Director: Kar-Wai Wong
Duración: 102 minutos
País: Hong Kong
Elenco: Brigitte Lin, Tony Chiu-Wai Leung, Faye Wong, Takeshi Kaneshiro, Valerie Chow, Jinquan Chen, Lee-Na Kwan, Zhiming Huang, Liang Zhen, Songshen Zuo, entre otros.
" Dos policías melancólicos originarios de Hong Kong terminan por enamorarse: uno de ellos de una misteriosa figura femenina del inframundo, el otro de una hermosa y etérea camarera en un restaurante nocturno que frecuenta."
Pintoresca, melancólica y deliciosamente placentera, esta película es una historia elaborada con cariño sobre el amor, la soledad y el proceso a menudo complicado de superar una relación fallida, que suele funcionar mejor como experiencia cuando te dejas llevar por la corriente en lugar de tratar de profundizar en su trama para intentar descubrir de qué se trata todo el asunto.
La predilección de Kar-wai Wong por trabajar sin guión da a sus obras unas brillantes cadencias repletas de cierto desorden. Que los resultados suelan ser tan bellos y conmovedores como inquietantes es el testimonio de su elección de colaboradores y su confianza en ellos. Al final, el filme relata dos historias de amor no convencionales y apenas relacionadas.
Teniendo lugar en Hong Kong, la historia de la cinta se centra en dos policías melancólicos que están atravesando por cierta angustia debido a sus correspondientes y recientes rupturas amorosas, y los acompaña durante los próximos días. En la primera de ellas, un joven detective persigue la búsqueda singular de encontrar novia antes de que una lata de piña elegida al azar llegue a su inminente fecha de caducidad. Cree haberlo conseguido cuando conoce a una misteriosa figura femenina, que en realidad es una traficante de drogas (aunque él jamas lo sospecha) que esta tratando de hallar un envío extraviado.
De repente, la película cambia de rumbo y presenta al sobrio y cansado policía que atrae la atención de una mesera que labora en el lugar donde acude a comprar comida de forma habitual. Poco tiempo después conocemos como a esta mujer le frustra la evidente falta de interés del hombre de pocas palabras, y la muchacha por una circunstancia excepcional termina por expresar su afecto limpiando el propio lugar donde vive el agente, pintándolo y disfrutando de la oportunidad tan singular, pasajera y cautelosa, de vivir en su mundo y absorber su esencia.
Escrita y dirigida por Kar-wai Wong (mejor conocido por In the Mood for Love), las dos historias que se desarrollan dentro del argumento poseen prácticamente el mismo esquema y no se superponen entre si, ni por un céntimo. Ambas mitades están concebidas con intimidad, rebosan de una calidad que reconforta y presentan personajes idiosincráticos cuyos comportamientos igualmente excéntricos le brindan un toque muy particular.
Ambas historias son divertidas y a la vez extrañamente entrañables. No obstante, la auténtica estrella de esta creación no son los actores ni el relato por si mismos, sino la manera en que nos los presentan.
El entorno en el que se desarrolla la trama es abundante en términos de población, pero cada personaje parece estar viviendo en sus propios y pequeños mundos, sin darse cuenta de las numerosas posibilidades que están a su alcance.
Por otro lado, la cámara se maneja con un estilo vibrante y por ende nunca se halla en reposo. Además, la edición mantiene las dos narrativas en forma separada pero similares en tono y sensación, mientras que la música eleva muchos momentos con su canciones elegidas de modo acertado.
De alguna manera, el director termina por transformar Hong Kong en una masa indistinta de luces de neón demasiado coloridas y de imágenes distorsionadas e inconexas trabajando con un fotógrafo talentoso y frecuente colaborador suyo de nombre Christopher Doyle. En ese apartado, se juega con la exposición y la velocidad de la pelicula del mismo modo que otros se recrean con un guión.
Como dato curioso habría que añadir un profundo conocimiento en el poder que una canción puede atesorar (en este caso California Dreamin, de The Mamas and the Papas).
En lo que respecta al humor empleado, no todos los intentos de emplearlo terminan por funcionar, ya que en algunas secuencias se queda corto y en otros parece bastante exagerado, mientras que en otras terminan por dar en el blanco.
En cierto sentido, la vibra optimista se mantiene hasta el final y, aunque un sentimiento enternecedor es evidente casi todo el tiempo, Wong nunca permite que se haga cargo de la historia. Sobre las actuaciones solo cabe señalar que son acertadas, ya que tanto los protagonistas como los actores secundarios desempeñan su papel de manera adecuada, con algunas interpretaciones femeninas que se destacan e impresionan y sobresalen por encima del resto del elenco.
En general, esta cinta es un ejemplo extraño de un determinado género que se vuelve tan entrañable como cautivadora por momentos, y es otra entrega relevante en la rica filmografía de Kar-wai wong. Con una fina dirección, un singular guión, una elegante fotografía, una edición pausada, una banda sonora emotiva y unas actuaciones pertinentes, es posible que se requiera más de una visualización para captar completamente los temas y subtextos subyacentes, pero incluso en la primera visualización, promete y ofrece mucho esparcimiento.
Aunque otras cintas de Wong contienen más repercusiones emocionales, el filme se eleva apoyándose en la pura inocencia, la abundancia y la libertad de movimiento. Es un genuino triunfo del estilo sobre la sustancia que da vida a la miseria y el caso del corazón del Hong Kong más contemporáneo.
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