Ir al contenido principal

The Ice Storm (1997)



Director: Ang Lee

Duración: 112 minutos

País: Estados Unidos

Elenco: Kevin Kline, Joan Allen, Sigourney Weaver, Henry Czerny, Tobey Maguire, Christina Ricci, Elijah Wood, Adam Hann-Byrd, David Krumholtz, Jamey Sheridan, Kate Burton, William Cain, Michael Cumpsty, Maia Danziger, Katie Holmes, entre otros.

" Corre el año de 1973, en los suburbios de New Canaan ubicados en Connecticut, un par de familias de clase media que se encuentran experimentando con el sexo casual y el abuso de sustancias, descubren que sus vidas parecen estar más allá de su control."

La diferencia entre la adolescencia y la edad adulta se puede definir en términos de años o la simple edad, pero cuando se trata en particular de delimitarla, la única disparidad entre ambas está en todas aquellas experiencias que brindan los años adicionales que se han vivido. A medida que maduramos, en algún momento nos enfrentamos con el asunto (algunos pronto, otros más tarde), de que la edad y la experiencia como tales no necesariamente equivalen a una satisfacción e identidad personal en nuestras existencias, dos aspectos que quizás todos, aunque tal vez de manera inconsciente, estamos luchando por alcanzar. Pero con ello, se está persiguiendo algo que actúa como una mariposa esquiva; y a cierta edad, la falta de satisfacción en la vida de cualquiera, puede ser calificada por algunos como una crisis de la mediana edad en un cobarde intento de justificar ciertas acciones o actitudes. Sin embargo, colocar esa etiqueta a lo que se está atravesando es simplemente el deseo de simplificar un estado del ser que parece de modo perpetuo tergiversado, y para ello se recurre al uso de tácticas psicológicas en uno mismo para racionalizar un comportamiento que a menudo es inaceptable, especialmente si se le observa bajo la luz fría de la razón y la moralidad. 
Esto, desde luego, no es una situación que ocurre de manera aislada, sino un paso inevitable que se toma al llegar a una edad en la que la conciencia de la propia mortalidad comienza a establecerse, que es un tema con el que todos tendremos que lidiar a nuestra manera, y en nuestro propio espacio, en nuestro correspondiente momento. 
Y este es el tema que se encuentra presentado de forma alegórica en las entrañas de este reflexivo y perspicaz drama del director Ang Lee, conocido como la Tormenta de Hielo, en el que descubrimos que, la mayoría de las veces, el adulto en el que nos convertimos no es más que una extensión del adolescente que alguna vez fuimos. Es decir, podemos haber perdido toda la piel de la juventud, pero la confusión y la incertidumbre persisten, aunque se manifiestan de diferentes maneras, a las que por un tiempo podemos combatir en oposición incluso a nuestra propia conciencia, creando una doble manera de proceder que solo sirve para exacerbar la confusión e infelicidad, dejándonos solos para ser capaces de enfrentar los paisajes fríos y congelados de nuestra propia alma.
Tomando como arranque el guión agudo e inteligente de James Schamus (quien también escribió El tigre y el dragón, y Comer, beber, amar ambas dirigidas por Lee, entre otras), Lee creó y entregó una idílica y poética (aunque ciertamente oscura) película que cuenta la historia de dos familias vecinas que residen en Connecticut a comienzos de los años setenta: por un lado Ben y Elena Hood y sus hijos, Paul y Wendy; por el otro Jim y Janey Carver y sus hijos, Mikey y Sandy. 
Lo fundamental es que se trata de una historia con la que muchos bien podrían relacionarse a un nivel muy personal e individual, ya que refleja un problema común para todos nosotros los humanos: tratar de conseguir una conexión tangible con alguien o algo en nuestras vidas, a lo que podemos aferrarnos más adelante y en la que podamos hallar un poco de consuelo.
Por lo cual, conocemos en una parte la historia de Ben y Elena que se han ido separando gradualmente; en el caso de ella se ha distanciado emocional y sexualmente de Ben e, insatisfecha, anhela nuevamente la libertad que gozaba en su juventud, mientras que Ben busca alivio en una relación emocionalmente insulsa, pero físicamente satisfactoria con otra mujer que no es otra que Janey Carver. 
En lo que respecta a Jim Carver, es un hombre que pasa gran parte de su tiempo viajando, se ha desconectado por completo de toda su familia; sus hijos se comportan de forma completamente apática ante su presencia, y Janey existe en un estado constante de entumecimiento que aplaca siendo promiscua, pero continua siendo fría e indiferente ante su propio esposo.
Mientras tanto, los hijos de ambos matrimonios Hood y Carver, están padeciendo los dolores de la adolescencia y tratando de descubrir el mundo en el que viven, explorando sus propios sentimientos y los que guardan por los demás, y tratando de entender los por qués y los para qués de todo el asunto. ¿ Y es que, a quién podrían recurrir en búsqueda de recibir cierta clase de orientación estos confundidos muchachos en una era en la que estaba sucediendo el asunto de Nixon y el celebre Watergate, la espiritualidad surgida del discutido movimiento New Age, y especialmente contando con unos padres absortos en sí mismos que se dedican a enseñarles ciertas cosas y haciendo otras totalmente distintas?
La historia se desarrolla a través de los ojos de Paul quien cuenta con dieciséis años, cuyas meditaciones sobre la tormenta de hielo que literal y metafóricamente ha descendido sobre las dos familias durante un largo fin de semana de Acción de Gracias forma la narrativa de la obra. Y es, precisamente a través de las observaciones de Paul que el director Lee presenta de manera tan sutil y efectiva su alegoría, en la que captura la belleza, así como la deformidad, que inexplicablemente coexiste al interior y que rodea en aspecto de turbulencia y agitación los mundos de los Hood y los Carver, que finalmente se convertirá en tragedia a medida que el drama avanza hacia su inevitable clímax.
A mi juicio, se trata de un material sensible que sin duda tocará más de una fibra en la audiencia, y Lee tiene mucho cuidado de presentarlo en consecuencia, con una delicadeza estudiada que lo transforma en un drama emocionalmente envolvente y fascinante.
Además, Lee también supo cómo obtener lo mejor de sus actores, y hay una serie de interpretaciones destacadas y memorables en esta cinta, comenzando con la de Kevin Kline. Esto es, Kline es un gran actor de comedia, pero en este caso respondió mucho mejor al drama, como lo demostró aquí con su personificación del atormentado esposo Ben. De hecho, la escena final del filme pertenece por completo a Kline, ya que es justo en ella donde descubrimos la verdadera naturaleza del hombre que yace en lo más profundo de su ser. Es una excelente pieza de actuación, y uno de los puntos fuertes de la cinta.
En lo que respecta a Joan Allen, también brinda una gran actuación, a través de la cual desvela el conflicto interno que la atormenta y que afecta tanto su propia existencia, y especialmente su relación con Ben. Y es en este personaje construido por Allen, más que en cualquiera de los demás, que es posible apreciar cuán fina es la línea entre el adulto y el adolescente que mencionaba al principio.
Por lo que no resulta extraño encontrar un poco de ese talante de la madre en la hija; pero Allen nos muestra por medio de su personaje cuánto de la hija hay realmente en la madre, lo que subraya uno de los principios elementales de la película. En pocas palabras, un trabajo simplemente olvidado e infravalorado. 
Es más, de igual modo yo también destacaría los trabajos de Maguire, Ricci, Wood y especialmente el de Jamey Sheridan, cuya representación que hace de Jim es una de sus mejores actuaciones, tan moderada y totalmente honesta.
En resumen, penetrante e incisiva, esta obra es notablemente conmovedora y avasalladora. Sin duda, es una de las mejores películas de Lee.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Weird Fishes/Arpeggi - Radiohead

