Director: Roland Emmerich
Duración: 145 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Will Smith, Bill Pullman, Jeff Goldblum, Mary McDonnell, Judd Hirsch, Robert Loggia, Randy Quaid, Margaret Colin, James Rebhorn, Harvey Fierstein, Adam Baldwin, Brent Spiner, James Duval, Vivica A. Fox, Lisa Jakub, entre otros.
" Los extraterrestres se aproximan y su único objetivo es invadir y destruir la Tierra. Así que, combatiendo en contra de tecnología superior, la mejor arma con la que cuenta la humanidad es la voluntad de sobrevivir."
Todo este triste espectáculo inicia cuando las telecomunicaciones en gran parte del mundo se ven interrumpidas por extraños sucesos ocurridos en la atmósfera terrestre, por lo cual una breve investigación que se realiza para conocer lo que sucede, revela que el problema se debe a naves espaciales que se han posicionado alrededor del planeta, y están tomando posiciones que las ubican por encima de las principales ciudades del globo.
Entonces, luego de que el presidente estadounidense Whitmore posee la intención de negociar con los extraños visitantes, un hombre que se dedica al mantenimiento de toda clase de cables de nombre David Levinson, detecta una señal que parece indicar que lo que está a punto de acontecer en realidad es un ataque contra la humanidad por parte de seres provenientes de otras galaxias. Cuando finalmente llega la arremetida alienigena, las principales ciudades son reducidas a cenizas, por lo que la respuesta militar se debilita de forma significativa y por ende no hay manera de que los terrícolas puedan defenderse. Justo en ese instante los sobrevivientes determinan unirse y planear una ofensiva para derrotar a los singulares atacantes.
Llegados a este punto, habría que volver algunos años atrás para relatar que cuando esta producción de enorme presupuesto y abundante difusión fue lanzada, yo fui uno de los tantos que se apresuró a correr al cine en cuanto salió a la palestra, y hay que confesar sin miedo alguno que en cierto sentido todo el espectáculo realmente me impresionó. Más tarde, un segundo visionado (ya sin todo ese fervor que giraba alrededor suyo en el momento en el que apareció) reveló una película bastante ordinaria con grandes efectos y, finalmente al verla anoche por tercera vez, a mi juicio la cinta en realidad no soporta demasiado a la vista ni un análisis trascendente años después, incluso hasta podría manifestarse que los efectos parecen anticuados.
En primer lugar, la trama es básicamente una nueva versión o una de ellas modernizada que ya se había visto antes en aproximadamente un centenar de todo tipo de obras de la ciencia ficción; es decir, todos los lugares comunes están presentes en el argumento y en pleno funcionamiento.
Por otro lado, si consideramos que la película en esencia es bastante elemental, podría decirse que tiene fundamentalmente tres partes muy evidentes. En la primera de ellas, aparecen los extraterrestres malvados y solo lo hacen para partirle la cara a cuanto humano se les cruce enfrente. En la segunda, aparecen los humanos que sobrevivieron al embate alienigena y se preguntan que es lo qué salió mal, lloran un buen rato y finalmente se reagrupan. En la tercera, los humanos resuelven contraatacar el cuatro de julio, evento que a la postre si son lo bastante perspicaces le brinda el creativo título a la película.
De tal manera que, tanto la parte que abre el relato como aquella que la concluye dependen en gran medida del espectáculo visual y la utilización de efectos especiales y, para ser justos, lo consigue de manera oportuna: en otras palabras, observamos como se aniquila a millones de personas a lo grande y se nos muestra que todos aquellos puntos de referencia tan célebres en los Estados Unidos son destruidos con facilidad. En ese sentido, las batallas que suceden en el aire son impresionantes, aunque en realidad en el cuadro completo, se suelen percibir como un montaje de puntos que se mueven con demasiada rapidez. Suele ser bastante injusto comparar manzanas con naranjas, pero desde entonces todos los combates que se han visto después de corte similar en una gran cantidad de cintas dejan muy mal parados a los recursos que se nos ofrecen en esta creación. Incluso, dejando de lado la odiosa comparación, hay un trabajo de pantalla bastante deficiente que pareciera se esperaba que se perdiera en medio de toda la acción que se exhibe a lo largo del metraje. Más allá de esto, en su mayoría las batallas se logran distinguir de modo adecuado, lo suficiente como para pasar una buena noche de sano esparcimiento.
