estoy preocupado.
Para mi fue una buena idea pensar en una forma original de apoderarse del alma de alguien: Comérselo vivo.
Además de que me parecía muy gracioso imaginar a un enano de traje tratando de comerse a una persona de 1.60.
- Tú mides 1.75
- Lo sé, lo sé. Guillermo debia medir 1.60
¡Espera!
Eso es lo único que escucho que me gritan...
Escucho algo tras la puerta.
Me meto a mi cuarto, cierro la puerta y me pego junto a ella.
- ¿Estás asustado?
- Estoy confundido, escucho las voces agudas de dos enanos.
Uno dice: "está ahí dentro"
Mientras tanto escucho como el otro intenta abrir la puerta, la empuja y dice:
"estoy buscando a mi padre... un tal..."
- ¡Te ayudo!
- El enano no termina su frase.
Se escucha un gato en la puerta. Los enanos se van
¿Un gato? Fuiste tú?
- Dije que te ayudaba.
- Gracias.
Abro los ojos y me doy cuenta que todo está oscuro... todos se han ido a dormir.
Me levanto.
Parece que soy el último, como siempre.
Todo fue un sueño...
Una alucinación porque quisiera que estuvieras aquí...
Al despertar alguien me da los "buenos días" pero no le contesto.
Mi atención está situada entre el par de enanos, ahora se encuentran sentados junto a mi en este pinche sillón.
Entre ellos hay un lugar: el mio.
¿Ve como si puedo Maesse Rulfo?
Comentarios