Director: Nanni Moretti
Duración: 100 minutos
País: Italia / Francia
Elenco: Nanni Moretti, Giovanna Bozzolo, Sebastiano Nardone, Antonio Petrocelli, Giulio Base, Italo Spinelli, Carlo Mazzacurati, Jennifer Beals, Alexandre Rockwell, Renato Carpentieri, Raffaella Lebboroni, Marco Paolini, Claudia Della Seta, Lorenzo Alessandri, Antonio Neiwiller, entre otros.
" El director Nanni Moretti brinda una incisiva mirada a la vida italiana a través de tres viñetas antológicas presentadas como capítulos de un diario abierto."
La incertidumbre que genera ante cualquier definición esta película es lo que la vuelve tan especial. ¿Se trata de un documental? ¿O es un largometraje? ¿Es una autobiografía? ¿O en realidad es un registro de tono narcisista? Quizás tenga un poco de todo lo anterior, pero al mismo tiempo negándolo todo con singular alegría.
Nanni Moretti se ha ganado la marca de ser el Woody Allen italiano, pero esta descripción es sencillamente inapropiada. En este caso recurrió el género de película-diario. Sin embargo, no es una creación espontánea de cine que explora la realidad, todo cuanto observamos aquí procede de un guion que fue escrito y orquestado de forma muy cuidadosa.
En realidad, hablar de esta obra solo vale la pena por el placer de ver la cinta interpretada por el italiano Nanni Moretti en 1993.
El propio Moretti ya es motivo de referencia cinematográfica hace algunos años desde que se convirtió en una figura representativa de la nueva etapa del cine italiano.
Querido Diario como se le conoce en nuestro idioma, es una obra singular que se desarrolla a través de tres episodios de carácter autobiográfico y haciendo uso del diálogo como si se tratase de un documental. En ese sentido, Moretti podría haber corrido el riesgo de hacer algo peligrosamente narcisista, pero al tener la apariencia, la escritura y una personalidad tan atrayentes, el filme se convierte en una narración jocosa y arbitraria para burlarse de su propio autor, de su tierra, de sus amigos, y del propio público.
La cinta posee tres episodios. En la primera titulada En mi vespa, se presenta una visión de los viajes diarios del protagonista. En la segunda de nombre Islas, con un tono ciertamente cómico se presenta Moretti y a un amigo en búsqueda de una isla tranquila en la cual poderse concentrar para llevar a cabo su trabajo. Finalmente, en la tercera denominada simplemente Médicos se realiza una narración edificante acerca de la lucha del propio director contra el cáncer.
El mosaico del mundo en el que circula Moretti es tan genuino que en varios momentos la reciprocidad y familiaridad de situaciones no solo atraviesan al protagonista de esta historia, sino también a aquel que esta observando. Como, por ejemplo, como audiencia nos resulta demasiado complejo identificarnos con la torpeza de los médicos para escuchar a sus pacientes; lo que resulta interesante sin embargo es que si lo podamos concretar con la capacidad de los galenos para hablar y recetar medicamentos que no terminan por ayudar a nuestras enfermedades, especialmente en ese apartado de la responsabilidad que tienen de curar a los dolientes.
Como suele ocurrir, las referencias en cualquier campo no siempre son agradables, ya que generalmente tienden a restar mérito a las personas y mas si se trata de creadores artísticos, en el caso de Moretti es sincero al expresar en qué medida Woody Allen lo inspiró o si en realidad solo son conexiones personales que realizar el público, ya que en diversas secuencias de la cinta, nos hallamos invadidos por la memoria y la familiaridad con los enfoques habituales de las obras autobiográficas de Allen, como su narrativa directa, su inserción como hombre y personaje, sus comentarios sarcásticos, la división de capítulos mediante carteles nominativos, la capacidad de reírse de sí mismo y los finales que siempre concluyen todo de una manera contraria a lo que se había esperado o deseado.
Por otro lado destacaría el uso de una banda sonora que en diferentes momentos es un elemento que emerge de modo externo, y que que termina influyendo o creando cierta atmósfera a partir de la propia música, es decir un diálogo entre personaje y melodía, funciona de manera apropiada y mucho se expresa con ello de la relación y dominio de los ritmos latinos o de canciones añejas en la selección que elaboró Moretti para su proyecto. En esa misma linea, uno de los momentos más bellos de la película es el homenaje de Moretti al cineasta Pier Paolo Pasolini en la que por medio de su motocicleta se aproxima al lugar donde el director fue asesinado mientras en el fondo suena el concierto de Koln interpretado por Keith Jarrett.
La motocicleta Vespa: un vehículo para una sola persona. La isla: metafora del individuo, la soledad. El médico: profesional que cuida el cuerpo de cada individuo, y cada cuerpo es tan particular en cada persona que existe en este mundo.
Además los títulos de cada capitulo en la que se divide el diario son, de alguna manera, una noción de lo individual, de lo particular como también se haría en un diario. Sin embargo, aquí no se trata de una narración completamente íntima: dicho de otra manera Moretti puede ser egocéntrico, pero esto no lo convierte en un ser ensimismado. Su forma peculiar e idiosincrática es, de hecho, una forma que podría ser la de cualquier, pero lo notamos en Moretti simplemente porque el realizador posee el valor de exponerse a si mismo en la pantalla.
Tanto la fotografía como la iluminación son precisos, sin ir más allá de lo necesario y sin buscar alguna clase de innovación. En el caso de la iluminación es notorio el uso de la luz natural, que colabora justamente en la creación de un personaje documental y casi biográfico muy cercano a los programas de determinados canales de televisión, en donde se utiliza un interesante trabajo de cámara, tanto por el movimiento como por la ruptura de planos abiertos y cerrados. Como lo mencionaba, esta primera parte, se suele emplear en distintos programas de televisión, en los que se suelen presentar los barrios de una gran ciudad por medio de una personalidad que se dedica básicamente a visitar el lugar elegido para la ocasión.
Querido Diario es esencialmente una conversación entre el director y el público, lo que genera una oportunidad para intimidades que pocas veces podemos experimentar, ya sea por medio de documentales o de los diversos géneros cinematográficos que existen.
En resumen, una película de sensibilidad incluso con costuras muertas, incluso como si se tratara de una prenda haya sido puesta al revés. Pocas cintas ofrecen una sensación tan solida y placentera de lo que implica existir en el mundo material. Un diario que ayudamos a escribir y que sin duda es un placer haber podido acompañar. Felicidades a Moretti.
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