Por supuesto la trama es un completo despropósito, y ni siquiera pretendo perder mi tiempo burlándome de los muchos y variados fallos en la lógica que abundan en ella, sería casi como patear a un niño. Sin embargo, si cabe y es fundamental subrayar que el final es simplemente torpe y que la mera idea de que todos en el inmenso planeta pierdan la señal que los va a alertar de un inminente ataque extraterrestre, con excepción de un tipo que al parecer jala cables y que por obra de la casualidad está casado con una mujer que resulta ser prácticamente la mano derecha del presidente estadounidense, solo es una clara muestra de lo que es la perezosa y genuina escritura pésima de un guión cinematográfico.
Desde luego, ese aspecto de la pésima construcción en el guión queda de manifiesto cada vez que en la historia no está ocurriendo alguna clase de explosión. En otras palabras, el relato intenta configurar personajes con una formula muy básica, prácticamente de la misma manera en que lo realiza una película de desastres, lo suficientemente elemental como para preocuparse vagamente por dar a conocer sus motivaciones, luego de que salen avantes en un arrebato de supuesta gloria emocional.
Con esto quiero expresar que la sección sin explosiones es insufrible y muy difícil de sobrellevar, esto se debe principalmente a que no me importaban los personajes ni lo que les sucediera, ya que el guión apenas se toma la molestia en desarrollarlos y prefiere desplegar en la pantalla toda clase de estereotipos indolentes vistos hasta el cansancio y en ello radican todas sus deficiencias.
Y como si todo aquello no fuera suficiente para vivirla como un completo suplicio, peor que todo eso es la horrible agitación de la bandera, su insoportable patriotismo. Y es que, no nos engañemos, esta película no se trata de la humanidad siendo atacada, se trata únicamente de los Estados Unidos. En otras palabras, no es acerca de los platillos voladores contra la Tierra, sino de Estados Unidos versus los platillos voladores.
En mi caso, es un acto sumamente complejo el no sentir la necesidad de soltar una intensa carcajada cuando el presidente nos regala su discurso final para motivar a la nación, y conducir así al mundo a derrotar a los alienígenas, por supuesto siguiendo para ello el ejemplo que los Estados Unidos le obsequia al resto de perdedores que lo habitan.
En lo que respecta al elenco, a mi parecer ninguno se salva. En el caso de Will Smith, en aquella oportunidad elabora un personaje con sus toques de estilo habituales en donde asume que la actitud implica expresar toda clase de vulgaridades como signos de puntuación en sus lineas de dialogo. En cuanto a Goldblum que es el segundo en el mando de la historia, realiza de igual forma su personificación acostumbrada con esos aires de tipo ingenioso con muchas pausas de por medio, por lo que en realidad considero que en este proyecto comenzó su posterior y acentuado declive como actor. Y para cerrar el trío protagonista, aparece Pullman quien interpreta al presidente que los Estados Unidos desearían haber tenido realmente, es decir es un personaje tan idealizado que hasta sentí pena por el hecho de que Pullman tuviera que desempeñar un papel que debe haberlo desconcertado por su terrible simplicidad. Y también tenemos a Judd Hirsch que es un cliché andando, tanto que ofende, mientras que Mary McDonnell es solamente un pretexto para causar emociones en lugar de un personaje y Fox simplemente tenía que estar por ser afroamericana.
En conclusión, hay que ser honestos, esta película no tenía nada que ver con lo que los actores podían ofrecer como interpretes, sencillamente se necesitaban algunos nombres relevantes para agregar más ceros a la recaudación de taquilla (y para alcanzar la meta de atraer a un mayor número de audiencia no pudieron ser más obvios que eligiendo a Pullman, Smith y Goldblum, tan claro que duele).
En general, esta es una de esas creaciones que pertenece a esos grandes éxitos de taquilla que suelen hacer acto de aparición desde hace algún tiempo prácticamente cada verano. A mi juicio, uno de los más torpes que haya visto en toda mi existencia, aunque no tengo duda que en su momento entretuvo bastante a la audiencia. No obstante, es demasiado largo en cuestión de metraje y se requiere que al verlo uno apague por más de dos horas la parte más racional del cerebro.
Si eres capaz de hacerlo, entonces te encontrarás con una obra de ciencia ficción deficiente con más espectáculo que cualquier otra cosa. Porque no es un asunto desdeñable que la trama, los personajes y el guión sean tan simples, descuidados, ordinarios, básicos y que además de forma desvergonzada se dediquen a ondear la bandera durante más de dos horas, hasta llegar al punto de que saliera alguna clase de fluido de mis oídos.
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