Dirección: Hsiao-Hsien Hou
Duración: 157 minutos
País: Taiwán
Elenco: Tony Chiu-Wai Leung, Shu-Fen Hsin, Sung-young Chen, Jack Kao, Wou Yi Fang, Ai-Yun Ho, Chien-Ho Huang, Chien-ru Huang, Chi-Ying Kai, Tien-Lu Li, Ju Lin, Lih-Ching Lin, Ching Lu, Ikuyo Nakamura, Chen-Nan Tsai, Chang-Chiang Yang, entre otros.
"La Historia de una familia envuelta en lo que se llamó el Terror Blanco que el gobierno del Koumintang aplicó a los taiwaneses tras su llegada desde la China continental a finales de los años cuarenta."
En la noche del 27 de febrero de 1947 en Taipéi, la policía golpeó sin piedad a una mujer que vendía cigarrillos de forma ilegal y al día siguiente abrió fuego contra una manifestación de protesta frente al Palacio Presidencial. Años de resentimiento contra un gobierno cada vez más definido por el nepotismo, la corrupción y la supresión de los derechos humanos estallaron en un conflicto abierto. En cuanto llegaron las tropas, comenzaron la redada y ejecución sistemática de académicos, abogados, médicos, estudiantes y lideres locales del movimiento de protesta. En total, entre 18 mil y 28 mil personas fueron asesinadas por las tropas chinas enviadas desde el continente por Chiang Kai-shek. Miles de personas fueron detenidas y encarceladas y se estableció la ley marcial en lo que se conoció como la campaña del Terror Blanco.
La impactante película dirigida por Hou Hsiao-hsien aparecida en el año de 1989 de la que hoy hago una breve reseña, conocida en español como Ciudad de la Tristeza, saca a la luz la verdad sobre la masacre ocurrida en 1947 conocida como el incidente del 28 de febrero. Ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia en 1989, la cinta trata uno de los temas clave de la historia de Taiwán, pero está lejos de ser una película con tintes políticos. No se centra en el derramamiento de sangre, sino en las consecuencias de todos esos eventos en un familia en concreto y en cómo la experiencia individual se ve afectada por el flujo del tiempo y la historia. En el filme, Wen-heung, el mayor de los cuatro hermanos Lin, intenta mantener unida a la familia con el apoyo de Ah-lu, el patriarca de todo ese linaje. Este hombre, de carácter violento y emotivo en términos casi febriles, ha convertido su bar japonés en un restaurante familiar conocido como Pequeño Shangai. El segundo hermano, Wen-sun, desapareció en Filipinas y se habla de él, pero nunca se le ve en la película.
Por otra parte, el hermano número tres, de nombre Wen-leung, sufre problemas mentales como consecuencia directa de la guerra y está postrado en la cama de un hospital local. De manera sorprendente, se recupera lo suficiente como para ocuparse de los contrabandista de drogas de Shanghái, pero es inculpado como colaborador japonés y, tras ser golpeado en prisión, vuelve a perder el equilibrio mental. Finalmente está el cuarto hermano Lin, Wen-ching, quien es sordo y dirige un estudio de fotografía. Además, Wen-ching se relaciona con jóvenes socialistas antigubernamentales, como su amigo Hinoe, que se ve obligado en algún momento a huir a las montañas para unirse a la guerrilla. Y por si esto no fuera poco, Wen-ching también quiere unirse al movimiento, pero le convencen para que se quede en casa y cuide a la hermana de Hinoe, una tal Hinome que resulta ser una enfermera que le quiere.
Como suele suceder en todas las obras de Hou, no hay momentos álgidos de interés dramático para los que todo el resto del metraje es simplemente una cuestión de acumulación y nada más. La cámara se limita a registrar los acontecimientos desde la distancia, sin juzgarlos ni evaluarlos, permitiendo que la complejidad de los personajes y las situaciones se desarrollen de manera gradual. Todo es relevante: cuidar del bebé, comer, limpiar el suelo y fregar los platos. Esta atención a lo ordinario provoca que nos demos cuenta de que esta historia en particular le ocurre a toda esa población, no sólo en el campo de batalla, sino también en la tranquilidad de la vida cotidiana. Sin embargo, lejos de empantanarse en la banalidad, la película alcanza la trascendencia en momentos tales como aquel en el que participan la citada Hinome y Wen-ching mientras se hallan escuchando juntos una canción popular alemana, con la cual Wen-ching solita imitar la voz de un cantante de opera cuando solo tenia ochos años, luego aparece el vuelo solitario de un pájaro tras una muerte repentina y la suave caricia de Hinome.
Esta Ciudad de la tristeza es un notable retrato de uno de los acontecimiento más traumáticos de la historia de Taiwán, y su popularidad en el país reflejó su voluntad de tratar un tema que hasta entonces era un completo tabú.
En ese sentido, el director Hou expresó: No realice la película porque quisiera abrir a propósito viejas heridas, sino porque sé que tenemos que enfrentarnos a nosotros mismos y a nuestra historia si queremos entender alguna vez quiénes somos y hacia dónde vamos.
Aunque el filme fue criticado por algunos por ser políticamente ambiguo e históricamente inexacto, la representación de los acontecimientos políticos y su impacto en aquel país es claro e inequívoco. Se trata de una obra que no satisfará a los que busquen una exposición política sobre los hechos presentados, pero queda claro el rechazo de Hou a trivializar los eventos en aras de un atractivo emocional lo que confiere a la historia una universalidad de espíritu que asegura su lugar entre las declaraciones cinematográficas mas poderosas de nuestro tiempo.
Combinación de retrato histórico y película moderna, la compleja estructura narrativa de Ciudad de la tristeza, y la enorme cantidad de información histórica que la rodea, proporciona un hermoso y emotivo sentido de la temporalidad, del grupo, del individuo, de los sentimientos personales y de las demandas que las diferentes comunidades a las que pertenecen cada uno de los hermanos les hacen, lo quieran o no.
Un modelo para todas aquellas cintas que intentan mostrar los hechos significativos de un país, que en la mayoría de ocasiones se transforman por el contrario, en aburridos mausoleos.
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