Esta vez describiré mi fascinación por una canción que considero maravillosa, simplemente por las imágenes que proyecta sobre el escucha y la calidad de las voces que hay en ella. Enseguida trataré de dar mi opinión más detallada sobre la misma, y lo que para mi significa su letra. Claro, todo ello englobado en una apreciación muy subjetiva. Claro, como suele ser cuando se habla de gustos o ciertas inclinaciones muy personales. Si bien mi interpretación a alguna persona le pudiera parecer inútil y estúpida (aunque ninguna realmente lo sea), sigo creyendo que esta canción tiene un inmenso poder y cierta disposición hacia la muerte que de alguna forma la convierte en una obra profunda y misteriosa. Y sin embargo, tan profundamente humana. He leído algunos puntos de vista sobre la creación de Thom Yorke y compañía  en los cuales se habla de una creación cuya esencia se encuentra dirigida hacia el escape como el tema relevante, el tema en particular que merece la atención más que c

Como en una novela de Kafka: El borracho dobló por el callejón

Y... ¿qué les cuento? creo que hoy tengo algunos 'temillas' que comentar. Primero, pues nada, esto de los blogs(sí, otra vez con lo mismo) se vuelve algo muy complejo de explicar, intentaré hacerme entender y realmente espero lograrlo. Fíjense bien cuantos de los blogs actualizados empiezan o tienen los subtítulos "El Extraño mundo de... ", "El mundo según...", "El país de...", etc. También tiene sus variantes como: "la galaxia" , "el universo", "el rincón" o en su defecto están en inglés. Títulos tan originales como: "my site"(notable, sobresaliente) , "my world", "pendejo's page", etc. Ya ni hablemos de los que empiezan con la palabra punk, punkie o variantes como 'fresa punk'... ¿a quién demonios se le ocurrió eso?. En fin, creo que de eso ya he hablado suficiente. Entonces, si ya he hablado mucho de lo mismo, ¿a qué punto quiero llegar?... Sólo deseo liberar algo de tensión

Safe (1995)

Director: Todd Haynes Duración: 119 minutos País: Reino Unido/Estados Unidos Reparto: Julianne Moore, Xander Berkeley, Dean Norris, Julie Burgess, Ronnie Farer, Jodie Markell, Susan Norman, Martha Velez, Chauncey Leopardi, Saachiko, Tim Gardner, Wendy Haynes , Allan Wasserman, Jean St. James, Steve Gilborn, entre otros. " Carol es un ama de casa que a pesar de llevar una vida placentera e ideal, empieza a tener los mismos síntomas de alguien conocido que tuvo una misteriosa enfermedad y que murió a causa de ella." Esta segunda película de Todd Haynes  es un complejo y difícil análisis de los miedos que azotan a las nuevas sociedades desde algo interno de cada individuo.  Partiendo de la angustia vital de una mujer de clase acomodada y estable situación social, Haynes va analizando parte por parte los pasos de autodestrucción psíquica de un ser humano tomando como base una extraña enfermedad que provoca reacciones psicosomáticas ante la contaminación