
Director: F. W. Murnau
Duración: 94 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: George O'Brien, Janet Gaynor, Margaret Livingston, Bodil Rosing, J. Farrell MacDonald, Ralph Sipperly, Jane Winton, Arthur Housman, Eddie Boland, entre otros.
" Un campesino se enamora de una sofisticada mujer de ciudad que está pasando una temporada en el campo. Su obsesión por ella es tal que descuida sus labores, y la gente comienza a darse cuenta. Pero lo peor vendrá cuando la mujer le pide que se deshaga de su esposa, para poder irse con ella a la ciudad. El hombre decide planear todo para cumplir los planes de su amante."
En verdad este "Amanecer" es una joya del cine mudo y antiguo. La historia de amor que cuenta es de una calidad impresionante, con una sensibilidad tan bellamente expresada y un manejo de la cámara y la puesta en escena magistrales para los años en que se hizo.
Una obra de auténtica poesía hecha imágenes en blanco y negro y sin voz, valorada con toda razón como genial por más que pasen los años.
La era del cine sonoro era ya prácticamente una realidad cuando esta película, hoy convertida en mito estético y culminación de un buen período de gloriosos años de cine mudo, apareció para cerrar un ciclo y de qué manera lo hizo el genial Murnau, quien ya sabemos fue creador de otras grandes obras como Nosferatu, Fausto, entre otras.
Ante las ya consabidas complicaciones de expresar sentimientos sin diálogos, Murnau va tejiendo una historia amorosa que va de menos a más. Tras un inicio ciertamente irregular, una fuerza misteriosa irrumpe en la pantalla, el amor ha vuelto y uno mismo se sorprende al estar embobado ante la pantalla, regalando sonrisas cómplices sin querer darse cuenta.
La ternura que desprende la pareja protagonista es muy poderosa, empatizas rápidamente con los personajes; en especial con Janet Gaynor, una mujer que sin ser especialmente hermosa si poseía un toque de inocencia que la hacia adorable, un aspecto frágil que todo galán quisiera cuidar.
Las limitaciones antes mencionadas del cine mudo por tener que prescindir de la palabra hablada se transforman en esta realización en un espacio libre que permite al director narrar su historia como una leyenda sobre los aspectos esenciales de la existencia humana: el amor, la tentación, la culpa y el perdón. Los protagonistas no tienen nombre, son simplemente "el marido" y "la mujer". Los lugares donde transcurre la trama son tan típicos como los personajes, la gran ciudad americana, llena de promesas y con una actividad frenética y el romántico pueblo europeo con su gran lago.
Creo que no exagero al asegurar que esta es y seguirá siendo, mientras el mundo siga siendo lo que es, una de las mejores películas que haya dado el cine en toda su historia, y no voy a deshacerme en halagos, pues creo que sobran. Porque cuando una película intenta regresarte al amor perdido y lo consigue, cuando te vuelve a abrir los ojos para enseñarte el amanecer y lo contemplas con la misma perplejidad que el primero, solo te queda hacer una cosa: quitarte el sombrero y seguir amando hasta la muerte al cine.
Murnau gracias damos hoy por tu joya sempiterna.
Comentarios