
Director: Clint Eastwood
Duración: 132 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Clint Eastwood, Hilary Swank, Morgan Freeman, Jay Baruchel, Mike Colter, Lucia Rijker, Brian F. O'Byrne, Anthony Mackie, Margo Martindale, Riki Lindhome, Michael Peña, Benito Martinez, Bruce MacVittie, David Powledge, Joe D'Angerio, entre otros.
" Frankie Dunn ha entrenado y representado a los mejores púgiles durante su dilatada carrera en los cuadriláteros. La lección más importante que ha enseñado a sus boxeadores es el lema que guía su propia vida: por encima de todo, protégete primero a ti mismo. Entonces, Maggie Fitzgerald aparece un día en su gimnasio. Maggie nunca ha tenido mucho, pero sí posee algo que muy poca gente en el mundo tiene: sabe lo que quiere y está dispuesta a hacer lo que haga falta para conseguirlo."
Mo Cuishle
El señor Clint Eastwood regala cine. Y lo regala sin grandes artificios ni rebuscada narración. Lo muestra sobrio, adaptado pero antiguo (en el mejor sentido de la palabra). Lo muestra sin efectos especiales ni presupuestos enormes. Lo plasma bien contado y con una historia que absorbe al espectador.
Creo que podría estar escribiendo largo rato sobre las impresiones que me ha generado esta película, pero intentaré ser breve en esta reseña. Me siento incrédulo cuando con tanta simpleza algo me impacta tanto por lo bien contado que está y me pregunto varias veces si no es de esa manera como se debería catalogar la genialidad, esto es: haciendo lo difícil sencillo, haciendo lo simple magnífico. Esta cinta cumple a la perfección esa pauta.
Al igual que otras de las cintas del señor Eastwood, esta se podría delinear como un libro muy bien escrito a través de las imágenes de un trío de personajes profundos, ricos en sentimientos y en errores, por ello completamente humanos, mortales, fuera de los cánones de la ficción.
Real como la vida misma vemos a Frankie, un hombre adusto y parco en palabras que ha vivido por y para el boxeo, de igual manera hallamos a Maggie una camarera de familia pobre que trabaja hasta el cansancio para costear su sueño: ser boxeadora profesional. Sabe que puede triungar por encima de todo porque ha nacido para ello, dar golpes a una vida que siempre le muestra el vaso medio vacío y que nadie se lo quiere llenar.
Y finalmente nos encontramos con Eddie (un perfecto Morgan Freeman) un ex-boxeador que perdió su ojo en su combate 109, regente e inquilino de Frankie. La vida le ha enseñado mucho y cree que debe contar la semblanza de esta historia que conforma la película. Cabe hacer notar que su voz en off le proporciona esa pizca de emoción que hace la narración aún más atractiva.
Los tres juntos forman un terceto de relaciones que se evidencia mediante ingeniosos y sarcásticos diálogos, miradas que revelan profundas emociones y trascendentes reflexiones que las palabras no alcanzan a expresar.
En mi opinión, la música es otro rasgo ejemplar que termina de otorgar a la película su personalidad, lo que la hace tan especial. En ello también estuvo inmiscuido el señor Eastwood.
Por otra parte, me encantó la oscura fotografía de la cinta, que mediante halos de luz y auras sombrías, construyen un ambiente más real, más directo, reflexivo y sobre todo humano.
Una historia de amor y alegrías, de momentos claros bajo un foco de sombra, de risas y de boca cerrada con ojos abiertos. Un drama de lágrimas secas. Con un enfoque de satisfacción o de desamparo, a favor del receptor de la imagen y el sonido. Un melodrama, como la vida misma.
Me vuelvo a quitar el sombrero ante el viejo y gran actor, sublime director, una leyenda llamada Clint Eastwood.
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