Dirección: Louis Malle
Duración: 104 minutos
País: Francia / Alemania Occidental / Italia
Reparto: Gaspard Manesse, Raphael Fejtö, Francine Racette, Stanislas Carré de Malberg, Philippe Morier-Genoud, François Berléand, François Négret, Peter Fitz, Pascal Rivet, Benoït Henriet, Richard Leboeuf, Xavier Legrand, Arnaud Henriet, Jean-Sébastien Chauvin, Luc Etienne, Daniel Edinger, Marcel Bellot, Ami Flammer, entre otros.
" La historia de un joven judío, Jean Kippelstein, alias Jean Bonnet, que vive con una identidad falsa en un internado católico de la Francia ocupada por los nazis. El director del lugar conoce sus orígenes y forma parte de la conspiración para protegerlo. Jean entabla amistad con un compañero de clase Julien Quentin, que conoce el secreto de Jean pero se lo guarda para sí mismo. Cuando se revela la verdadera identidad de Jean, la Gestapo se lleva al chico, al director y a los demás para no volver a verlos. Relato semiautobiográfico de la vida del director Louis Malle un internado durante la Segunda Guerra Mundial."
Esta cinta tiene grandes cualidades y, sin embargo no es perfecta. La guerra es la peor situación posible para cualquier persona que crea en la libertad y la honestidad como valores esenciales. La guerra es una situación en la que mentir es la única norma, traicionar la necesidad diaria para alcanzar la sobrevivencia, y encontrar chivos expiatorios es la única manera de mantener algo de cordura en una situación por completo demencial.
Desde el principio se aprecia que adopta un tono considerablemente plano y apagado en comparación con otros títulos de Louis Malle. Otras películas han sido en términos irónicos demasiado oscuras, intelectuales, juguetonas o distantes; esta se percibe de estar despojada de la mas mínima pretensión. Y por supuesto, por una buena razón: por muy lúgubres que puedan ser otras historias de la obra del cineasta, el tema en esta oportunidad es demasiado espantoso; la secuencia culminante es pesada, con un enorme impacto en estricto sentido por sí misma. Es importante saber que en apariencia se basa en una experiencia de la juventud del propio director, pero al mismo tiempo tal conocimiento es innecesario, porque sabemos que esto ha sido historia viva que se repite una y otra vez. Seria erróneo decir que esta creación es una película agradable o placentera, pero por ese mismo motivo es con mucha probabilidad una obra imprescindible.
De hecho, entretenido es una palabra inapropiada en este caso, pero desde un punto de vista fundamental de la artesanía, esta realizada de manera fantástica en todos los aspectos. Por citar algunos de ellos los lugares de rodaje resultan agradables a la vista, y los que están detrás de la cámara han contribuido de forma apropiada en todos esos aspectos, en especial el director de fotografía Renato Berta. En lo que respecta a las interpretaciones del reparto (que en su mayoría fueron niños) son tan naturales y se meten con tanta gracia en los personajes que es fácil perder de vista el hecho de que no son más que actores; desde luego Gaspard Manesse y Raphael Fejto son los que más destacan. Por supuesto no hace falta decir que la dirección de Malle es impecable. Su orquestación de cada plano y cada escena es precisa y firme, demostrando un dominio irreprochable del medio, pero con un toque delicado que permite que cada componente se manifieste, respire y se resuelva de modo orgánico. A pesar de lo mucho que me ha impresionado su labor como director en otras ocasiones, puede que esta sea la joya más brillante de su corona, y eso es mucho decir.
Por encima de todo, el guion escrito por el propio Malle posee una ferocidad asombrosa y silenciosa que transmite un aire de tensión incluso cuando no hay motivos para sentirla. A partir del retrato de unos colegiales a menudo groseros y brutos en una época y lugar terribles para serlo, fluye una urgencia y un drama enfermizos cuando los villanos muestran sus rostros, y la tensión se vuelve tan definida y espesa como la clásica niebla londinense.
La película se titula Au revoir les enfants (Adiós a los niños), haciendo uso de un razonamiento deliberado y especifico para nombrarle así, aunque también podría haberse titulado Adiós a la infancia, ya que además de recordar un episodio en concreto de la juventud del director y un periodo tenebroso de la historia, también retrata la pérdida de la inocencia de la forma más sombría. En ese sentido, los personajes son reales y creíbles en niveles dolorosos (como debe ser, dadas las circunstancias), sobre todo la curiosidad inconsciente de Julien, y también los diálogos que se emplean.
Cada una de las escenas que se suceden en esta historia, desde la crueldad de los niños en edad escolar, pasando por el lento desarrollo de una nueva amistad, hasta la repentina y desgarradora secuencia de acontecimientos en el último tramo, están escritas con sumo cuidado y atención a medida que la narración avanza con fluidez. Y una vez más, esa progresión fluida y discreta solo sirve para amplificar los golpes que se avecinan.
Aunque hasta la fecha no he visto todos los largometrajes de Malle, he llegado a esperar de este realizador solo lo mejor, y este que hoy abordo es solo un ejemplo más de por qué es de esa manera en particular. Es decir, suele ser un director que demuestra un dominio de su oficio (utilizando para ello inteligencia, atención y creatividad) del que ni siquiera pueden presumir algunos de los cineastas más famosos y reconocidos internacionalmente. De un titulo a otro, uno nunca sabe lo que va a hacer a continuación, y cada caso va mucho más allá de lo que podría presagiar cualquier premisa básica. Como si fuera posible, golpea aun más fuerte que sus otras obras, al mismo tiempo que podría asegurarse que se desenvuelve con mayor delicadeza.
Sé que no gustará a toda clase de publico, pero tanto por la calidad general como por la naturaleza de la odisea que nos ocupa, en lo que a mi respecta es esencial y merece la pena verla.
Y hay que recordar que a veces hay momentos que cuando ocurrieron casi ni nos dimos cuenta de su relevancia, y a menudo pueden ser algunos de los más importantes de nuestras vidas, y esta obra es un testamento inquietante de cómo estos momentos pueden cambiar tu vida para bien o para mal.
Comentarios