Director: Jim Jarmusch
Duración: 121 minutos
País: Estados Unidos / Alemania / Japón
Elenco: Johnny Depp, Gary Farmer, Crispin Glover, Lance Henriksen, Michael Wincott, Eugene Byrd, John Hurt, Robert Mitchum, Iggy Pop, Gabriel Byrne, Jared Harris, Mili Avital, Jimmy Ray Weeks, Mark Bringelson, John North, Billy Bob Thornton, Alfred Molina, entre otros.
" Huyendo después de asesinar a un hombre, el contador de nombre William Blake se encuentra con un extraño hombre nativo americano llamado simplemente 'Nadie', que lo prepara para su viaje al mundo espiritual."
Dirigiéndose hacia una fábrica dedicada a la metalurgia ubicada justo en el borde del universo que conocemos, un joven y puro contador llamado William Blake se adentra en el infierno sacrílego y mecánico que es la ciudad que no podría nombrarse de otra forma más que simplemente Machine. Y así comienza el descenso de este hombre al purgatorio que resulta estar situado en el lugar equivocado, en un punto donde el tiempo mismo es inexistente.
Blake arriba a Machine luego de un incansable y demente viaje en tren, en el que se ve expresado su propio yo.
Con la intención de englobar en un solo filme la belleza presente en los horizontes épicos y los bosques densos de follaje, pero terminando en la triste miseria propia del árido desierto, nos encontramos con este viajero fuera de lugar en una situación peculiar y abrumadora. Su fragilidad es evidente: solo, sin un heredero que esté vivo, luchando por abrirse camino entre los monstruos y el destino sombrío que le espera. Como se podría suponer, en el pequeño pueblo no es bienvenido, ya que los malévolos rumores que se han esparcido por el lugar son ciertos, y dejan a Blake cara a cara con las polvorientas espinas de su inexorable destino. En más de un sentido, el salvaje oeste espera por él.
A partir de este momento, Blake se embarca en un viaje surrealista hacia la nada, ya que se transforma en un hombre marcado que huye de casi todos los seres que se encuentra y de todo lo que halla en su camino. Confiando en un amigo nativo del paraje (llamado de forma apropiada Nadie), el descenso al sendero del rechazo que Blake padecerá se yuxtapone con las realidades de una fatalidad verdaderamente ineludible. Como tal, las nociones de casualidad y mala suerte se definen por separado, justamente una al lado de la otra. Muy pronto, sin embargo, Blake aprender a lidiar con el camino que conduce a la ruina, y de su relación con Nadie, comienza a transformarse en el poeta que suele disparar, que para su escasa fortuna nunca había sido.
En estos aspectos, es decir la premisa, el componente cinematográfico del que dispone el director y la atención infinita a los detalles narrativos y metafóricos, la película es simplemente digna de aplauso. Ser capaces de apreciar la transformación del personaje de Johnny Depp en medio de la dirección artística propia de un realizador como Jim Jarmusch que es mezcla de belleza y brutalidad es sencillamente admirable, a pesar de cualquier deficiencia que pueda contener el filme.
Lo fundamental en lo que desprenden las imágenes que desfilan por la pantalla es la sensación de estar confinado en el aludido purgatorio, lo cual se logra realmente y se debe a que el humor se mezcla con el suspenso y la inquietud presente se mezcla con lo inevitable.
De forma extraña, esta es definitivamente una de las pocas cintas que determina tomar un precepto, un método, y resuelve jugar con él hasta que esté lo suficientemente mareado para dejarlo ir.
Sin embargo, aunque la historia, algunas actuaciones y la composición cinematográfica de la obra son dignas de elogio, ciertas elecciones en el apartado de la dirección impiden que alcance la perfección anhelada.
A mi parecer, su principal defecto se refiere a la calidad en el elemento onírico que es intercalado a través de varios desvanecimientos que se prologan en el tiempo, los cuales si bien son efectivos, se usan en exceso y solo sirven para perjudicar el flujo de la historia y el mensaje que se desea expresar con sus cuidados fotogramas. Otro problema que encuentro es el ritmo de la acción: en ella los personajes, mientras suelen apresurarse en el tema de las bromas y en el de levantar las armas, participan a su vez en tiroteos que se perciben como si sucedieran a la velocidad de los caracoles. Dicho de otra manera, cuando se realiza un disparo, el que actuó como atacante solamente permanece en su lugar, solo para ser asesinado un instante después por el sujeto al que no atinó a ajusticiar. Y esta apreciación en particular, de igual manera bien puede aplicarse a la obra en su conjunto. En otras palabras, si se hubiese dictaminado el acelerar todo el ritmo de la película, quizás este singular viaje de la creación de Jarmusch con dirección a las profundidades de la fatalidad y la desesperación, podría haber sido más efectivo.
Por último, como ocurre con cierta regularidad en muchos filmes independientes, las tomas superfluas propias de creaciones que suelen denominarse de forma acertada como artísticas y ese toque indie sobrepasan y rocían la imagen que emerge en la pantalla, simplemente para separarla de lo que se realiza en los grandes estudios de Hollywood; aunque a medida que avanza el argumento, estos momentos se vuelven menos aparentes.
En general, este filme debe ser visto por todos aquellos capaces de valorar una historia contada de manera distinta, mientras se haga empleando toneladas de valor para examinarla.
Distintos rostros notables se abren paso a través de la pantalla, se cuenta con la participación de reconocidos actores y personalidades como Gabriel Byrne, Robert Mitchum, Crispin Glover, Iggy Pop y más; y como si esto no fuera suficiente el sonido sucio y eléctrico de la guitarra de Neil Young colma los vacíos con una oscura y mecánica nebulosidad propia del suroeste gringo.
Si le apetece, internese en la peculiar ciudad de Machine y seguramente será enjuiciado también. Solo tenga cuidado con los inconvenientes que surgirán a lo largo del camino, ya que provocaran que el periplo sea un poco molesto, y ciertamente más prolongado de lo que garantiza el alcance en la capacidad de atención, o naturalmente los principios de la eficacia artística.
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