Director: László Nemes (en los créditos aparece como Nemes László)
Duración: 107 minutos
País: Hungría
Elenco: Géza Röhrig, Levente Molnár, Urs Rechn, Todd Charmont, Jerzy Walczak, Gergö Farkas, Sándor Zsótér, Marcin Czarnik, Levente Orbán, Kamil Dobrowolski, Uwe Lauer, Christian Harting, Attila Fritz, Mihály Kormos y otros más.
" Es 1944, en medio del horror que se vive en Auschwitz, un prisionero es obligado a quemar los cadáveres de su propia gente, es entonces cuando encuentra la supervivencia moral al tratar de rescatar de las llamas el cuerpo de un niño que toma como si se tratara de su propio hijo."
A veces tengo la leve impresión de que las películas sobre el Holocausto no se pueden analizar únicamente con los mismos principios que se usan con el resto de las cintas; por citarlos: trama, actuaciones, dirección, fotografía, escenarios, etcetera. Y es que, cuentan con un elemento que no tienen las demás: plantean preguntas sobre la historia, los recuerdos y la ética.
En ese sentido, algunas personas por ejemplo debaten el hecho de que el evento en esencia pueda ser filmado y, si la respuesta es positiva, cómo es que se debe filmar. Esto es, una película mala (en términos de los elementos que mencioné arriba) sobre el Holocausto no solo es tediosa, podría incluso considerarse como una falta de respeto a las víctimas y a los sobrevivientes de los campos y los guetos, así como a sus familias. Incluso sucede que una buena película que represente de manera imprecisa lo sucedido podría considerarse como una falta de respeto. Para ejemplificar esto, tenemos al director Claude Lanzmann (cuya obra cumbre es el documental Shoah que reúne testimonios de victimas, testigos y verdugos del exterminio judío a lo largo de cerca de diez años) quien rechazó de manera enérgica Schindler's List aunque puramente en términos cinematográficos sea una obra convincente. Y como dato relevante tenemos también que el mismo Lanzmann aprobó la cinta sobre la que escribo hoy.
Como sea, las dos interrogantes antes planteadas (se puede y cómo) principalmente son el resultado de una pregunta más importante: ¿por qué filmar algo sobre el holocausto? La respuesta más evidente para ello sería por la historia y por la conmemoración. Pero entonces, si esto fuese acertado ¿por qué no solo realizar documentales y escribir libros al respecto? ¿Realmente se necesita filmar historias de ficción sobre el genocidio judío?
Una de las fortalezas de las que goza la ficción es que puede transmitir más emoción al espectador, aunque al mismo tiempo es uno de sus mayores riesgos, y es que, ¿puede una simple emoción representar al horror absoluto? ¿No somos engañados por nuestra propia empatía cuando tal no hay empatía posible? Por supuesto, la distinción entre documental y ficción no es tan clara, ya que los documentales usan recursos artísticos (edición, comentarios, a veces música y demás), mientras que la ficción puede filmarse como si de un documental se tratara. Aquí es donde justamente entra esta obra húngara y me disculpo por este largo discurso, pero creo que la introducción era más que necesaria.
Para empezar, no se puede describir esta cinta como una simple descripción de un día en Auschwitz o una obra donde el exterminio es un elemento secundario, sino fundamentalmente como una película sobre el suceso, por su ambición, sus claras referencias históricas y su intensidad. No detallaré la trama, que debe estar disponible para cualquiera en otra parte de la inmensa red. Para aquellos de ustedes que no la han visto, es una película muy violenta e inquietante. Por eso fue clasificada en algunos lugares con la letra R, la cual hace referencia a que tiene contenido solo para adultos. Yo no la recomendaría a nadie menos de 17 años, incluso si estuviera acompañado de una persona experimentada.
La creación evita la trampa del voyeurismo sobre lo que esta ocurriendo, centrándose para ello en el personaje principal, Saúl, y mostrando en consecuencia principalmente lo que el hombre observa. De tal manera que los cadáveres que aparecen en la pantalla lo hacen de manera velada, y los gritos que suenan están ahí, aunque en su mayoría de forma distante. No obstante, esta disposición radical que se transmite a lo largo de toda la cinta (a excepción de los últimos minutos) casi se constituye en un voyeurismo de segundo grado en el que el director parece afirmarle constantemente al público: Mira cómo evito mostrarte plenamente lo que está ocurriendo.
De ahí es que dicha fuerza de visión subjetiva casi se convierta en una debilidad de la obra a medida que logramos empatizar con el protagonista del relato, especialmente con su ferviente deseo de enterrar lo que él cree que es su hijo, pero menos con otros personajes, incluso cuando su aventura personal pone en peligro el proyecto de rebelión del grupo. En otras palabras, vemos hasta cierto punto cómo los prisioneros sobreviven y mueren en el campamento, pero solo como fondo de la idea obsesiva de Saúl .Y surgen muchas preguntas con ello. ¿el chico muerto es realmente su hijo? ¿es el rabino realmente un rabino o solo quiere la protección de Saúl? ¿donde está el cuerpo ¿lograrán enterrarlo? Entonces es cuando ocurre que, de alguna manera, la historia de ficción que trata sobre el protagonista termina difuminando la dimensión documental en el tema de Auschwitz.
Ahora bien, en la mayoría de los aspectos que llega a tocar, el filme es históricamente exacto. Y esto lo apreciamos en las condiciones inhumanas en las que viven, la lucha constante de los prisioneros por sobrevivir, las luchas entre ellos, el papel de los Kapos, las atrocidades que cometían las SS, las gangas que se ofrecían y un largo etcétera. Como nota al margen de la reseña, podría manifestarse que también se reconstituye de manera convincente la forma en que una de las fotografías auténticas y muy raras de Auschwitz podría haber sido tomado por los propios prisioneros (aquella que incluye una pila de cuerpos en el exterior).
Sin embargo, a mi entender las condiciones reales que experimentaron los prisioneros fueron incluso más dramáticas que las representadas en esta oportunidad. En general, por lo que se sabe los prisioneros estaban mucho más delgados y más débiles, su ropa estaba sucia, su moral estaba en niveles muy bajos y cada momento era una verdadera tragedia. Además, algunos elementos no se pueden mostrar fácilmente o ¿cómo se podría filmar el hambre, el frío, el dolor, la enfermedad, la desesperación?
Por todo lo anterior ¿podemos culpar a la película por no mostrar el auténtico alcance del horror? No estoy seguro, porque en realidad tal vez no sea posible concretarle y quizás si fuera posible, apenas sería visible.
Debo expresarlo honestamente, es complicado valorar una película así. Yo no la disfruté. Pero bueno, ¿deberíamos calificar una cinta sobre la masacre que vivieron los judíos? Teniendo en cuenta que los artistas asumen la responsabilidad de crearlo y mostrarlo, y por lo tanto, de exponerse a las críticas, es muy probable que lo hagamos si somos lo suficientemente cuidadosos para distinguir entre ética y estética.
En fin, por su audacia y cualidades cinematográficas bien vale la pena, la dirección y las actuaciones son destacadas. En cuanto a las cuestiones que traté de describir al inicio, creo que se queda en un intento conmovedor pero discutible. De nuevo, no estoy seguro de que alguna ficción pueda hacerlo mejor. Esto es solo un punto de vista personal y entiendo perfectamente que algunas personas la veneren o que otros la rechacen. Realmente depende de cómo los propios sentimientos respondan ante imágenes tan extremas envueltas en una visión artística de tan terrible suceso.
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