Director: Aditya Chopra
Duración: 189 minutos
País: India
Elenco: Shah Rukh Khan, Kajol, Amrish Puri, Farida Jalal, Anupam Kher, Parmeet Sethi, Mandira Bedi, Satish Shah, Himani Shivpuri, Pooja Ruparel, Achala Sachdev, Damyanti Puri, Lalit Tiwari, Hemlata Deepak, Mohit Kumar, entre otros.
" Cuando el joven Raj conoce a través de un viaje por Europa a la hermosa Simran, lo que ocurre no es amor a primera vista, pero cuando Simran decide volver a la India para concretar un matrimonio arreglado, el amor hace sentir su presencia."
En los lejanos años noventa, el cine proveniente de la India se recuperó del bache en que se hallaba y se volvió una cinematografía más pulida, más vigorosa y con más estilo: por supuesto uno propio. En aquellos días los nuevos canales de la televisión que se hacia por cable y por otros medios, determinaron el ritmo de una transformación de imagen y el aumento que ocurrió en las ventas de la música que aparecía en sus creaciones, permitieron que los presupuestos de la industria se incrementaran. Como resultado de este proceso, toda clase de espectadores (pero en especial los de la clase media) retornaron a las salas de cine que habían abandonado al decantarse en su lugar por las cintas caseras.
Aquella década pudo conocer más películas que trataban sobre el éxodo indio, es decir comunidades de ese origen que se asentaron en otros países, y esta creación sobre la que pretendo realizar una breve reseña fue un éxito entre aquel público que se encontraba en el extranjero y en el correspondiente país del que la obra es originaria, y así se convirtió en una de las cintas de culto en la historia del cine indio.
Ahora bien, luego de resumir el contexto histórico en el que fue lanzada la película, no me queda más que hablar sobre las impresiones que causo en mi el filme.
En primer lugar, en las películas indias, suele haber varias tramas que son prácticamente clichés porque se han empleado con tanta frecuencia en sus producciones, que básicamente no existe otra manera de apreciarlas. Al parecer, una de las más comunes entre ellas (es decir, el cliché del cliché, si es que tal cosa existe) es aquella historia en la que aparecen dos amantes que se enamoran, pero uno de ellos o ambos ya se encuentran en una situación de compromiso matrimonial con alguien más, gracias a que los entrometidos de sus padres han tomado la resolución unilateral de involucrar el hijo en cuestión con otra persona. Debido a esta sobado patrón en la narrativa, la trama de esta cinta es por decir poco, todo menos una historia original. Sin embargo, es más que evidente que esta familiaridad presente en la anécdota es un asunto que el público indio debe amar por sobre todas las cosas, y que además paga por ver. Después de todo, haciendo un poco de investigación, me he enterado que casi diez años después de que esta película se estrenó, todavía se estaba proyectando en algunos cines de aquella nación, tal es el amor y la devoción que generan este tipo de obras en su tierra natal.
Por otro lado, como no soy indio pero guardo cierto afecto por las creaciones de aquel territorio (un gusto adquirido, que como todos ellos requiere de invertir demasiado tiempo, como muchos en mi etapa adulta), determiné tomar tanto la trama como la propia cinta en general con demasiada calma, y por ello considero que mi juicio sobre ella es que se trata de una producción que justamente podría ser calificada como mero entretenimiento, una cinta adecuada para lo que ambiciona y nada más; y que sin embargo por el otro lado no podría ser calificada como una obra maestra precisamente por las flaquezas en su endeble trama.
Por lo tanto, su visionado se trata simplemente de un gran y típico caso de la he visto, que suele ser hermano de otras peripecias similares como Yo he estado ahí y el otro no menos importante lo hice o lo he hecho. En estas cuestiones pensaba mientras la observaba sentado en el mullido sillón naranja de la sala de mi casa, aunque la película es agradable y debo admitir que tiene sus momentos que son muy dignos de ser recordados.
Cuando comienza la cinta, se supone que Raj se está graduando de la Universidad, aunque poco importa que se trate de un bribón un poco irresponsable, lo fundamental es que es un joven muy agradable, seductor y alegre. En cuanto a su pronto amor de telenovela, Simran es todo lo contrario: una muchacha muy responsable y especialmente confiable.
Sin embargo, cuando ambos se van de vacaciones partiendo desde sus hogares ubicados en Inglaterra con destino hacia la extensa Europa acompañados de un grupo de amigos, se sabe de antemano que pronto terminarán juntos, pero claro que el periplo será largo y, por supuesto sumamente complicado.
Debido a que la película dura un poco más de tres horas, se sabe que no pueden enamorarse rápidamente el uno del otro, y las formas del galán Raj para acercarse a la señorita en cuestión que van desde la grosería, pasando por la indiferencia y terminando en las bromas pesadas naturalmente estimulan a Simran pero de la manera incorrecta. Y por supuesto, luchan entre sí, pero siempre terminan volviendo cada uno con el otro, al cierre del chascarrillo en turno.
Y se sabe el momento en el que por fin están enamorados, porque la obra se toma el tiempo para realizar toda clase de interludios musicales donde la pareja expresa con fuerza y pasión el amor mutuo que están experimentando. Pero, dada la fórmula, no pueden estar juntos en ese punto del argumento, al menos no todavía.
Hay que recordar que se supone que Simran se va a casar con un hombre que su padre eligió para ella y se supone que debe regresar a la India para contraer matrimonio, una vez que esas divertidas vacaciones se hayan completado.
Como lo mencioné un par de veces, está es a modo breve una película muy predecible y construida a base de formulas muy sobadas. Como sea, funciona un poco mejor de lo que debería porque Shah Rukh Khan es muy bueno interpretando al personaje principal, que es una especie de imbécil con carisma. Desde luego, utilizar a un protagonista de ese estilo se transforma en un genuino acto de equilibrio muy delicado, porque he tenido la oportunidad de apreciar otras películas indias con tramas casi idénticas donde el personaje principal es simplemente insufrible y fácil de abominar. Dicho de otra manera, en este caso Khan logra llevarlo de manera decente.
Entonces, ¿me encantó la película? No. Me entretuvo en ciertos lapsos de su metraje, y a mi entender creo que vale la pena darle una oportunidad. Es más, el final es particularmente agradable porque se sale de toda esa dinámica de cursileria, canto y baile y colores intensos.
No obstante, siendo completamente honesto, no entiendo por qué alcanzó tanta notoriedad en aquel país. La cuestión debe ser muy parecida a lo que ocurre en esta lastimada patria con las comedias románticas.
Pero, ¿que se yo? Al menos me gustó y la disfruté.
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